¿Cómo será ir de compras tras la Covid-19?

Las tiendas de ropa y calzado empiezan a trabajar en sus propios protocolos de actuación de cara a la reapertura para mantener la seguridad en un tipo de comercio en el que el contacto con los productos a la venta es inevitable
Tienda pontevedresa cerrada debido a la pandemia del coronavirus. DAVID FREIRE
photo_camera Tienda pontevedresa cerrada debido a la pandemia del coronavirus. DAVID FREIRE

Si los clientes se podrán probar la ropa y el calzado o cómo desinfectar las prendas para asegurar la seguridad de las personas frente al coronavirus son algunas de las cuestiones que los propietarios de los comercios de textil empiezan a plantearse con miras a una inminente desescalada del confinamiento.

La preocupación y la incertidumbre inunda así a un sector en el que los productos a la venta están, inevitablemente, en contacto con las personas. Por ello, y ante la ausencia, de momento, de un protocolo para los comercios de ropa y de calzado por parte de las autoridades sanitarias, tanto las grandes compañías como las pymes se han puesto manos a la obra y empiezan a dibujar una hoja de ruta de cara a la próxima reapertura de los comercios, con el objetivo de ofrecer seguridad a sus clientes y de estar preparados para volver a poner en marcha sus negocios en unos días o semanas.

Así, Inditex, por ejemplo, ha presentado un plan que recoge las medidas de prevención que se llevarán a cabo en los locales para evitar la propagación de la Covid-19. De esta manera, se restringirá el número de personas en los probadores y se desinfectarán cada vez que entre una persona; habrá que mantener una distancia de seguridad en las colas, se instalarán dispensadores de geles desinfectantes en varios puntos de las tiendas y será obligatorio el uso de guantes y mascarillas. Además, se hará un control diario de temperatura a los trabajadores y trabajadoras de las tiendas.

Por su parte, los pequeños empresarios van más allá, y muchos se plantean reforzar todavía más la seguridad de empleados y clientes con la instalación, por ejemplo, de generadores de ozono, esto es, aparatos que se utilizan para la desinfección del aire y la eliminación de bacterias, hongos y virus, y cuyo precio ronda desde los 500 euros a los más de 2.000.

Este es el caso de Meritxell Silva García, propietaria de las tiendas Colorín Colorado de Silleda y Lalín, y de Eduardo David Lorenzo Fernández, de los comercios marinenses Green & Grey y Che-be-re, que ya han estado buscando información para adquirir una máquina de ozono para desinfectar sus establecimientos.

Con todo, el presidente del Centro Comercial Urbano Zona Monumental de Pontevedra, Miguel Lago, explica que las exigencias mínimas de medidas de prevención tendrán que ser fijadas por las autoridades sanitarias, para que todas las tiendas sigan la misma línea.

Eso sí, "eso no quiere decir que los comerciantes tomen por su propia cuenta más medidas a mayores", indica, como "guardar la ropa que la gente se prueba y no compra durante unas horas" o "poner en el establecimiento una máquina de ozono", aunque advierte que son medidas que, al menos de momento, los técnicos expertos en el asunto no barajan imponer a los empresarios.

Lago lamenta, por otro lado, que no se tenga conocimiento alguno sobre los protocolos que deberán seguir tanto los comercios como la hostelería, y advierte de que "hay gente que necesita abrir sus negocios urgentemente".

EL VIRUS EN LA ROPA. El tiempo de permanencia del virus sobre la ropa o el calzado todavía es confuso. El experto en virología de la Universidad de Santiago de Compostela, Carlos Pereira, hace hincapié en que todavía queda mucho por investigar al respecto de este tema.

"Se ha investigado la supervivencia del virus en superficies porosas como las derivadas del papel, y en plástico y otras superficies no porosas. Pero, hasta donde sabemos, no se ha investigado en textil", indica. De todos modos, continúa, "sabiendo cómo se comporta el virus, es muy probable que en telas tampoco sea capaz de sobrevivir más que unas pocas (escasas) horas, debido a que el tipo de material absorbe la humedad".

No obstante, a su entender, sería aconsejable que el propietario de la tienda pidiese a los clientes el uso de guantes y mascarillas para reducir el riesgo de contagio, "al menos en las primeras semanas de una posible apertura de la cuarentena, y mientras la curva de contagios no esté anulada completamente", concluye.


