El comisario presume de ciudad segura y se va con la espina del caso Sonia Iglesias

Manuel Bouzas Canosa acudió al Concello para despedirse del alcalde a diez días de su jubilación

Apretón de manos entre el comisario y el alcalde. GONZALO GARCÍA
photo_camera Apretón de manos entre el comisario y el alcalde. GONZALO GARCÍA

Manuel Bouzas Canosa vive sus últimos días al frente de la Comisaría Provincial de Pontevedra. Este miércoles acudió a la Alcaldía para decir adiós al primer edil capitalino, Miguel Anxo Fernández Lores, iniciando así la ronda de despedidas de las distintas autoridades con las que compartió horas de trabajo durante los últimos tres años.

Lores mostró sus respetos al comisario en un ambiente distendido. "Agradecémoslle o seu impulso a servizos coma o DNI ou a violencia de xénero, e quedamos á espera de coñecer o nome do seu sucesor. Interésanos que haxa continuidade. As relacións son boas entre a Policía Nacional e a Local, algo necesario. Desexo que a súa xubilación sexa longa e satisfactoria".

Bouzas, por su parte, recordó que "me presenté aquí hace más de tres años. Agradezco el trato y las relaciones a nivel institucional. Se han mejorado mucho las relaciones entre policías. Antes era respetuosa, pero a nivel operativo no estaba al nivel que merecía Pontevedra. Hay un dato que demuestra los avances: la condecoración de un policía local, algo que se hizo el año pasado y que puede suceder otra vez este. Esperemos contar con la presencia del alcalde en el acto de entrega".

El comisario, que procedía de Cádiz y que lleva en la Boa Vila desde 2015, declaró que "para mí, Pontevedra fue un descubrimiento. Soy gallego, pero no conocía la ciudad en profundidad. Aquí hay muchos aspectos en los que se nota que la Policía funciona, como la celebración de grandes eventos deportivos".

BALANCE. Sobre los principales logros alcanzados durante los años en los que ha estado al frente de la Comisaría, Bouzas Canosa subrayó que "mi balance es positivo. Uno de los objetivos fue la lucha contra la violencia de género, contra la que seguiré luchando mientras exista. Creamos la Unidad de Familia y Mujer (UFAM), y la potenciamos. Siempre estará en el Norte del trabajo policial, será la Estrella Polar, y mi sucesor lo seguirá teniendo como referente".

"Hubo un repunte de robos en viviendas por la presencia de una banda del Este, cuatro georgianos que ya están en A Lama"

El comisario, que a partir de ahora vivirá a caballo entre Allariz y A Coruña, añadió que "a nivel de instalaciones hemos mejorado la propia Comisaría y la atención al ciudadano, con las nuevas dependencias para la expedición de DNI y pasaporte".

Bouzas también quiso destacar los buenos datos de criminalidad que, desde hace ya algunos años, luce la ciudad del Lérez.

"A nivel delincuencial, Pontevedra es la ciudad de Galicia con una menor problemática. Llevamos reduciendo criminalidad durante los últimos tres años. Hubo un pequeño repunte en robos de viviendas motivado por la presencia de una banda de Europa del Este que cometía uno o dos robos diarios. Dimos con ellos y esas cuatro personas están ahora mismo en A Lama. En cuanto detuvimos a estos individuos georgianos cayeron en picado las estadísticas de robos en viviendas. Dejamos una ciudad tranquila, de paz y calidad de vida. Que podamos salir a pasear tranquilamente a las cuatro de la mañana es señal de calidad de vida".

En ese momento, el alcalde intervino para señalar que "encántame que o comisario diga que Pontevedra é a cidade máis segura de Galicia. Eu creo que é labor da propia xente, ademais dos mecanismos urbanísticos e de prevención por parte das forzas de seguridade. Aquí a xente é doutra pasta", dijo, argumento con el que concordó el todavía comisario jefe provincial.

ESPINA CLAVADA. Al igual que sus antecesores en el cargo, el comisario reconoció que "quedan muchas cosas por hacer", poniendo el acento, una vez más, en la no resuelta desaparición de la dependienta más famosa de la ciudad.

"En estos tres años hubo un cambio de mecánica procedimental. Este martes por la tarde tuve en mi despacho a los familiares de Sonia Iglesias. Es una espina clavada, pero seguimos trabajando. Se puede decir que se creó hace más de un año un equipo de investigación dedicado en exclusiva a este caso, algo que antes no existía, y que continuará. Se acaban de cumplir ocho años de la desaparición, de un día fatídico. Yo no tiro la toalla y mi sucesor tampoco lo va a hacer. Vamos a seguir trabajando. Se está investigando con meticulosidad, son dos agentes con un gran conocimiento del tema. Está pendiente y esperamos resolverlo. Yo trabajé en asuntos que sí llevaron ese tiempo. Tenemos que tenerlo muy presente".

Sobre los últimos detalles de las pesquisas no quiso desvelar nada, aunque indicó que "cada día que pasa se avanza. Hay que ver que esos avances sean positivos y ponerlos sobre hormigón, no sobre arenas movedizas. Esperemos obtener el dato clave, un golpe de fortuna, la pieza del puzzle que nos falta. Tengo la esperanza de que aparezca".

Por último, el comisario hizo alusión a la violencia de género, explicando que "en el último año solo hubo dos casos de riesgo extremo en la provincia, en los que un agente acompaña las 24 horas a la víctima, como si llevase escolta", y recordó que "en la ciudad no hemos tenido muchos casos violentos, más allá del de la joven de Ponte Sampaio (Conchi Reguera, asesinada por su expareja). Dentro de la gravedad, yo pienso que la cuestión va más allá de la Policía y de la Justicia. Es un problema educativo que empieza desde la infancia".

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