El viento sopla a favor de Coverwind, una empresa pontevedresa que, pese a su corta trayectoria, se está convirtiendo en una firma de referencia internacional en el sector de la industria eólica. Las grandes organizaciones empresariales han puesto el foco en ella y, por lo de pronto, le han brindado importantes premios. El último, hace apenas unas semanas, de la mano de la Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía de Arousa, que la ha coronado como la Pyme del año.
La sociedad fue fundada a finales de 2016 por los hermanos Íñigo Domínguez y Pablo Domínguez, y Francisco Álvarez que, aún no teniendo lazos de parentesco con los dos primeros, "podría ser un hermano más a día de hoy". El nombre de la compañía tiene una clara intencionalidad y es dejar presente que Coverwind posee capacidad "para cubrir todas las necesidades" de la industria del viento, desde la instalación de aerogeneradores a su supervisión y reparación.
La previsión es que los encargos sigan in crescendo con motivo de la lucha contra el cambio climático
La idea surgió cuando los tres trabajaban en una empresa del sector de Santiago de Compostela, en la que se percataron de que "había nichos de mercado que no estaban cubiertos y que había posibilidades de abarcar más actividad de la que se realizaba". Además, la terna de fundadores tenía ganas de "generar industria en Pontevedra" y trabajar cerca de casa. "El hecho de poder ir andando al trabajo no tiene precio", señala Íñigo.
A finales de 2016 recibieron a su primer cliente y en un espacio breve de tiempo las expectativas se quedaron cortas. "Sabíamos que el sector tenía potencial y que era un buen momento para las renovables, pero no nos imaginábamos la respuesta que obtuvimos. En dos meses ya habíamos superado con creces el plan de empresa", añade Íñigo.
PROYECTOS. La cartera de clientes fue in crescendo y el negocio fue evolucionando a la par. Hoy la empresa tiene una filial en Francia, donde se concentra gran parte de su trabajo, y una plantilla con cerca de 110 empleados, de los que más del 70% son gallegos.
El abanico de destinos se ha ido ampliando y ya suma 19 países ubicados en distintos rincones del planeta. Estados Unidos, China, Reino Unido, Grecia, Italia, Polonia, Noruega, Suecia, Egipto, Jordania, Senegal, Mauritania... La lista es dispar y la previsión es seguir añadiendo naciones, aprovechando que la apuesta por las renovables es palpable "en todo el territorio mundial".
El objetivo marcado por la Unión Europea de llegar en 2020 a un 20% de energía generada con renovables ha multiplicado la carga de trabajo y el prototipo de servicios. "Inicialmente empezamos dando soporte a la supervisión, pero ahora tenemos tres departamentos dedicados a la instalación de los paneles eólicos, a la operación y mantenimiento, y a la reparación de palas. Este último es el más reciente, pero estamos intentando que la carga de trabajo esté repartida entre las tres áreas", explica Francisco.
El bum de las renovables ha llevado a Coverwind a participar en grandes proyectos y a colaborar con grandes multinacionales aunque, en opinión de Íñigo, muchos países deberán pedir prórroga. La promoción de las energías limpias se ha hecho a marchas forzadas, por eso aboga por imprimir un ritmo "más continuo" en el cambio de sistema, como hace, por ejemplo, Alemania.
Los objetivos establecidos para los próximos años promete seguir engordando la lista de encargos. Por lo de pronto, el perfil del cliente es variado, aunque comparte un nexo común: "Buscan la calidad, no un trabajo low cost para intentar salvar el momento", señala Pablo. El crecimiento anual está siendo del 30% y está previsto cerrar 2019 con 5,5 millones de facturación. "La magnitud de al empresa empieza a tener cierta consideración".
Colaboración
La apuesta por la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) ha llevado a Coverwind a colaborar con tres sociedades sin ánimo de lucro, a las que aporta su "grano de arena". A nivel local es Red Madre; a nivel autonómico, Solidariedade Internacional de Galicia, y a nivel estatal, Energía sin Fronteras.
