Cousiño, el callejón más colorido

Con el objetivo de darle visibilidad a la zona, los hosteleros decidieron colgar paraguas de colores para llamar la atención de los viandantes ► Los vecinos y comerciantes ponen en valor el carácter familiar de la vía
Algunos comerciantes de la calle Cousiño. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Algunos comerciantes de la calle Cousiño. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Situada entre las calles Sarmiento y Sierra y con poco más de 100 metros de longitud, la Rúa Licenciado Francisco de Paula Cousiño, más conocida como calle Cousiño, ha adquirido esta semana un gran protagonismo en toda la ciudad. El motivo, la última campaña puesta en marcha por los comerciantes de la vía y cuyo objetivo no es otro que el de darle visibilidad a la zona. ¿Cómo? Pues dejando atrás la imagen sombría que tenía habitualmente este callejón y aportándole luz y color a base de paraguas flotantes azules, verdes, amarillos, naranjas, rojos y rosas que llaman la atención de todos los viandantes.

"La idea partió de la base de aportar colorido y ambientación a la calle, sabíamos que la fórmula de los paraguas funcionaba y decidimos hablar con los vecinos y con el resto de comerciantes, que se animaron a colaborar. Desde que los colgamos no para de pasar gente, tanto de aquí como turistas, que se sacan fotos. Si cobrásemos por cada selfie...", bromea Raúl Facciola, propietario de la Creperie Cre-Cotte, que asegura que el objetivo de "dinamizar el entorno y darle alegría" está más que conseguido.

El hostelero lleva instalado en esta zona desde el año 2008 aunque no fue hasta poco antes de la pandemia cuando trasladó su terraza de la Rúa Real a la de Cousiño.

"Cuando mis hijas eran pequeñas siempre jugaban aquí con el resto de niños de la zona. Se juntaban 12 o 13 niños y pasaban la tarde aquí jugando. De hecho, cuando se inauguraron el parque de aquí al lado, ellos preferían quedarse aquí y disfrutar de la calle. Es una zona muy familiar", afirma.

El empresario más veterano de la zona es Luis Rey, dueño del Bar Brasil. "Este negocio lo abrió mi padre en el año 1967 y después lo comencé a regentar yo en la década de los 90", explica el propietario, que ocupa un bajo que durante muchos años fue una pensión y, posteriormente, un restaurante.

¿Cambió mucho la calle Cousiño desde entonces? "Muchísimo", responde Rey. "El ambiente es completamente distinto. Antes mi local era un pub y ahora es cervecería, y en cuanto a la clientela, antes teníamos un público más juvenil y ahora trabajamos con gente de más de 30 años".

¿Y qué mejoraría de la zona? "Nada, a mí me gusta todo", asegura el hostelero. "Es una calle tranquila y con ambiente familiar. Tiene su encanto", reconoce.

Cerrando la oferta hostelera, en esta calle está también el Café Grous, otro de los veteranos de la vía, ya que abrió hace más de 20 años. Aquí están también el V Copas & Cafe, y el Otto Pub. La apertura de este último negocio tuvo lugar en enero de este año.

Otros negocios

Más allá de las terrazas, en esta vía hay también otros dos establecimientos ajenos a este sector. Por un lado, el taller de artesanía de joyería San Eloy, que abrió en el año 2004. "No es una calle de muchos negocios pero tiene su encanto, es una calle tranquila y aquí nos conocemos todos", explica su propietario.

La última en llegar, aunque solo a nivel empresarial ya que lleva viviendo en la vía "toda la vida" es Sonia García, que puso en marcha el Turoqua Hostel en marzo de este 2023, aunque la oportunidad ya surgió hace casi dos años. En este alojamiento confluyen a la perfección el turismo y al cultura ya que su interior parece un museo gracias a todos los secretos de la ciudad del Lérez que allí se revelan.

"En los últimos años la calle ha cambiado no solo a nivel estructural sino también sus costumbres. Yo soy de la época del florecimiento del campillo y antes aquí la movida era mucho más grande. Ahora, sobre todo tras el covid, los pubs no tienen tanto éxito sino que triunfan más las terrazas", afirma.

Esta pontevedresa también resalta de esta vía su carácter familiar. "En esta calle tú te puedes encontrar a los niños jugando como lo hacíamos antes. Pintan el suelo con tizas, juegan a la pelota... hacen comunidad. De hecho, todos los vecinos tenemos un grupo de whatsapp Radio Cousiño y nos reunimos para hacer comidas todos juntos. Ahora tenemos que retomarlo porque con la pandemia se paralizó. Pero nos conocemos todos y hay un ambiente muy bueno", explica García.

Una vía de acceso desde el puerto
Además de ser la gerente del Turoqua Hostel, Sonia García es también guía turística, con lo que conoce a la perfección la historia de la calle Cousiño. "Antiguamente en esta zona teníamos el mar, el puerto, y por ahí entraban todos los barcos. Como buena zona de pesca, cada una de las calles del entorno recibía el nombre de cada uno de los gremios, pero esta era conocida como la Rúa do Peixe Fritido, un nombre que nos recuerda a esa época en la que se freían en plena calle los espetos, las sardinas... Además, la calle paralela era la de bajada al puerto, la de los toneles, y esta era la de acceso a la ciudad", recuerda. García explica también como en el balcón de su hostal se puede ver el nombre grabado de la calle en la forja. "Es en el único lugar de la ciudad donde se puede ver esto", asegura.

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