"La crisis muestra lo acertado que es el modelo urbano de Pontevedra"

Carlos Moreno, asesor de movilidad de la alcaldía de París, proyecta para las ciudades del futuro ciudades sin coches, con todos los servicios a quince minutos del ciudadano e infraestructuras multiusos
Carlos Moreno. CEDIDA
photo_camera Carlos Moreno. CEDIDA

La crisis del coronavirus ha puesto en evidencia las carencias de muchas ciudades en todo el mundo que hoy cierran algunas calles al tráfico para que sus ciudadanos tengan espacio suficiente para pasear respetando la distancia social y sin tener que desplazarse lejos. Así lo señala el director científico de la Cátedra del Territorio de la Universidad de la Sorbona, experto en ciudades sostenibles y asesor de movilidad de la Alcaldía de París, Carlos Moreno, que ha visitado Pontevedra en más de una ocasión para conocer de cerca el modelo urbano de la Boa Vila. Este mismo sábado invitaba al alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, a una mesa redonda internacional sobre ciudades sostenibles. "Estamos ante una oportunidad para cuestionarnos por qué tenemos que vivir así y transformar nuestras ciudades", manifiesta.

El pasado mes de febrero estuvo en Pontevedra grabando un reportaje sobre el modelo urbano. ¿Qué es lo que puede adoptar París del concepto de ciudad de Pontevedra?

Vengo para intercambiar experiencias, para trabajar con el alcalde de Pontevedra y comprender las perspectivas e inspirarnos. Hay que tener en cuenta que Miguel Lores ha sido un pionero en este ámbito, un visionario. Lo más importante para nuestras ciudades es precisamente tener alcaldes que tengan visión, coraje y determinación. La cuestión de los autos no es simplemente el hecho de que no haya autos en la calle, es que hay que cambiar de modo de vida, de modo de producción y de consumo. Los coches representan polución atmosférica, polución para la salud, representan ocupación del espacio público innecesario y representan la infraestructura de la ciudad que es utilizada para gente que se mueve dentro del auto, una persona máximo. 1,3 es el promedio. Hay que buscar otras maneras de vivir. El hecho de que en Pontevedra haya un alcalde que hace 21 años dijera: «Tenemos que darle la ciudad a los peatones, no estoy en guerra con los autos, lo que quiero es que la prioridad sean los peatones y que los autos se utilicen lo necesario» ha sido un gran acierto. Una ciudad para los niños, para la tercera y cuarta edad, para el uso colectivo del transporte y al final el auto privado. Me parece que eso es excelente porque define una prioridad indispensable. Hoy en día la crisis del coronavirus demuestra lo acertada que era esta visión.

¿Cómo cree que deberían ser las ciudades del futuro?

Yo trabajo sobre una nueva visión de la ciudad a través del cronourbanismo, la relación del tiempo y del espacio. El hecho de tener una ciudad como Pontevedra muestra que se necesita una nueva relación con el espacio público y con el tiempo. En vez de gastar tiempo en atascos, penalizando la salud de los ciudadanos y utilizando de una manera indebida las calles, el cronourbanismo supone poder acceder a pie o en bici a los servicios esenciales en un cuarto de hora de donde está cada uno. Lores lo ha hecho en Pontevedra y en París tenemos la suerte de tener una alcaldesa, Anne Hidalgo, que ha apostado por esta idea de transformación urbana y que quiere convertir a París en la primera gran metrópolis con este concepto.

"El cronourbanismo es acceder a pie o en bici a los servicios esenciales en un cuarto de hora"

La ciudad de los quince minutos.

Sí. Esta crisis del coronavirus ha demostrado lo pertinente que es el cronourbanismo y la ciudad de los quince minutos. En Milán, capital de Lombardía, donde comenzó en Europa la crisis del coronavirus, presentaron la semana pasada el documento Milán, estrategia 2020 de adaptación, basada en dos conceptos: la ciudad de los peatones y las bicis y la proximidad del acceso a los servicios. Una ciudad apacible, una ciudad humana prioriza a sus peatones, sus bicicletas, sus proximidades de servicios. Con esta idea de los quince minutos como medida de distancia y tiempo para vivir se construye una ciudad a escala humana. No es humano desplazarse una hora en metro a un lugar donde al final vamos a hacer actividades que podríamos hacer cerca de nuestra casa. Por ejemplo, esta crisis del coronavirus ha obligado a muchas personas y muchas empresas a reacomodar la forma de teletrabajar, con el teletrabajo, y se ha visto que sí es posible y en solo dos días. Eso es esencial, porque se trata de cambiar de paradigma, de la manera de manejar la ciudad.

"Queremos que París no sea un almacén de carros, como dice Lores. Necesitamos devolverles la ciudad a sus habitantes"

Usted propone además cambiar el concepto actual de distribución de las ciudades, de un solo centro pasar a muchos centros.

La proposición es una ciudad policéntrica, es decir con muchos centros, en la que las infraestructuras pueden utilizarse para muchos usos distintos. Hoy en día tenemos la escuela para los estudiantes, el cine para ver cine, la biblioteca para leer, la Alcaldía para actos administrativos... Cada una de esas infraestructuras no está utilizada de manera óptima. Queremos hacer multiservicios, por ejemplo, que una escuela esté abierta los fines de semana, que un centro deportivo pueda acoger otras actividades, distintos talleres, actividades creativas... Que un restaurante cuando no se usa para su actividad de restauración pueda ser utilizado para reuniones de trabajo... Una discoteca nocturna puede ser por la tarde una sala de deporte... La ciudad multicéntrica es igualmente una ciudad de multiusos, que crea una proximidad con su barrio. Queremos dar un nuevo orgullo a pertenecer a un barrio con calles peatonales, con vegetación, fuentes... Se trata de dar una mayor capacidad de resistencia a las ciudades ante el cambio climático y disminuir el CO2, porque hoy es el coronavirus pero mañana no sabemos. Lo que hacemos en París es esta vía, la ciudad de los quince minutos como en Milán, Sidney, Utrecht, Copenhague, Amsterdam... queremos que París no sea un almacén de carros, como dice Lores. Necesitamos devolverle la ciudad a sus habitantes para que puedan convivir.

"Hay un empoderamiento de los habitantes maravilloso y es lo que necesitamos hoy en día"

La ciudad de los quince minutos también apuesta por el comercio de proximidad.

Sí. Es posible y es necesario. No podemos permitir que la gente esté comprando por Amazon todos los días de manera desencarnizada. Primero, necesitamos dar nuevos usos a los objetos. Necesitamos crear ecositemas de barrios, crear vínculos sociales. Pontevedra ha sido pionera también porque ha demostrado que el comercio de proximidad crea vínculo social. Cuando recorría las calles con el alcalde me decía un librero que nunca había visto en Pontevedra que un auto le comprase un libro, que es la persona. El hecho de que la ciudad se haya convertido en un lugar más humano ha dado al comercio más capacidad de venta. La ausencia de coches favorece que los habitantes de la ciudad se apropien de su ciudad para su deambulación, descubrimiento, igualmente de los restaurantes, las terrazas, las actividades culturales... Hay un empoderamiento de los habitantes que es maravilloso y es lo que necesitamos hoy en día, en esta época de pandemia.

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