Los brotes verdes que algunos economistas dibujan en el panorama estatal no se aprecian en Pontevedra. El mercado laboral del municipio sigue marcado por la temporalidad y la precariedad de aquellos que consiguen un puesto de trabajo. Así lo pone de manifiesto la estadística de la Consellería de Traballo, que revela que el 39 por ciento de los contratos firmados durante el año pasado en Pontevedra fueron minijobs, es decir, casi cuatro de cada diez. En la capital provincial se suscribieron 29.264 acuerdos laborales en 2015. De ellos, 11.416 fueron temporales a tiempo parcial, lo que en la práctica supone empleos de baja remuneración y con fecha de caducidad.
Los datos recopilados por este periódico ponen de manifiesto que los minijobs aumentaron en Pontevedra durante el último ejercicio. En 2014, cuando el nivel de contratación fue menor (27.183 nuevos empleos frente a los 29.264 de 2015), los trabajos a tiempo parcial fueron 9.624, 1.792 menos que los contabilizados el año pasado. Los empleos fijos siguen sin despegar en Pontevedra. Así, solo el 7,1 por ciento de los contratos firmados en 2015 en el municipio (2.093 en total) tuvieron esta categoría. La mayor parte de ellos fueron a jornada completa (1.358) mientras que los 735 restantes se formalizaron bajo la fórmula de tiempo parcial.
Solo el 7,1 por ciento de los contratos firmados el año pasado en la ciudad fueron indefinidos, la mayor parte de ellos a jornada completa
Las becas de prácticas y formación concentraron el 2,3 por ciento de las contrataciones registradas el año pasado en el concello. En total, 678 personas, la mayor parte jóvenes, accedieron al mercado laboral a través de esta modalidad.
LAS FUERZAS VIVAS. Uno de los motivos que explican la debilidad del mercado de trabajo en Pontevedra es la reforma laboral, que entró en vigor en febrero de 2012. Desde entonces, en el concello se firmaron 102.766 contratos, de los cuales, el 86,7 por ciento (89.144) tuvieron carácter temporal, bien a jornada completa o a tiempo parcial.
Esta situación ha llevado a los sindicatos a solicitar, en más de una ocasión, la derogación de normativa, al entender que no ha ayudado a crear el empleo prometido por el Gobierno.
Desde que entró en vigor la reforma laboral, el 86,7 por ciento de las contrataciones en Pontevedra fueron de carácter temporal
Las organizaciones sindicales tienen ante sí el reto de aportar ideas para el plan de reactivación que el Consello Económico e Social (CES), el organismo en el que están representadas las denominadas fuerzas vivas de la ciudad, con el que se quiere dotar a Pontevedra de alternativas de empleo a corto, medio y largo plazo.
Uno de los problemas que deberán afrontar los integrantes del CES, que se reunirán a finales de este trimestre, tiene que ver con la cronificación de los parados de larga duración, es decir, a los vecinos que llevan más de un año sin encontrar trabajo.