El covid reinventa las comidas familiares de Navidad

Ante las restricciones sanitarias que limitan las reuniones los matrimonios mayores adquieren en la Praza de Abastos los productos alimenticios que cocinan en sus hogares para luego enviárselos a sus descendientes que residen en otras localidades ►Los vendedores del Mercado, que achacan la caída de encargas a la incertidumbre que rodea a las limitaciones por la pandemia, prevén un aumento de las ventas de última hora
Marisco y pescado en los puestos de la Praza de Abastos. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Marisco y pescado en los puestos de la Praza de Abastos. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

"La incertidumbre es absoluta. La gente no sabe si comprar o no porque a estas alturas aún desconoce si se van a poder reunir con la familia en las tradiconales comidas y cenas navideñas". Son palabras de Manoli Domínguez, una de las vendedoras más veteranas de la Praza de Abastos y que está observando un cambio en el hábito de la clientela del Mercado debido a las restricciones impuestas por las administraciones sanitarias para frenar los contagios por covid-19.

"El año pasado quien adquiría tres o cuatro kilos de cigalas ahora lleva dos. Estamos comprando en la lonja con miedo porque no sabemos cómo van resultar las ventas. Esto es una aventura", apostilla la placera.

Además, precisa que estas Navidades no vaya a haber cenas de empresa en los establecimientos hosteleros debido a la pandemia supondrá una bajada en las ventas de la Praza de Abastos que se verá compensa en parte con las comidas y cenas familiares. "Como hay un número máximo de comensales (en principio hasta seis, aunque esta cifra podría variar en función de la evolución de los datos epidemiólogicos) muchos matrimonios mayores, personas que son más vulnerables al coronavirus, optarán por enviar pedidos de productos alimenticios –sobre todo marisco– a sus hijos y nietos que residen en otras localidades", apostilla Manoli Domínguez.

CIERRE PERIMETRAL. El cierre perimetral decretado por la Xunta de Galicia, que impide la movilidad entre localidades con distinto nivel de contagios, está afectando en gran medida a las ventas en la Praza de Abastos. "Muchos de nuestros clientes son de ayuntamientos vecinos y la restricción en el desplazamiento les prohíbe venir a Pontevedra. Incluso me han anulado algunos encargos", comenta la vendedora.

El cierre de la hostelería ha hecho que muchas familias estén comprando en el Mercado Municipal algo más de productos alimenticio –sobre todo durante el fin de semana– que toman en sus hogares. "El sábado hay más cantidad de gente que se anima a llevar una centolla, un kilo de camarón o de cigala", explica Mary Iglesias, que está al frente de una bancada de venta de marisco.

"Hay clientes que están adquiriendo artículos para congelar, aunque no tanta cantidad como en las pasadas Navidades al no poder organizar las reuniones familiares", apostilla.

En todo caso, Mary Iglesias reconoce que los vendedores tienen "bastante miedo" ante la incertidumbre de una campaña de Navidad atípica que no pueden prever cómo va a resultar. Aún así se muestra optimista.

MENOS ANTELACIÓN. Macario Fariña, que tiene un puesto de productos cárnicos en la Praza de Abastos, señala que las ventas de cara a la Navidad van a un paso "muy lento". "Comencé a recibir encargos a partir de la semana pasada, y eso significa que la gente ya no compra con la antelación de años atrás sino que lo hace al día".

En este sentido, el propietario de Carnicería Macario precisa que en 2019 por estas fechas ya había recibido encargos de entre 40 y 50 corderos. "Con la crisis sanitaria la familia ya no se puede reunir, por lo que quien antes compraba un cordero entero ahora lleva medio".

Además, este veterano carnicero del Mercado Municipal está observando un cambio que afecta a las próximas comidas y cenas navideñas. "Hay personas que a pesar de todo mantienen la tradición de cocinar la cena para toda la familia, y lo logran mediante una fórmula: se llevan el cordero entero, lo preparan en sus casas y luego lo reparten con los hijos y los nietos para que lo coman en sus domicilios".

