CON 16 AÑOS de trayectoria, la Escola de Xadrez de Pontevedra es galardonada por su labor como difusora del ajedrez entre escolares, pero también por su trabajo en campos de refugiados para hacer de este deporte una herramienta para la paz. Su presidente, Daniel Rivera, llega al encuentro con prisa porque tiene que continuar con el horario de clases que imparte en los colegios de la ciudad. "El ajedrez es algo que me ha dado mucho, por eso trato de promocionarlo", cuenta.
¿Cómo recibe este premio la Escola de Xadrez?
Fue una sorpresa, sentimos mucha emoción y la verdad es que todavía tenemos que asimilarlo. Lo primero que debemos hacer es agradecer la candidatura al Casino Mercantil e Industrial de Pontevedra, que fue el que llevó la propuesta al Concello. Este mediodía (por este jueves) nos llamó el alcalde para decirnos que se había celebrado la votación y que habíamos ganado por unanimidad. Nosotros ni siquiera sabíamos cuándo se iba a realizar la votación; pensábamos que sería otro día, por eso nos llevamos una grata sorpresa. Luego todo ha sido una locura de llamadas de teléfono y felicitaciones. Estamos muy contentos. No sé cómo lo celebraremos porque de momento tenemos que vivir este momento de satisfacción para todos. Esta escuela aglutina a muchas personas de todo tipo que hacen "escola, xadrez e solidariedade".
El ajedrez es arte, cultura, deporte... En muchos países incluso es una asignatura en las escuelas
¿Qué se puede conseguir con el ajedrez?
El ajedrez es ciencia, arte, deporte... En muchos países es hasta una materia en las escuelas. Hay comunidades autónomas en España que le han dado esta categoría por todas sus virtudes. Ya hace muchos años de la fundación de la Escola de Xadrez y desde el principio quisimos que los niños y alumnos reciban un mensaje de solidaridad. Tanto en el terreno escolar como a nivel global, trabajamos para que el ajedrez sea una forma de transmitir estos valores solidarios. En este sentido, hace dos años comenzamos con una iniciativa muy bonita para llevar el ajedrez a los campos de refugiados. Allí viven personas que quieren la paz y que están desheredadas. Escogimos Siria pero podríamos ir a cualquier otro lugar del mundo. Tenemos que asumir que somos hormiguitas y podemos colaborar con un grano de arena. Nosotros lo hicimos en un campo de refugiados en Jordania, cerca de la frontera con Siria, en donde viven personas que huyen de la guerra. Contactamos con Acnur y Unicef y nos recomendaron ese campo. Contamos también con la colaboración de Ajedrez Sin Fronteras y Xadrez Estratexia Pola Paz. Muchos centros escolares de Pontevedra ayudaron aportando material escolar, mensajes y dibujos de los niños pontevedreses a los menores refugiados. Nosotros formamos a monitores y llevamos material de ajedrez.
Somos hormiguitas y aportamos un grano de arena. Nosotros lo hicimos en Siria, pero podríamos haber escogido muchos otros lugares
La concejala de Cultura se mostraba especialmente orgullosa por el papel de la Escola de Xadrez en los campos de refugiados.
El orgullo es nuestro; siempre hemos tenido ganas de hacer algo –sin pretender nada– y la ciudad de Pontevedra es nuestro lugar, en donde queremos estar.
¿Qué es para usted el ajedrez?
Yo llevo ya 45 años enseñando ajedrez y compitiendo. Además, me encanta ser parte de un proyecto como la Escola de Xadrez, en el que participa mucha gente.
