Martes 28 de enero. Es la fecha tope que le ha dado el Concello a la empresa Nexia Infraestructuras para que retome las obras de rehabilitación de los accesos a O Rial, Rorís y Meán (sitos en Lourizán) o para que, al menos, comunique su calendario previsto. En caso contrario, la Administración local iniciará los trámites oportunos para penalizar a la firma por incumplir los plazos de ejecución establecidos, que situaban el fin de la obra a finales de noviembre. E incluso dará los pasos necesarios para vetar su contratación.
Así lo advierte en el requerimiento enviado este miércoles a la sociedad, en el que subraya que, si ésta desoye su último requerimiento (al que se suman otros previos), el servicio de Obras puede instar al de Contratación a declarar su prohibición en los procesos municipales de licitación de obra pública, la especialidad de la empresa.
El apercibimiento coincide en un momento en el que el futuro de Nexia Infraestructuras está en boca de todas, o casi todas, las firmas de construcción de Pontevedra. Su anterior administrador, Pablo Valiñas Monteagudo, aseguró la semana pasada haber vendido la sociedad a un empresario solvente, pero lo cierto es que el nuevo responsable, Javier López, no es conocido para los que trabajan en el mundo del ladrillo. Al menos, en la provincia. "Dice que está respaldado por un importante grupo empresarial de Barcelona, pero la operación resulta un tanto extraña, porque también asegura que vendrá una auditoría catalana a evaluar las cuentas y a cuantificar la deuda pendiente. ¿Cómo puedes comprar una empresa sin saber cómo está por dentro?", se pregunta una de las fuentes consultadas.
La incertidumbre crece cuando los afectados consultan los antecedentes. Hasta hace unos días figuraba en plantilla como auxiliar administrativo José Luis Valiñas Barreiro, padre del que era administrador y fundador de Sercoysa, una constructora que acabó cerrando sus puerta tras entrar en concurso de acreedores en 2013 a causa de una deuda de 16 millones de euros.
Vecinos de Lourizán afectados por la paralización de las obras adjudicadas a Nexia han emplazado al Concello a tomar cartas en el asunto. La rehabilitación de distintos viales se detuvo antes de Navidad sin haber ejecutado la pavimentación, "lo que está ocasionado problemas a gente con poca movilidad. Hay mucho malestar con esto", indica un vecino.
PAGOS PENDIENTES. El acúmulo de pagarés y de facturas sin liquidar han llevado a varias compañías de suministro de material y de alquiler de maquinaria a cerrar el grifo a Nexia, lo que a su vez ha implicado el aplazamiento y paralización de un buen puñado de obras públicas que le fueron adjudicadas en el último año. "Están trabajando en el Puerto de Marín, porque allí sí tienen medios para operar, pero en el resto de obras no pueden hacer nada, porque no les surten de material. Está todo parado, por eso a muchos le han dado vacaciones", indica otra de las fuentes consultadas.
El Concello de Pontevedra no es el primero en lanzar advertencias. El de Vilagarcía ya inició los trámites para rescindir el contrato de la humanización de Vázquez Leis por la "prolongada demora" que arrastraba la obra. Y el de Poio comunicó el martes que la firma tiene hasta finales de semana para explicar la paralización de las obras encargadas en el municipio, en las que se incluyen el nuevo vial de A Caeira y la humanización de A Seara. Si no responde, se aplicará al misma receta que en la ciudad del Lérez. Comenzarán las penalizaciones y se impulsará la rescisión del contrato.
Actualmente es inviable cuantificar el importe que debe abonar Nexia Infraestructuras para saldar las cuentas pendientes. Oficialmente ni siquiera se puede considerar todo el valor como deuda, porque gran parte de los pagarés vencen a partir de este sábado. No obstante, se presume que la suma de las facturas por liquidar arroja una cifra con múltiples ceros.
Agentes del sector aseguran que hay múltiples proveedores con recibos muy cuantiosos a la espera de pasar por caja. Entre ellos se encuentra, por ejemplo, una empresa de alquiler de maquinaria a la que Nexia debe ingresar cerca de 200.000 euros. "Empezamos a trabajar con ellos en 2017, pero dejamos de hacerlo en agosto del año pasado, después de cambiar el método de pago. Pasaron a girar pagarés con plazos de más de doscientos días, por lo que no seguimos", indica uno de los responsables de la compañía, cuya parte de la deuda ya ha vencido el plazo previsto. "No nos llevará al cierre, porque somos muy viejos en el sector y tenemos colchón, pero en otra situación este impago podría significar la quiebra absoluta de la empresa". añade.
REACCIÓN. Varios proveedores, que prefieren mantener su nombre en el anonimato, indican que Nexia "tiene el crédito excedido", lo que les impide seguir trabajando con ella. Y a su vez, varias subcontratas insisten en el temor a que las facturas por los trabajos ejecutados en el último año "queden sin abonar". "Sobre todo, porque sabemos qué precedentes hay y porque nos dicen que la prioridad del nuevo responsable va a ser pagar a Hacienda, Seguridad Social y a los trabajadores", precisa una de las afectadas.
Esta incertidumbre ha dado lugar a que responsables de unas y otras empresas se reunieran este miércoles para analizar la situación y acordar posibles medidas en común. Y entretanto la plantilla sigue haciendo cábalas. De hecho, el martes pasado celebró una asamblea para intentar arrojar algo de luz sobre sus empleos. Según ha notificado la firma a los representantes sindicales, la intención que está sobre la mesa es "adelgazar" plantilla, integrada actualmente por más de 60 trabajadores.
