Los congeladores se han convertido estos días en un electrodoméstico imprescindible en muchos hogares. El motivo es que, ante el espectacular encarecimiento de la cesta de la compra que sufren los consumidores desde hace meses, a estas alturas los bolsillos ya no están como para afrontar los desembolsos que suele acarrear la Navidad y, por eso, la mayoría de las familias busca formas de contener el gasto.
Una de las más comunes está siendo adelantar las compras de ciertos artículos como pescados y mariscos a fin de congelarlos y, de ese modo, evitar el subidón de precios que suelen experimentar en las vísperas de Nochebuena y de Fin de Año. Con este truco básico se puede ahorrar un buen pico. Por poner un ejemplo, el 30 de diciembre del año pasado el kilo de camarones costaba en la Praza de Abastos de Pontevedra 150 euros y es posible que este año en las jornadas festivas pueda costar incluso más, dada la inflación general. Sin embargo, esta semana (concretamente el pasado viernes) se podía comprar el mismo tipo de marisco por entre 40 y 120 euros, dependiendo del tamaño.
Los vendedores están más pendientes que nunca del tiempo por si hay el temporal en el mar, lo cual podría reducir la mercancía disponible y provocar que el PVP se dispare aún más
Las cigalas de talla grande, que el día anterior al Fin de Año de 2021 cotizaban en la plaza pontevedresa a 65 euros, se vendían este viernes día 16 por 55.
Y esas diferencias se dan con muchos crustáceos y bivalvos. Por eso, salvo las personas que son muy fans del marisco fresco, muchas otras están optando por comprarlo con antelación y meterlo en el congelador. Y lo mismo sucede con los pescados.
"Hay muchísima gente que ya se ha llevado todo lo que tiene pensado cocinar en los días de las fiestas: cigalas, vieiras, centolla, merluza, rodaballo... También hay quien te dice que por cuatro o cinco euros de diferencia, prefiere el pescado fresco del día, pero el marisco es otro cantar, porque ahí el ahorro es más grande", indicó Manoli Domínguez, una de las vendedoras de la Praza de Abastos de la ciudad del Lérez.
Además de esta, otra medida a la que recurrirán muchas familias será sacar de los menús los artículos más caros, como los camarones o los percebes, y sustituirlos por otros más asequibles, como langostinos, vieiras francesas o incluso mejillones, que se pueden conseguir por 2,5 euros el kilo y resuelven un plato sabroso por muy poco dinero.
"Todo ha subido, no solo el pescado y el marisco. También las carnes, las hortalizas, el pan, la leche, la energía..., todo. Y nosotros en la Praza de Abastos ya estamos trabajando con unos márgenes bajos para poder seguir ofreciéndole los artículos a la clientela, porque si no, resultarían prohibitivos para la mayoría. Hay tipos de pescado con los que es imposible sacar un margen decente: besugo, corujo, cigala..., porque ya en la lonja están por las nubes", precisó la misma placera, que subrayó que "aquí trabajamos en función de los precios que haya en las lonjas, no los subimos o bajamos según nos apetezca, sino que los fijamos en base a eso".
Además, tanto como la propia inflación, el otro factor determinante para establecer esos precios es la cantidad de mercancía que haya disponible, algo que depende de las condiciones meteorológicas en el mar.
El pasado martes, por ejemplo, las bancadas de la Praza de Abastos tenían mucho menos surtido del habitual porque el día anterior hubo tanto temporal que muchos barcos se quedaron amarrados y no surtieron las lonjas de los habituales pescados y mariscos.
Si sucede eso mismo en las vísperas de Nochebuena, Navidad y Fin de Año, resulta inevitable que los precios suban más de lo normal. Es la ley de la oferta y la demanda. Por eso tanto los profesionales como los consumidores están pendientes de cómo van evolucionando las previsiones de MeteoGalicia.
Los vendedores de la Praza de Abastos esperan contar con mucho y buen género y han aprovechado para felicitar las fiestas a toda la ciudadanía.
En todo caso, lo que no depende del tiempo que haga esos días es el precio de las carnes y de los productos de panadería y repostería. De momento, el cabrito está ya más caro que hace un año, la ternera ha subido cerca de un 15% de media; el cerdo un 12% y el pollo también. La confitería cuesta, en media, cerca de un 10% más y otros ingredientes básicos para preparar una comida o cena navideña, como pueden ser los aceites, las hortalizas, las patatas, los huevos o los lácteos, también se han disparado, así que prácticamente cualquier menú que se prepare será, ineludiblemente, más caro por culpa de la inflación.
En cuanto a los brindis típicos de estas fechas, el champán ya cuesta 4 euros más por botella en algunas marcas. Los costes en el transporte (que afecta a todos los artículos) y la falta de materia prima para embotellar están entre los factores que han elevado su precio.
