Cruz Morcillo: "A la familia de Sonia solo les queda un golpe de suerte"

La periodista dedica un capítulo de su última obra, Departamento de Homicidios, a repasar la desaparición de la dependienta pontevedresa. Lo hace a través de testimonios de varios policías que interrogaron a Araújo
Uno de los rastreos policiales en una propiedad de la familia de Araújo. J. CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Uno de los rastreos policiales en una propiedad de la familia de Araújo. J. CERVERA-MERCADILLO

"A JULIO le gustaban las mujeres y la botella, y no era infrecuente que acabara montándola alguna madrugada en locales poco recomendables mientras Sonia dormía para madrugar al día siguiente. Ella, además, era más joven que él. Una década de diferencia". Así define Cruz Morcillo al fallecido Julio Araújo, primer y único sospechoso de la desaparición de Sonia Iglesias, en su obra Departamento de Homicidios (Libros del KO, 2021), volumen que repasa los crímenes más mediáticos investigados en España en los últimos años a través de los ojos de los agentes que trabajaron con idea de esclarecerlos.

No fue el caso de la desaparición más conocida de la historia reciente de la ciudad del Lérez, un caso que recuerdan Carlos Segarra —encargado del caso desde el principio y todavía al frente del mismo—, Carmen Pastor y Serafín Castro (ambos ya retirados) y que sintetiza Morcillo en un brillante capítulo dedicado al caso.

Sonia estaba harta de sus juergas, de sus salidas, de que viviera a su costa... le había dado un plazo para que se marchara de casa

Sobre lo ocurrido en la mañana del 18 de agosto de 2010, hace ahora once años, la escritora recuerda que "sus amigas íntimas, su hermana, su entorno, sabían que Sonia le había dado a Julio de plazo hasta el sábado para que se marchara de casa. Estaba harta de sus juergas, de sus salidas, de que viviera a su costa... Esperó hasta que celebraron la comunión de su hijo Alejandro, de nueve años".

Segarra, que interrogó hasta en cuatro ocasiones al único sospechoso, entonces pareja de la víctima, detalla que Araújo era "muy frío. No se salía del guion jamás". "Lo único que tenéis contra mí es que no me tenéis localizado una hora y media", decía, según detalla Carmen Pastor.

Pero los policías nunca creyeron la versión del investigado. Segarra detalla en Departamento de Homicidios que "puede estar hablando contigo de cualquier tema, no está cómodo con la Policía, es obvio, pero te mantiene la conversación. Ahora, en cuanto le abordas el tema de Sonia e intentas saber algo más o le pones algún indicio por delante, te suelta lo mismo. "Eso es lo que usted dice y tendrá que demostrarlo". Es tan frío y se conoce tan bien el guion que yo en mis charlas sobre las dificultades de nuestro trabajo lo utilizo habitualmente como ejemplo. Es muy bueno. No entra nunca en contradicción ni en disputa. Es un bucle". El investigador habla en presente, pues mantuvo esta conversación con la autora con Araújo todavía vivo. Ahora, fallecido, "se ha llevado el secreto a la tumba", según piensan los policías.

Se conoce tan bien el guion que yo en mis charlas sobre las dificultades de nuestro trabajo lo utilizo habitualmente como ejemplo

Otro de los expertos del CNP que intentaron obtener datos de boca de Araújo fue Serafín Castro, ahora retirado, que también colabora con Morcillo en este epígrafe de su volumen. "Le hemos interrogado muchísimas veces. He hablado con él largo y tendido. Se queda callado, y a mí que un sospechoso se quede callado me hace pensar muy mal (...) En los interrogatorios, cuando se le preguntaba por ciertas cuestiones, no contestaba de forma clara y contundente, y cuando se le atosigaba un poquito se quedaba callado. La personalidad de cada uno es distinta".

La autora hace un recorrido del caso desde el principio, con la famosa visita al zapatero de Arzobispo Malvar y el argumento de Araújo de un atasco que nunca existió (así se comprobó tras la revisión de las cámaras de tráfico). Según él, ella se apeó de su coche y se fue andando a hacer unos recados antes de entrar a trabajar en la tienda de Massimo Dutti, donde ya nunca se presentó.

Departamento de Homicidios pone sobre la mesa todas y cada una de las pruebas (o más bien indicios) que fueron recopilando los investigadores, entre ellas el carné encontrado por un equipo de este periódico durante una de sus numerosas investigaciones sobre el terreno.

"En 2015 el Juzgado de Instrucción 3 de Pontevedra, especializado en Violencia Contra la Mujer, dictó el sobreseimiento provisional del caso "por no existir indicios sólidos para acordar la continuación del procedimiento contra el imputado" Julio Araújo", analiza la autora. Señala, además, que la Audiencia rechazó la práctica del test de la verdad que había solicitado el fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, como clavo ardiendo al que poder agarrarse.

"Sin pistas y sin sospechosos, tras desimputar a Araújo, el caso se cerró a falta de nuevos indicios, que la Policía no ha dejado de buscar. Aunque muchos de los investigadores y jefes ya no están, otros siguen ahí y el nombre de Sonia asoma por archivadores de cartón y carpetas de escritorio compartidos, también en la Comisaría de Pontevedra", añade la periodista de ABC.

"Creemos que la enterró en el monte —concluye Carmen Pastor—. La primera vez que íbamos a buscar, Carlos me dijo: "Tú no sabes lo que es eso. La hierba está a tu altura". Estaban los perros de rastreo, pero nada, En un monte cerrado, con caídas, algunos senderos, vegetación muy alta. Una zona enorme".

Entre 2018 y 2020 se efectuaron dos nuevas diligencias, la primera en la finca familiar en San Mauro y la segunda en un pozo en una zona forestal de Marcón, ambos infructuosos. Carlos Segarra señala en la obra que publica Libros del KO que "es el caso más enquistado que tengo".

Morcillo, tras las diez páginas que dedica al crimen más famoso de la historia reciente de Pontevedra, concluye que "a la familia de Sonia ya solo le queda un golpe de suerte".

El crimen del rol, el caso Bretón o el asesino de la baraja, analizados con lupa en el volumen de Morcillo

Departamento de Homicidios narra la crónica negra de España a través de las confesiones y recuerdos de dos policías y dos guardias civiles que investigaron en primera línea algunos de los homicidios más mediáticos, trágicos y misteriosos de las últimas décadas. Entre ellos, además del caso Sonia, el crimen del rol, el caso Bretón, el asesino de la baraja o la desaparición del niño de Somosierra.

Morcillo tiene un estilo ágil y directo. Su experiencia contando historias de Sucesos la convierte en un canal perfecto para sumergirse, crimen tras crimen, en hechos traumáticos pero que conviene recordar para que no vuelvan a suceder.

El libro, que está teniendo un notable éxito desde su lanzamiento en el mes de mayo, es el primero en hacer un análisis profundo del caso Sonia Iglesias.

Comentarios