El coso de San Roque está de cumpleaños

La reconstrucción en piedra de la Plaza de Toros fue inaugurada con una miniferia el 12 y 13 de agosto de 1900 ► El primer cartel lo formaron Emilio Torres "Bombita" y su hermano "Bombita Chico". Su contratación costó 15 pesetas
Imagen de aquella corrida inaugural de la flamante Plaza de Toros. DP
photo_camera Imagen de aquella corrida inaugural de la flamante Plaza de Toros. DP

La Boa Vila es taurina desde que existe constancia de la tauromaquia. Su tradición torera está íntimamente ligada a la evolución de la fiesta nacional y la memoria colectiva sitúa las primeras corridas en la plaza de A Ferrería, aunque en ocasiones también se celebraron en la del Pescado y la de Alhóndiga. El primer registro taurino documentado se remonta al 4 de mayo de 1559 -aunque todo apunta a que entonces ya no era algo novedoso- y A Ferrería continuó siendo el epicentro de las lidias hasta el siglo XVIII. En aquellos tiempos, las plazas eran de quita y pon y se improvisaban con carros o con cierres de tablas de madera.

Pero en el siglo XIX la situación dio un vuelco y empezaron a construirse recintos permanentes. En Pontevedra, el capitán de artillería Benito Calderón Ozores, hermano de la marquesa de Riestra y yerno de Montero Ríos, que era un gran aficionado a los toros, mandó levantar una plaza de madera en el Campo da Torre.

El flamante coliseo se inauguró también por estas fechas del año 1892. Tenía dos pisos, el primero con tendidos y el segundo con palcos y andanadas. Su capacidad superaba las 7.000 personas y para el estreno se contrató al torero Luis Mazzantini, el indiscutible número uno del momento.

Pero el clima gallego poco futuro le iba a augurar a una estructura de madera, que acabó demolida poco después, y en 1896 surgió una corriente popular para levantar una de piedra, para lo que se solicitó al Concello la cesión gratuita de los terrenos de San Roque donde se levantaba la anterior. La petición recibió el visto bueno municipal el 5 de noviembre de ese mismo año y comenzó a construirse lo que hoy se conoce como Plaza de Toros de Pontevedra.

Para su financiación, se realiza una cuestación popular con acciones de 50 pesetas (pagaderas en cinco plazos) y se encarga la obra al arquitecto Siro Borrajo, que la comenzó el 8 de octubre de 1899 a ritmo de pasodoble marcado por la Banda del Hospicio.

Los hermanos 'Bombita', junto a sus subalternos en la tarde de la inauguración. DP
Los hermanos 'Bombita', junto a sus subalternos en la tarde de la inauguración. DP

Un año después, el 12 de agosto de 1900, se estrenaba oficialmente con una miniferia de dos días (igual que ahora) para las que se contrató a Emilio Torres "Bombita" por 15 pesetas y a su hermano Ricardo Torres "Bombita Chico", que lidiaron toros de Salas, una de las más prestigiosas ganaderías de aquel momento.

Para hacer frente a las inclemencias meteorológicas tan habituales en agosto, en 1995 se le colocó una cubierta de lona y se ejecutaron unas reformas que dejaron el actual aforo en 8.800 espectadores.

El día que Rafael Alberti hizo el paseíllo

Desde sus orígenes, el coso de San Roque fue visitado por multitud de reyes, jefes de Estado, cardenales, intelectuales y personajes célebres de toda ideología. 

Uno de ellos fue el poeta Rafael Alberti, gran aficionado a la fiesta nacional y torero frustrado pues nunca encontró el valor necesario para ponerse delante de un astado. 

Sin embargo, tenía una espinita clavada: vestirse de luces y hacer el paseíllo. Su amigo, el diestro Ignacio Sánchez Mejías, le cumplió el deseo el mismo día en que se cortó la coleta, un 3 de julio de 1927. Alberti vestía de naranja y negro y pocos en las gradas lo reconocieron de esa guisa.

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