MERITXELL SILVA GARCÍA. COLORÍN COLORADO

"O cañón de ozono axúdache a esterilizar toda a roupa"

Meritxell Silva García. CEDIDAMeritxell Silva García es la propietaria de seis tiendas de Colorín Colorado, de ropa infantil y juvenil, repartidas por tres de las provincias de la comunidad autónoma, dos de ellas situadas en los concellos de Lalín y Silleda.

Esta empresaria ya tiene los ojos puestos en la desescalada, y aunque no ha recibido instrucción alguna de cómo deberá ser la vuelta a la normalidad, ha estado buscando información para estar prevenida ante una próxima reapertura de sus tiendas.

Meritxell cuenta que ha estado informándose sobre el protocolo de actuación de países como Alemania, cuyas tiendas ya han abierto al público. "En Alemaña, que xa abriron os comercios, teñen mascarillas, guantes, xeles desinfectantes e pantallas nos mostradores", indica, e insiste en que en este país "a xente proba a roupa". Eso sí, los probadores están habilitados de manera alterna, para mantener la distancia de seguridad entre los clientes, señala. Asimismo, explica que la ropa que se prueba y no se compra "estana gardando no almacén e despois volven a sacala á venta". Sin embargo, Meritxell descarta esta opción, ya que apartar todas las prendas que han sido tocadas por cualquier persona supone un gran trabajo para el personal de las tiendas y para el buen funcionamiento del negocio.

"Eu comprei xeles, guantes para o persoal e para a xente, mascarillas e desinfectantes para o chan e para as estanterías", subraya Meritxell, que añade que "agora ando mirando por un cañón de ozono, porque iso si que che axuda a desinfectar a roupa", asegura, ya que, según tiene constancia, se están desinfectando hoteles e incluso quirófanos con este método. Así, su intención es ozonificar cada día una de sus seis tiendas para extremar, de esta manera, la seguridad de sus clientes.

Con todo, espera recibir instrucciones próximamente de las autoridades sanitarias. "Supoño que nos terán que dar unha marxe para comprar todo o que nos esixan. Mascarillas e guantes si que nolo van esixir, pero algo máis? Pois non o sei", apunta esta empresaria.


EDUARDO DAVID LORENZO. GREEN & GREY Y CHE-BE-RE

"Desinfectaremos cada una de las prendas cada vez que una persona se las pruebe"

Eduardo David Lorenzo. CEDIDAEduardo David Lorenzo Fernández es el propietario de las tiendas de la villa marinense Green & Grey y Che-be-re. Este empresario ha puesto todo su empeño en blindar sus establecimientos frente al coronavirus y no hay detalle que se le escape.

"El protocolo que nosotros vamos a seguir está en función de la capacidad que tienen mis locales", indica Eduardo, que concreta que habrá un aforo máximo de cinco clientes, además de la dependienta, en cada momento.

Asimismo, se colocarán dispensadores hidroalcohólicos en la entrada, para que cada persona que acceda a su interior se pueda desinfectar las manos. "Los clientes deberán llevar mascarilla y los guantes serán opcionales, ya que como tendremos el gel hidroalcohólico lo esencial es que se lo echen antes de entrar".

Por otro lado, la intención de este empresario marinense es aumentar la limpieza del suelo, de los mostradores y de las estanterías, algo que harán "al menos tres veces al día".

Los probadores también serán esterilizados en numerosas ocasiones.

Los empleados de las tiendas, como cabía esperar, llevarán pantallas protectoras.

En cuanto a la ropa, Eduardo tiene pensado esterilizar cada una de las prendas antes de su apertura al público y "cada vez que una persona se las pruebe y antes de devolverla a su lugar original".

Para ello, usará dos métodos. En primer lugar, utilizará una plancha a vapor para desinfectar la ropa. "El vapor sale a 100 grados y el virus muere a los 60 grados". De esta manera, "en caso de que hubiera virus, el vapor lo mataría", subraya el marinense.

Aparte de este método de prevención, para evitar la propagación del coronavirus, Eduardo tiene previsto adquirir un generador de ozono. "La ozonización va a estar durante toda la noche todos los días y va a desinfectar todo el local", indica, "pero aparte de eso le pasaremos la ozonización a las prendas para reforzar todavía más la prevención", ya que, asegura, "el generador de ozono es 10.000 veces más desinfectante que la propia lejía", por lo que lo considera indispensable para sus negocios.

Por otra parte, está barajando la posibilidad de "poner dos tipos de alfombras en la entrada, una que esté bañada en lejía y otra seca para secarse después", aunque advierte que esta medida todavía la está valorando.

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