El servicio de Contratación del Concello de Pontevedra ya ha comenzado el proceso para rescindir el contrato adjudicado a Nexia, la constructora de Pontevedra que ha detenido la práctica totalidad de la obra pública que tenía en ejecución a causa de las deudas con proveedores, subcontratas y trabajadores.
La obra en cuestión contemplaba la rehabilitación de los accesos a O Rial, Rorís y Meán, sitos en Lourizán, pero fue plantada antes de Navidades, cuando estaba al 30% de su ejecución. Esto, sumado a las lluvias, ha dejado los viales en peor estado del que presentaban inicialmente, lo que derivó en multitud de quejas vecinales. De hecho, el concejal responsable del Rural, Alberto Oubiña, celebró este miércoles un encuentro con los vecinos afectados para informarles de la situación administrativa y las soluciones técnicas que se van adoptar para terminar la actuación. La previsión es que la rescisión sea aprobada en la Xunta de Goberno del próximo lunes para que la Concellería do Rural pueda impulsar unas obras de emergencia que permitan dejar "practicables" los espacios en los que trabajó Nexia.
"Seguidamente notificarase ao avalista e ao contratista da obra, que teñen un prazo de dez días para contestar. De non recibir resposta, o Concello poderá continuar adiante co proceso de rescisión do contrato, que pode ter unha duración dun mes", informaron este miércoles fuentes municipales. De forma paralela, la Concellería ya puede iniciar los trámites para sacar a concurso el proyecto. Dicha actuación fue licitada el año pasado por 101.278 euros y adjudicada a Nexia por 51.456, lo que implica una rebaja del 40% menos que, lejos de ser un fenómeno puntual, es compartida en muchas otras adjudicaciones ganadas por la constructora.
El Concello de Pontevedra no es el primero en quebrar la relación contractual. Los de Poio y Vilagarcía han hecho lo mismo con las obras adjudicadas a Nexia y la Deputación está en fase de recopilación de todas las actuaciones que podrían verse salpicadas por el caso.
plantilla. La empresa fue vendida a mediados de enero, cuando algunos acreedores ya habían empezado a movilizarse para exigir el pago de las facturas pendientes al anterior administrador, Pablo Valiñas Monteagudo.
Según denunciaron después los afectados, Nexia tiene deudas por valor de 8,5 millones de euros, además de quedar a deber a la plantilla la extra de diciembre y la nómina de enero.
La falta de material impide ejecutar las obras adjudicadas, pero la plantilla sigue presentándose en los lugares de trabajo encomendados en su día para no perder sus derechos como asalariados. "Los trabajadores seguimos tirados en las obras, sin ningún tipo de medio para poder trabajar ni mantener las obras con la seguridad de que no haya accidentes. No tenemos ningún tipo de orden de qué hacer por parte de la empresa, por lo que algunos empleados están cumpliendo su jornada laboral en el centro de trabajo, que es la planta de asfaltos", indicaba el miércoles a este periódico un trabajador.
