Condenan a un octogenario por abusar sexualmente de una niña de 13 años

Los hechos se produjeron en el área de juegos infantiles de un restaurante de la provincia
El condenado, durante el juicio. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera El condenado, durante el juicio. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a cuatro años de cárcel a un octogenario por un delito continuado de abusos sexuales cometido en 2017 y teniendo como víctima a una niña de apenas 13 años de edad.

Los hechos se produjeron en al menos dos ocasiones, según refleja el dictamen del tribunal provincial. El primero de los episodios se produjo "a media tarde del 27 de agosto de 2017, cuando, hallándose en las inmediaciones de la zona de juegos infantiles de un restaurante (en el Sur de la provincia de Pontevedra), el acusado se acercó a la menor, que estaba sentada en una silla al lado de una cama elástica, y mientras le hablaba y le hacía preguntas tales como de dónde eres, cómo te llamas o dónde vives, con el fin de proporcionarse satisfacción sexual, le cogió una de sus manos con las dos de él y se la llevó a su zona genital. La menor consiguió soltarse y se marchó".

El segundo de los hechos que declara probado la sentencia de la Audiencia tuvo lugar en el mismo enclave dos días después, sobre las 20.00 horas, cuando "el encausado, con idéntico ánimo, se volvió a acercar a la misma menor, le preguntó si bajaba a la zona de juegos al tiempo que la cogía de la mano, bajando los dos unas escaleras; acto seguido, el acusado puso a la menor contra la pared y la sometió a diversos tocamientos por encima de la ropa, le apretó el culo con las dos manos al tiempo que intentaba besarla en la cara y en la boca, procediendo, a continuación, a meter una mano en la entrepierna de la menor".

En esta ocasión, en cuanto consiguió zafarse del octogenario, la niña le contó todo a su madre, que avisó a la Guardia Civil, lo que desencadenó la investigación que ahora concluye con la sentencia condenatoria.

La jueza explica en el dictamen que la víctima relató de forma clara lo sucedido, indicando además que no conocía de nada al acusado. "Todos estos actos fueron inconsentidos", subraya.

Aunque el acusado negó los hechos en la sesión plenaria celebrada en Pontevedra, la jueza le condenó en virtud del testimonio de la víctima y de otras corroboraciones periféricas, como el de su hermana menor y de su madre y la prueba pericial psicológica, que ratificó que el relato de la denunciante fue creíble "por los detalles que contaba y por el modo de referirlos". Las forenses indicaron que "reexperimentaba lo que narraba, no le era ajeno, incardinaba los hechos en el tiempo y daba detalles ajenos al hecho nuclear".

Junto a la citada pena de cuatro años de prisión, la Audiencia Provincial impone al encausado una orden de alejamiento de la víctima por un período de cinco años, otros cinco años de libertad vigilada y el pago de 4.000 euros de indemnización a la víctima por los daños morales.