Una decena de narcos tenían más de una tonelada de marihuana en el Sur de Galicia

La Udyco de Pontevedra completa la operación relacionada con el cultivo indoor de Mourente, el mayor de la historia de la Boa Vila, con el arresto de los dos cabecillas ►La red criminal vendía a otros países de Europa
Detalle del interior de la plantación de Mourente. POLICÍA NACIONAL
photo_camera Detalle del interior de la plantación de Mourente. POLICÍA NACIONAL

La Policía Nacional ha llegado hasta los supuestos responsables de la mayor plantación de marihuana jamás vista en la ciudad de Pontevedra, destruida hace ahora tres semanas por efectivos del Grupo II de la Udyco de la Comisaría Provincial. La operación, que sigue en marcha, ha servido para desmantelar la gran huerta gallega de la marihuana, con la incautación de unas 8.000 plantas y el arresto de los cabecillas, entre ellos el ciudadano albanés M.A., alias Leli, uno de los nombres más conocidos en el mundo del narcotráfico en el Sur de Galicia. Esta célula de la Mafia Albanesa, que contaba con colaboración directa con personas de las provincias de Pontevedra y Ourense, centraba sus esfuerzos en mantener cultivos intensivos indoor que le permitiesen abastecer de género a clientes de distintos países europeos.

Ya en el mes de marzo, los agentes policiales habían desmantelado un laboratorio interior en la localidad ourensana de Pereiro de Aguiar. En el mismo se intervinieron miles de plantas y inflorescencias de cannabis sativa. Los funcionarios de la Comisaría Provincial de Pontevedra continuaron con la investigación bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 2 de Ourense, y fue eso lo que les permitió llegar hasta la nave industrial de la parroquia de Mourente, donde a principios de noviembre llevaron a cabo una nueva incautación, esta vez de más de dos mil plantas de marihuana que arrojaron un peso bruto de 500 kilos, numeroso material eléctrico, equipos de extracción, documentación y teléfonos móviles que fueron clave para el avance de las pesquisas.

Manipulación genética

El día 8 de noviembre y como continuación directa de la investigación iniciada a principios de año en la localidad de la provincia vecina, y gracias a la información obtenida entonces, la Policía estableció un dispositivo que permitió llevar a cabo la entrada y registro en la nave industrial ubicada muy cerca de la iglesia de Mourente y en la que se ocultaba un gran laboratorio profesional para el cultivo intensivo. Dotado de una potente instalación eléctrica, de aislamiento y de extracción, valorada según los expertos en 85.000 euros, allí se manipulaban genéticamente las plantas con el objeto de conseguir un mayor rendimiento a cada una de ellas, obteniendo cuatro cosechas al año con un beneficio anual cercano a un millón de euros.

En esa segunda fase de la operación se detuvieron a cuatro personas, que se suman a otras tantas que ya habían sido arrestadas en marzo y que siguen en prisión. El interior de la nave de Mourente, al igual de la de Ourense, estaba especialmente diseñado para el cultivo intensivo, compartimentado en dos estancias de unos 250 metros cuadrados cada una ellas diseñada ad hoc y dotada con las últimas tecnologías en domótica y sistemas de cultivo para acelerar el régimen natural de crecimiento y floración.

La instalación contaba con aparatos de ventilación y filtros de carbono para depurar el olor, además de un avanzado sistema de iluminación con cerca de 300 lámparas con sus respectivos transformadores, control de fotometría, temperatura, humedad, medidores de PH que variarían los parámetros en función al momento del desarrollo de las plantas, así como gran cantidad de productos fertilizantes.

El balance provisional de la operación señala la destrucción de cerca de una tonelada de plantas y restos vegetales de marihuana, el desmantelamiento de las dos instalaciones eléctricas y de extracción de humos con un valor aproximado de 250.000 euros.

Entre los detenidos este lunes, según señala la Udyco de Pontevedra, se hallan los máximos responsables del cargamento. Sus clientes se hallaban en España, pero también en otros países de Europa, principalmente en Holanda.