La crisis alarma a los colectivos de lucha contra la pobreza: "O peor está por vir"

La tasa de riesgo de exclusión en Galicia creció hasta un 24,33% en 2019, antes de la pandemia
Santiago Barros, integrador social, y Pepa Vázquez, coordinadora de Boa Vida. BEATRIZ CÍSCAR
photo_camera Santiago Barros, integrador social, y Pepa Vázquez, coordinadora de Boa Vida. BEATRIZ CÍSCAR

Los pobres serán más pobres. Es el balance que dejará la pandemia conforme vayan pasando los meses y vayan acabándose los ahorros, el soporte familiar, el tiempo de prestaciones y otras ayudas. Lo vaticinaba este miércoles Pepa Vázquez, coordinadora de la asociación de lucha contra la pobreza Boa Vida. Organismos internacionales como el FMI también hablan de una crisis profunda y duradera, de modo que los niveles de desempleo se dispararán hasta 2026, según la institución. Aunque la crisis sanitaria haya obligado a cerrar la economía y la haya ralentizado, lo cierto es que, para las organizaciones, "o peor está por vir", tal y como indicaba Vázquez.

Precisamente estos días comienzan las actividades para conmemorar el Día Internacional de Lucha contra la Pobreza, que se celebra el próximo sábado, 17 de octubre. Bajo el lema Solidariedade, agora máis que nunca, Boa Vida llevará a cabo iniciativas de concienciación en la calle. En este sentido, la Rede Galega Contra a Pobreza presentó este miércoles en Santiago un informe anual en el que se reflejaba un aumento de personas en riesgo de pobreza o exclusión en Galicia, que supone el 24,3% de la población en 2019, lo que implica 33.000 personas más en la comunidad con respecto a 2018. Estos datos se refieren a un escenario en el que la covid todavía no estaba en juego, por lo que la previsión es que empeoren.

Las ONG conmemoran la semana de lucha contra la pobreza con el lema 'Solidariedade, agora máis que nunca'

"De momento non detectamos unha chegada masiva de usuarios, pero chegarán, como ocorreu na anterior crise, nun prazo de seis meses aproximadamente", explicaba este miércoles Pepa Vázquez. sin embargo, la coordinadora de Boa Vida sí explicó que la asociación recibió numerosas llamadas de emergencia durante el confinamiento que la llevaron a tener que hacer un reparto de alimentos por primera vez en si historia. "Nós preferimos non cubrir esa parte para non solapar o noso traballo co doutras entidades como Cáritas, pero durante o confinamento tivemos unha especial demanda e gastamos fondos propios para facer a compra a algúns dos nosos usuarios", contó Vázquez. Así, la entidad presta servicio a 152 personas, "que teñen detrás ás súas familias", en el concello de Pontevedra, aunque atiende también a gente de los municipios vecinos de Poio y Vilaboa.

Uno de los colectivos cuya situación ha empeorado de manera específica es el de los inmigrantes. De este modo, el acceso a ayudas es más limitado en su caso y los trámites para conseguir permisos de residencia o la nacionalidad se han paralizado, una situación que repercute en la economía de las personas extranjeras en situación irregular, ya que no pueden trabajar.

MIGRANTE. "Moitos traballaban de xeito informal na economía sumerxida pero agora as empresas temen as inspeccións e non contan con eles, tampouco teñen dereito ao Ingreso Mínimo Vital e outras axudas e os trámites para regularizar a súa situación están parados", explicaba Vázquez. Boa Vida atiende a población migrante de diversos orígenes. En su mayoría, los migrantes en Pontevedra provienen de Marruecos, aunque la comunidad de extranjeros que más crece en los últimos años llega desde Venezuela debido a la situación en el país. "A afirmación de que as persoas inmigrantes viven de axudas non pode ser máis incerta", apunta la coordinadora de Boa Vida.

En el mismo sentido, Boa Vida denunció ayer las brechas que ha supuesto la covid-19 también en el acceso a los recursos. "A dixitalización dos trámites afecta aos dereitos básicos das persoas, para poder acceder a certas axudas hai que ter os coñecementos de informática e os medios para chegar a elas e non en todos os casos é así", explica Vázquez, que recordó que tampoco todo el mundo puede tener una cuenta bancaria ya que las personas migrantes cuya situación no está regularizada no pueden abrir ninguna.

En cuanto a los de pobreza para Pontevedra, los últimos publicados por el Ige (Instituto Galego de Estatística) se refieren a 2018 y hablan de 4.618 hogares que viven con menos de 400 euros al mes en la provincia, así como 10.928 cuyos ingresos se sitúan entre los 40 y los 600 euros al mes. El ingreso medio en los hogares de Pontevedra era en 2018 de 2.228 euros al mes.

Por otra parte, el índice Arope (At risk of poverty and/or exclusion) señala el porcentaje de la población en riesgo de pobreza o exclusión. Así, en Pontevedra ciudad es del 20,7%, lo que la sitúa como la tercera ciudad gallega con mayor riesgo de exclusión tras Ferrol y A Coruña. Los datos son parecidos en toda el área de influencia de la Boa Vila, en donde una de cada cinco personas está en riesgo de pobreza.

Con la previsión de que estos datos empeoren, las organizaciones de lucha contra la pobreza hacen un llamamiento a la concienciación ciudadana. Así, Boa Vida saldrá a la Praza da Peregrina el próximo sábado para informar sobre su trabajo y captar voluntariado. Además, se llevarán a cabo más actividades de divulgación, como encuentros en línea. "Estamos nun momento especialmente sensible porque moitas das persoas que son voluntarias son maiores e teñen máis risco se contraen a covid, por iso nalgunhas ONG están bastante saturados de traballo ao non poder contar con todos os seus voluntarios", explicó Pepa Vázquez.

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