"Cuando llegó el virus, sabía que podría tener alguna oportunidad"

Natural de Venezuela, gracias a su disposición y a los talleres de Cruz Roja logró un empleo en plena pandemia y continúa trabajando
Arelys Lisboa Hernández. CEDIDA - Interior
photo_camera Arelys Lisboa Hernández. CEDIDA

Entre las más de 7.800 personas que se beneficiaron de las intervenciones de Cruz Roja en plena pandemia en Pontevedra está Arelys Coromoto Lisboa Herández. Natural de Venezuela, de 44 años, esta enfermera lleva dos años en la ciudad, donde reside con su marido y su madre. "Como la situación en mi país estaba difícil y mi esposo es español decidimos venirnos para aquí, veíamos que había más seguridad".

Sin embargo, su titulación como enfermera todavía está pendiente de ser homologada, por lo que una de sus primeras decisiones fue acudir a Cruz Roja para buscar asesoramiento en la búsqueda de empleo. "Asistí a cursos, talleres... Realmente son muy buenos, dan muchas herramientas", subraya. Así, en cuanto se decretó el estado de alarma por la pandemia del coronavirus y se paralizaron los talleres presenciales, Arelys, en lugar de venirse abajo, pensó que "alguna oportunidad tengo que encontrar".

Y así fue. A través de una bolsa de empleo de la Xunta logró un contrato de un mes en el centro de atención a personas con discapacidad (CAPD) de Chapela (Redondela). "Todo el personal estaba de baja, por la covid, y nadie quería ir", pero ella ni se planteó rechazarlo, pese a la dureza de la labor. "Era solo un mes pero algo es algo. Empecé en un área de aislamiento y al final el contrato se alargó hasta los cinco meses". No fueron fáciles, pues en el centro hubo un brote de 47 casos, pero supuso "una oportunidad y una experiencia muy buena".

Tras resolver unos problemas de salud de su progenitora al terminar este trabajo, Arelys volvió a centrarse en la búsqueda de empleo, "con mi curriculum y mi mejor disposición" y no tardó en encontrar otro puesto, de enfermera, en la residencia de mayores Caser, en Vilaboa, donde continúa trabajando desde finales de octubre con un contrato de ocho meses que le gustaría renovar. "Trabajo duro, pero estoy muy contenta", afirma. No faltaron momentos difíciles, como el brote con 70 casos de coronavirus y los siete fallecimientos a causa de la covid.

De lo aprendido en los talleres de Cruz Roja, Arelys destaca la importancia de llamar a todas las puertas para no perder ninguna oportunidad y, de darse la situación, poder elegir. Es su caso. Cuando ya estaba trabajando en la residencia vilaboesa la llamaron del Hospital de Manises, en Valencia, a donde había mandado su curriculum, pero "sería volver a empezar de cero".

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