Consumo de pandemia: del papel higiénico a las frutas de proximidad

Los productores destacan que la crisis ha demostrado la importancia de cuidar a agricultores y ganaderos porque nos dan "de comer"
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photo_camera Un cliente del Mercado. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Se repitió en numerosas ocasiones que esta crisis cambiaría a todo el mundo. En buena medida, las semanas de confinamiento supusieron una modificación obligada de hábitos. Más consumo en casa, más uso de la cocina y un mayor volumen de compras en los supermercados. En general, la sociedad sale de esta cuarentena con mayor conciencia de la importancia de consumir productos de proximidad, más saludables e incluso ecológicos. Lo corroboran vendedores y productores de la ciudad y su entorno.

Lo primero fue el boom del papel higiénico y la incertidumbre que provocó la visita en masa al supermercado. Luego las ventas de snacks como pipas o patatillas, cervezas y refrescos. También hubo semanas en las que escaseaba la harina y la levadura ante el auge de la repostería casera durante las semanas de confinamiento más estricto. Ahora, durante la desescalada, el consumo comienza a normalizarse. "Ahora yo creo que la gente está haciendo dieta, porque vienen buscando un montón de fruta y verdura", explica la propietaria de una frutería de la ciudad. "Con la vuelta a la normalidad el Mercado estuvo bastante parado y tenemos la idea de que es porque ahora la gente puede hacer otras cosas, antes solo podías salir de casa para venir aquí, entonces venías a comprar lo que fuese", cuenta Ana Belén Lubiáns, de la tienda de productos gallegos A Landocha, situada en la Praza de Abastos de Pontevedra.

Además, la reapertura de la hostelería también pone freno a las compras en supermercados. Antes todo consumo de celebración o de ocio se hacía en casa y había que comprarlo en el mercado, "ahora puedes ir a una terraza y tomar unas tapas", cuenta Lubiáns.

Aún así, la gente pregunta algo más sobre la procedencia de los productos que compra. "Nuestros clientes siempre se han interesado por llevarse productos de aquí y ahora quizás un poquito más", cuenta. Además, asegura que durante los momentos más restrictivos de la pandemia sus proveedores respondieron surtiendo al establecimiento de produtos.

"Non se trata só de sobiranía alimentaria, de que nos den de comer. Se algo demostrou esta crise é a necesidade de autoabastecernos, de poder ter nós a forma de sobrevivir se mañá pechan as fronteiras", explica el agricultor Rosendo Estévez, de Trasdeza Natur, refiriéndose a las dificultades para abastecerse de determinado material, especialmente médico, durante la pandemia.

El pescado

Si un producto local goza de especial reconocimiento es el pescado. Los productos con el apellido de la ría llevan consigo un sello de calidad del que nadie duda, por eso la Praza de Abastos cuenta con clientela fija especialmente preocupada por la procedencia del pescado. "Mientras estuvo todo cerrado y no comenzó la desescalada vendimos mucho, ahora empieza a bajar", cuenta María José Fernández sobre las ventas durante el confinamiento.

La vuelta a la rutina, con la incorporación paulatina al trabajo y la apertura de la hostelería restan horas en casa, pero coincide con la época del pescado azul, muy demandado en esta época. "Justo ahora la gente viene mucho buscando pescado azul de la ría, pero eso pasaba también antes de todo esto", cuenta Fernández, que nota pocas diferencias con respecto a la forma de consumo. "Durante el confinamiento sí que se vendía mucho, y la mayoría para congelar". La falta de tiempo, que en otros momentos sobraba, es también un motivo por el que las compras puedan tender a concentrarse en grandes superficies.

La carne

Mientras para algunos el parón de la hostelería se traduce en el aumento de ventas para el consumo en los domicilios, en el caso de la carnicería de de Monse Acuña, situada en el Mercado, nota la falta de demanda de la restauración que suponía una vía de salida de mercancía importante.

"Es cierto que con todo lo que está pasando no nos podemos quejar, la alimentación de momento se está salvando", explica Acuña, que siempre vendió carne de ganaderos locales.

Una de las iniciativas que pusieron en marcha los placeros de O Mercado durante el confinamiento fue la creación de un servicio de entrega a domicilio para salvar las ventas en los momentos de mayor propagación del virus. El resultado fue positivo en un momento en el que la digitalización y la compra online o telefónica se expanden, tal y como explican en Carnicería Macario, que está notando el apoyo de los vecinos a su negocio durante esta crisis. El de la digitalización fue otro de los muchos retos de la pandemia.