Macario Fariña confía en que las ventas se mantengan con respecto a las pasadas Navidades, si bien pronostica que las compras se efectuarán hasta última hora del propio día de Nochebuena: "La gente va a cenar igual pero lo hará más repartida, sin las reuniones de otros años".

"En las Navidades de 2019 vendimos mucho el mismo día 24. Fue una locura. Recuerdo que tenía en mi carniceria alrededor de 25 corderos y que estaba muy asustado porque creí que no los iba a vender, pero al final los vendí todos", explica el carnicero. Además, insiste en que "la gente no sabe qué va a hacer y cómo se van a reunir. Están pendientes de las noticias. Hay total incertidumbre porque todos tenemos gente mayor en casa y hay miedo a los contagios".

PRECIOS. En estas primeras Navidades atípicas marcadas por las restricciones sanitarias para la contención de la pandemia y las limitaciones encaminadas a frenar los contagios el precio de la cesta de la compra en la Praza de Abastos no varía con respecto a la campaña de 2019. El coste del marisco, del pescado y de la carne es muy similar al de Navidades anteriores.

En cuanto al marisco, las condiciones meteorológicas adversas redujeron las capturas y la oferta de producto, con lo que los precios han registrado un ligero aumento en los últimos días. El precio de la centolla está subiendo de forma notable y se prevé que lo siga haciendo aún más a medida que se acerque la Nochebuena. "Hay mucha cantidad pero no toda es de la mejor calidad", señala Mary Iglesias. "Los precios del marisco –subraya– son similares a los de las pasadas Navidades. No va más barato a pesar del cierre de los bares".

Así, los aficionados al marisco pueden hacerse con una buena selección sin tener que rascarse tanto el bolsillo coo si esperan hasta el 23 para aprovisionarse. Las cigalas, que se podían adquirir en las pasadas Navidades entre 33 (la de menor tamaño) y 50 euros (la más grande), estaban este miércoles a un precio de entre 32 y 48 euros. El camarón de más calidad estaba a 55 (el mediano) y 80 euros (el grande), mientras que en las Navidades de 2019 costaba entre 70 y 110 euros (incluso 30 euros el kilo del camarón de menor tamaño).

La centolla grande, que en el arranque de este mes oscilaba entre 25 y 27 el kilo, está ahora a entre 30 y 35 euros, mientras que la mediana está entre 22 y 25 euros.

PESCADO Y CARNE. Con respecto a los pescados, en las pasadas Navidades el rodaballo se cotizaba a 18 euros el de piscifactoría y a 40 el de la ría. En la actualidad el precio en el Mercado es de 35 euros el kilo. El lenguado, la otra opción con mayor demanda en los menús navideños, está entre 25 y 30 euros el grande y entre 20 y 22 euros la ración, los mismos precios que en la campaña de 2019.

Los aficionados a la carne también disponen de una amplia variedad de productos que pueden adquirir en los diversos puestos de la Praza de Abastos. El precio del cordero es muy similar al de las pasadas Navidades, a 12 euros el kilo de lechal, si bien a partir del próximo viernes está previsto que este importe suba para situarse en torno a los 15 euros.

El pollo mantiene el precio que en la campaña de ventas de Navidad de 2019, esto es, a 8 euros el kilo, el mismo importe que el de la carne de capón.

El precio de la almeja cotiza al alza en la antesala de las fiestas
El precio de la almeja sigue cotizando al alza en la antesala de las fiestas navideñas. El sector marisquero salió este miércoles a faenar en la zona de A Seca (Poio), lugar al que regresarán durante la jornada de hoy para recoger el cupo de bivalvos fijado por las cofradías, esto es, un kilo de almeja fina y 11 de la variedad japónica. En su última cotización en lonja el precio de estos bivalvos osciló entre los 9,79 y los 45,8 euros, dependiendo de su tamaño y de la variedad.

 

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