El Gremio de Mareantes gana el pulso por el palio en el Corpus Christi

La entidad marinera procesionó con el dosel religioso en contra de la decisión que había adoptado la Coordinadora Interparroquial de prescindir de este elemento al argumentar que en este desfile no custodia al Santísimo Sacramento

"Prevaleció la sensatez y el sentido común". Con estas palabras el presidente del Gremio de Mareantes, José Luis Arellano, mostró este domingo su satisfacción en representación del colectivo marinero por haber podido mantener la tradición de salir con el palio (dosel de tela sujetado por seis varas que custodia al Santísimo Sacramento) en la procesión del Corpus Christi. Considera que la polémica suscitada por la decisión que había adoptado la Coordinadora Interparroquial de prescindir de este elemento por no cumplir su función en el desfile "podía haberse evitado si no planteara este cambio y se limitase a a respetar la tradición".

"Excepto Dios, todo el mundo manda en la organización de la procesión", subrayó Arellano, contento después de que las aguas hubieran vuelto a su cauce.

El Gremio de Mareantes fue el principal protagonista de la festividad del Corpus. Además del pulso que mantuvo con los representantes eclesiásticos para poder sacar el palio, cumplió con la secular tradición de invitar a la Corporación municipal a degustar pan de maíz acompañado de una copa de aguardiente blanca.

El alcalde nacionalista, Miguel Anxo Fernández Lores, acompañado de la concejala del BNG Carmen Fouces y de los populares Jacobo Moreira, Tomás Abeigón, Aurora Cañizares, María José Rodríguez Teso y César Abal, acompañados por la Banda de Música de Pontevedra, constituyeron una comitiva que partió desde el Consistorio hacia la capilla de San Roque, donde tuvo lugar el peculiar desayuno. Tras reponer fuerzas, el cortejo trasladó las imágenes de San Miguel y San Telmo desde la ermita hasta la Real Basílica de Santa María la Mayor, donde a las 11.00 horas el obispo auxiliar de Santiago, Jesús Fernández gonzález, presidió la celebración eucarística del Corpus.

El palio del Gremio de Mareantes cumplió su función en cuanto finalizó la misa solemne al acompañar al Santísimo Sacramento hasta el exterior del templo, para ser colocado bajo una custodia de plata con la que efectuó la totalidad del recorrido, que incluyó el paso por la Praza Alonso de Fonseca, avenida de Santa María (engalanadas con cuatro vistosas alfombras florales elaboradas por un grupo de feligreses), Alfándega, Don Filiberto, Manuel Quiroga, Soportais, Praza da Ferrería (también decorada con un tapiz natural y donde estaba situado un altar en el que tuvo lugar la bendición de la Eucaristía y se entonaron cánticos religiosos), Paseo de Antonio Odriozola, Pasantería y Sarmiento. Como es tradición en el Corpus que se celebra en los años impares, la procesión se recogió en la iglesia de San Bartolomé.

En la procesión participaron las imágenes de San Telmo, San Roque, San Julián, San Sebastián, San Miguel y la Virgen Blanca. Aunque también estaban preparadas para participar en el recorrido otras dos imágenes, la falta de personas voluntarias para portarlas impidió su inclusión en el desfile, que se desarrolló bajo un sol de justicia y con una temperatura que rondó los 30 grados centígrados. Los devotos que presenciaron el desfile lo hicieron cobijados en la sombra de los lugares por los que discurrió la procesión.

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