COVID evolución: visión de un especialista

El jefe de servicio de MI e infecciones del Chop da pautas para prevenir y controlar la expansión del virus
Juan Carlos Rodríguez, miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. GONZALO GARCÍA
photo_camera Juan Carlos Rodríguez, jefe de servicio de MI e infecciones del Complejo Hospitalario de Pontevedra. GONZALO GARCÍA

LA COVID-19 es una enfermedad infecciosa producida por un nuevo virus pandémico que fundamentalmente causa enfermedad grave por afectación respiratoria y en menor grado cardiológica y neurológica y lo hace principalmente en el colectivo de mayores de 60-65 años (a mayor edad mayor riesgo) sobre todo si presentan comorbilidades médicas, y en otros rangos de población en pacientes con patologías crónicas, sobre todo cuando coexisten varias y de forma especial los problemas cardio-pulmonares o las inmunodeficiencias originando una mortalidad entre 25%-30% de los ingresados. De todas formas, aunque en menor grado, otros tramos de la población sin patología también se pueden ver afectados de forma grave e incluso fallecer si adquieren la infección, por lo cual debemos ser conscientes de ello, y además porque de no protegerse adecuadamente, este colectivo de COVID evolución: visión de un especialista jóvenes, contagiarán a muchas otras personas entre ellos sus propios familiares.

El virus que produce la enfermedad, el SARS-CoV-2, como tal virus respiratorio, presenta ciclos de contagiosidad y patogenicidad /virulencia a lo largo del año, siendo mucho mayor en meses fríos por el contacto más estrecho y la mayor contagiosidad y gravedad de virus. Esta capacidad de enfermarnos es mucho mayor si descuidamos las medidas preventivas: distanciamiento de 2 metros, lavado frecuente de manos y utilizar en todo momento mascarilla facial, en general las quirúrgicas convencionales, pero en contextos de mayor riesgo la FFP-2. Además, tenemos que procurar una ventilación adecuada de los lugares cerrados con cambios frecuentes del aire y manteniendo el mayor tiempo posible la aireación de las mismas en todos los niveles. Debemos limitar el uso de calefacciones a gran intensidad que disminuyen la humedad en los locales cerrados causando mayor riesgo de contagios (lo ideal sería mantener un porcentaje de humedad entre 50%-70%).

La evolución previsible de la pandemia es preocupante dado que nos vamos acercando al otoño-invierno. A partir de ahora no será una cuestión de muchos test (PCR) positivos y pocos ingresos o enfermos (en agosto ha habido menos de 2500 ingresos, cuando la media de la gripe es un total anual de ingresos en torno a 40 mil. Pero la gripe no es un nuevo virus y por tanto se limita a la temporada más favorable para él, los meses de frío debido a que la inmunidad que tenemos tras tantos años con nosotros). Pero las cosas van a cambiar por desgracia a peor pronto y de forma dependiente a como actuemos. (El Nº de ingresos en aumento progresivo de un virus respiratorio como es la COVID en agosto lo anuncia). La posibilidad de que tengamos la vacuna para diciembre/enero hace más esperanzador un futuro difícil. Pero podría no llegar y hay que estar preparados (véase el reciente caso de la aparición de un caso de mielitis trasversa en un vacunado voluntario - en estudio actual-). En todo caso, debemos actuar con inteligencia ante esta pandemia y extremar las medidas de prevención y de aislamiento de personas enfermas. Por todo ello, quiero destacar varios aspectos por si pueden resultar de utilidad:

1-Las medidas de prevención de contagios deben ser “continuas” a todos los niveles: trabajadores, niños/escolares y a nivel familiar. De poco vale hacerlo bien muchas horas si luego lo estropeamos en 20 minutos.

2-Los ciudadanos de riesgo deben ser correctamente aislados e informados.

2a-Los niños en edad de guardería deberían de momento ser mantenidos en casa para evitar un contacto masivo en las próximas 3 -4 semanas, que además llevaría a su cierre como ya vemos en muchos lugares. Es imposible mantener un aislamiento adecuado de niños tan pequeños y por lo tanto anticipo que esto va a ocurrir si no se toman las medidas adecuadas. Por otro lado, también es imposible mantener un adecuado aislamiento de estos niños si se infectan/enferman en el domicilio.

2b-Para otros escolares más mayores permitiría su retorno a clases/ universidades siempre que se cumplan correctamente las normas de prevención, prohibiéndolo si esto no ocurre. Mantener malas medidas de control solo nos llevará a graves problemas unas semanas más tarde de su implantación. El teletrabajo para estudiantes (como para el resto de los trabajadores) debe ser fomentado en lo posible.

2c-Se deberían de contemplar, según la evolución proceder a aislamiento de grupos de alto riesgo, de forma especial los mayores comórbidos. Una idea interesante ya realizada en otros sitios son las ocupaciones en habitaciones hoteleras u otras instalaciones adaptadas. La infección de estos ciudadanos, aparte de sus consecuencias médicas complicaría mucho la situación de los hospitales.

2d-Las residencias de ancianos no pueden verse afectadas nuevamente, dada la elevada mortalidad de sus internos si se infectan (me preocupa mucho que esto esté ya ocurriendo y debería ser evaluado con prontitud a varios niveles de responsabilidad: sanitarios, judiciales etc). Se debe mantener la restricción de visitas y poner el personal que presente datos de haber pasado a la enfermedad (IgG positiva) en su atención. Si no fuera posible se deben tomar precauciones de control de contagios estrictas.

2e-La determinación serológica de IgG se debería llevar a cabo en todos los trabajadores que presentan alto riesgo de contagiar o ser contagiados: personal sanitario, fuerza de seguridad, docentes, etc.

3-Para finalizar, quiero comentar la recomendación de la vacunación. Son las vacunas las medidas más costos eficientes de la historia de la medicina, que han salvado millones de vidas y han impedido secuelas muy graves. Su riesgo de inducir un problema grave es mínimo, desde luego mucho menor que la de padecer la enfermedad tanto en cuanto a su mortalidad como morbilidad. Si la COVID nos golpea con fuerza durante este otoño-invierno como parece, las consecuencias sanitarias y socioeconómicas serán tremendas y la necesitaremos cuanto antes adaptando sus indicaciones a la tipología de la población afectada. Vacúnense el mayor número de personas de la gripe este año y sobre todo los ciudadanos incluidos en grupos de riesgo. Y cuando tengamos la vacuna del coronavirus disponible no duden en ponerla lo antes posible. La ciencia y la gran mayoría de los profesionales de prestigio no duden que ASÍ se lo recomiendan.

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