El coronavirus se ceba con el turismo. Los datos sobre la coyuntura turística publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) constatan un impacto inaudito en el sector en el mes de junio. El bajón es generalizado en un país que vive de quienes lo visitan y la crisis se lleva por delante viajeros, pero también empleos y negocios.
El contexto sociosanitario en el que comenzó la temporada turística determinó que la actividad se redujera casi al completo. Las restricciones de movimiento entre provincias, que se mantuvieron hasta mediados de mes, y las medidas de distanciamiento limitaron hasta el extremo la actividad del sector.
Un 87% menos de turistas
El número de personas que visitaron la provincia en junio se desplomó un 87% con respecto al mismo mes de 2019, rompiendo con una tendencia al alza que se venía manteniendo desde hace años. Las Rías Baixas como destino turístico llevaba años batiendo récords, pero 2020, pese a las buenas expectativas en la era precovid, marcó un abrupto cambio de tendencia. Si en junio de 2019 llegaron 157.260 personas, en 2020 solo lo hicieron 19.502. El número de pernoctas también cayó un 88,3%.
Solo hay un dato que sube con respecto a 2019 y es el de la estancia media. Si el año pasado era de 2,17 días, ahora es de 2,55.
Un 95% de turismo nacional
La práctica totalidad de los turistas que visitaron la provincia vinieron de otras partes de España. Fueron el 95% y llegaron principalmente de la propia comunidad gallega. Así, dos de cada cinco turistas que visitaron la provincia en junio eran gallegos. Por otra parte, entre los visitantes destacan también los procedentes de Madrid (15%), Castilla y León (9,5%), Asturias (6,8%) y Andalucía (6,8%).
El turismo internacional solo supuso un 5% del total. Aunque la provincia recibe normalmente turistas nacionales, el índice de extranjeros es especialmente bajo en esta ocasión, ya que en junio del año pasado los turistas extranjeros representaban el 33% del total.
En este sentido, es importante señalar que Galicia alcanzó la nueva normalidad el 15 de junio, lo que levantó las prohibiciones para moverse entre provincias. El resto de España lo hizo una semana después, el 21 del mismo mes, por lo que fue solo a partir de ese momento cuando fue posible acceder a las Rías Baixas desde otras comunidades.
En esa misma fecha, el país se abrió al turismo internacional con otros estados del espacio Schengen, aunque la apertura de fronteras con Portugal se retrasó hasta el 1 de julio. Este retraso fue también determinante para el sector turístico, ya que el peso de los viajeros del Sur del Miño es relevante para las Rías Baixas. Los brotes en el país luso motivaron nuevos confinamientos que ralentizaron la llegada de turistas a las Rías Baixas, una dinámica que se mantiene en julio según el sector.
Las personas empleadas en el sector bajan un 90%
Durante el mes de junio, la provincia de Pontevedra solo contaba con 195 establecimientos abiertos, frente a los 482 de 2019. Esto implica que más de la mitad de los negocios relacionados con el turismo mantuvieron las verjas bajadas durante la desescalada. El parón en la llegada de visitantes motivó una ralentización de las reaperturas, tanto de los establecimientos hoteleros, como en la hostelería. De hecho, según un estudio realizado por la federación de hosteleros, a día de hoy en Galicia solo están abiertos el 85% de los establecimientos de este tipo.
De este modo, el número de habitaciones disponibles en la provincia era menor que hace un año en un 68%. En junio de 2020 había 4.644 habitaciones frente a las 14.117 de 2019.
La consecuencia directa es la desaparición de puestos de trabajo. De este modo, el número de personas empleadas en el sector cayó un 90% en junio. Así, solo 942 personas trabajaron en este ámbito frente a las 9.109 del año pasado.