Rosendo Estévez (Trasdeza Natur)

"Estamos empezando a recibir pedidos de novos clientes"

TrasdezaHortalizas, verduras y frutas, sobre todo fresas, forman parte de la producción de Trasdeza Natur, la empresa que gestiona Rosendo Estévez y que durante esta cuarentena siguió trabajando en el cultivo ecológico de estos produtos. Ahora se lanza a la venta de frutas deshidratadas.

Pese a la puesta en valor del trabajo en el campo que supuso la pandemia, en un momento en el que se les reconoció a los agricultores su labor esencial en la sociedad, Estévez explica que no fue un momento especialmente relevante en lo que a ventas se refiere. "Ao non poder saír da casa nada máis que para comprar, moita xente optaba por ir a grandes superficies onde xa o tiña todo xunto, carnicería, peixería e froita", explica el agricultor, que asegura que esa es una de las grandes desventajas de los pequeños productores frente a las grandes cadenas de distribución de alimentación.

Sin embargo, sí admite que, a medida que la actividad se va reanudando, está recibiendo mayor cantidad de pedidos a través de su página web. "Son clientes que nunca compraran e que están facendo pedidos agora, tamén noto que a xente ten maior interese polo consumo ecolóxico, precúpase por que sexan produtos saudables e de proximidade", cuenta.

"Hai un maior interese polo consumo ecolóxico"

En Trasdeza Natur realizan también visitas guiadas a sus cultivos para enseñar de qué forma crecen los productos que luego se llevan a la mesa. Esa forma de consumo consciente y respetuoso coge impulso en estas primeras semanas de desescalada, pero de la concienciación del consumidor depende que se mantenga. "Non é só por recoñecer o traballo dos agricultores, senón porque está demostrado que cando somos capades de autoabastecernos témolo máis fácil. Se hai que pechar as fronteiras é moito mellor poder sobrevivir sen ter que recurrer a China ou a onde sexa", cuenta.


Aleixa Sanmartín (Frutería Aleixa)

"Parece que todo el mundo se haya puesto a dieta tras la cuarentena"

Frutería Aleixa"Incluso me venían con las recetas para comprar todos los ingredientes, durante la cuarentena hubo momentos de avalancha. Ahora se calmó todo un poco, pero la gente sigue comprando bastante fruta y verdura, parece que todo el mundo se haya puesto a dieta y quiera comer muy saludable". Lo cuenta Aleixa Sanmartín entre risas, refiriéndose a los efectos colaterales de la cuarentena en el peso de muchas personas a las que el tener la nevera demasiado cerca y el gimnasio cerrado ha pasado factura.

El negocio de Aleixa, la Frutería Aleixa, no cerró sus puertas durante los momentos más duros de la pandemia y siguió distribuyendo frutas y hortalizas desde su local en la calle Javier Puig. "Hubo días en los que me quedé sin algunos productos que se usan mucho en cocina, como pimientos y brócoli, porque había un montón de compras y era imposible reponer", cuenta.

"La gente empezó a calmarse cuando se dio cuenta de que la comida no se acababa, que las tiendas de alimentación no iban a cerrar", recuerda. "Pero en realidad al principio la gente no llevaba cosas tan sanas", cuenta.

"No solo interesa que la fruta sea de aquí, sino que este sea un pequeño negocio"

Si hubo un momento en el que lo que más interesaba de su tienda era lo dulce, ahora lo que más se demanda es la fruta de temporada. "Esta época siempre fue un momento en el que se vende mucha fruta, pero este año yo noto algo más de lo normal", explica. Sobre la trazabilidad de la mercancía, Sanmartín trata de llenar sus estanterías con frutas y hortalizas con origen gallego. "Es algo por lo que la gente pregunta mucho y yo siempre que puedo recurro a proveedores de aquí, De hecho, lo que tengo en la tienda ahora mismo es prácticamente todo gallego", explica.

Del mismo modo, añade que percibe mayor concienciación con los establecimientos pequeños. "No solo les interesa que la fruta sea de aquí, sino también que la frutería sea un pequeño negocio", dice.