La delincuencia recupera los niveles prepandémicos

La pandemia ha cambiado la delincuencia. Si bien muchos de los índices de criminalidad quedaron en suspenso durante los meses de restricciones a la movilidad (salvo excepciones), otros tomaron impulso, y lo hicieron para quedarse.

Es el caso de los ilícitos penales que se cometen aprovechando las ventajas (y la impunidad) que ofrecen las tecnologías de la información. Los incrementos porcentuales desbocados en 2020, con cifras de procedimientos judiciales incoados hasta cuatro veces mayores que en 2019, se ven ahora consolidados con los datos que ofrece en Ministerio del Interior, ya consolidados a fecha 30 de junio de 2021.

Las conclusiones que se obtienen del análisis de los números en Pontevedra son claras: las estafas a través de Internet siguen al alza y, al mismo tiempo, se recuperan muchos de los delitos "clásicos".

Entre ellos, si fijamos la mirada en lo que ocurre en la ciudad del Lérez, destaca el tráfico de drogas, que no se detuvo durante la pandemia, pero que en el primer semestre del 2021 se multiplicó por cuatro y que también superó con creces los datos de antes del covid-19.

En el apartado positivo, destaca la contención de los hurtos, que si bien suben con respecto a 2020 se quedan en la mitad de las cifras prepandémicas. Muchos de los cacos han apostado por el "trasvase" del que habla la Fiscalía desde la delincuencia tradicional a la digital. En el total de delitos, las cifras se acercan a lo que ocurría en 2019, superando en un 15 por ciento las reflejadas en el primer semestre del primer año del covid.

Si ampliamos el campo de análisis hasta la provincia, el incremento en el global es algo superior: de los 11.761 delitos denunciados en 2020 se pasó a los 13.925 en 2021, un 18,4 por ciento más. Del mismo modo que ocurre en la capital del Lérez, tal vez de forma incluso más acentuada, se aprecia que la delincuencia recupera los valores prepandémicos.

Clara muestra de ello es que en el primer semestre del 2021 se registraron en Pontevedra más delitos que en el mismo período de 2018 y prácticamente los mismos que en 2019, superando con creces, como se ha dicho, los del año afectado por las restricciones del coronavirus.

Ciudad. En la ciudad del Lérez, con los datos que ofrece la Comisaría Provincial y que canaliza el Ministerio del Interior, debe valorarse un aspecto positivo: los robos con fuerza en establecimientos comerciales y los asaltos a viviendas han descendido claramente, lo mismo que los robos en los que media la violencia y la intimidación.

Estas cifras deben considerarse en toda su extensión, pues se contraponen a la "recuperación" del resto de modalidades delictivas. Salvo los robos violentos, que se mantienen (apenas se registraron nueve, los mismos que en 2020, cifra ya muy reducida), el resto de variables bajan en porcentajes superiores al 40 por ciento.

En la Boa Vila se roba menos. Mucho menos. De hecho, si ponemos como ejemplo los domicilios, la reducción es de un 300 por cien respecto a 2019, cuando se registraron 57 en el primer semestre. Este año, apenas 15.

Provincia. En cuanto a los datos globales de la provincia, amén de la mencionada "recuperación" de la delincuencia, destaca sobremanera el incremento de los delitos contra la libertad y la indemnidad sexual, que pasaron de 98 a 139 (un 42 por ciento más), con un destacado incremento de las agresiones con penetración, que aumentaron en un 66,7 por ciento.

Se trata de una de las variables que más preocupa en el seno de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con competencias en Pontevedra y a las diferentes policías locales, en especial porque no solo son superiores a las registradas en 2020, sino que también superan a las de 2019 y 2018.

Las cifras que ofrecen las comisarías de Vilagarcía y Marín, recientemente renovadas en su bastón de mando con el nombramiento de nuevos inspectores jefe, no son preocupantes.

Vilagarcía y Marín. Así, en Marín, si bien el global delincuencial creció, lo hizo de forma mucho más leve que en las grandes ciudades. En Vilagarcía subió más, de 691 a 786, alcanzando números superiores a los de 2018, por ejemplo, aunque inferiores a los de 2019.

La ciudad de O Salnés y la de O Morrazo no registran incrementos notables de delitos contra la libertad sexual, como tampoco ocurre en Pontevedra. El mayor volumen de denuncias al respecto procede del Sur de la provincia.

Delitos más graves. En cuanto a los delitos más sonados del año en la provincia, además de los numerosísimos fraudes informáticos de pequeña cuantía, destacó la muerte de una mujer a manos, supuestamente, de un vecino suyo, en Moaña (en el mes de julio), así como las detenciones repartidas por toda la provincia en relación con supuestos abusos sexuales.

En tráfico de drogas, volvieron a desarrollarse operativos a gran escala, como de costumbre, con las mafias de O Salnés como telón de fondo. La incautación de miles de kilos de cocaína en el mercante Nehir, que fue hundido por los narcos mientras era abordado (se recuperaron tres toneladas y se piensa que se hundieron otras dos) lleva el sello de las Rías Baixas.

En paralelo, fueron muy relevantes los operativos desarrollados a mediana escala, como el hallazgo de un impresionante laboratorio en Meis por obra del Grupo II de la Udyco pontevedresa, y también los despliegues a menor escala, tres de ellos escenificados en Pontevedra merced a la labor conjunta de los tres cuerpos (Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local).

Fruto de ella, los vecinos de la Boa Vila apreciaron la necesaria represión sobre quienes suministran dosis de heroína, cocaína y hachís, principalmente, a los drogodependientes, y la ponen al alcance de cualquiera en el casco urbano capitalino y en sus inmediaciones.