El Concello aún estudia si dejará Lepanto abierta al tráfico o establece algún tipo de limitación en la calle, que está siendo objeto de una reforma integral, a residentes y servicios. Las obras incluyen la renovación de los servicios subterráneos y la implantación de una plataforma única, de modo que las aceras y la calzada pasarán a tener el mismo nivel. En teoría, la prioridad de paso será peatonal, como ocurre en viales parecidos, como el de Virxe do Camiño.
Lo que tampoco se ha especificado es el sentido de circulación que quedará en la vía, en cuya rehabilitación trabaja la empresa EC Casas. La adjudicataria se hizo con el contrato de la calle por 183.401,08 euros.
Una subcontrata inició el pasado martes la colocación del nuevo pavimento de Lepanto, que será a base de lastro con bandas de hormigón. El color de los adoquines ha llamado la atención de vecinos y usuarios de esta calle, en la que se creará una especie de plaza junto a la rehabilitada sede de la Xunta en Benito Corbal.