Denuncia abusos en un pub de Pontevedra ante varios testigos que la dejaron sola

Una Guardia Civil de profesión, sufrió tocamientos en un local de ocio de la plaza del Teucro y los presentes no quisieron identificar al autor
Plaza del Teucro. CRISTINA VIDAL (ARCHIVO)
photo_camera Los hechos ocurrieron en un local de ocio nocturno de la plaza del Teucro. CRISTINA VIDAL

La falta de arrojo por parte de quienes presenciaron un episodio de abusos sexuales sufrido por una mujer en un pub de la plaza del Teucro sirvió para dejar los hechos sin respuesta judicial alguna. La víctima, guardia civil de profesión, interpeló a los numerosos testigos presentes en el lugar (algunos de ellos compañeros de trabajo) para que le ayudasen a identificar al autor, pero nadie le ayudó. Al contrario.

Según consta en la sentencia que absuelve a uno de ellos, agente que estaba acusado de negligencia en el cumplimiento de sus deberes y obligaciones, la mujer no halló apoyo ni en las personas que presenciaron lo sucedido, ni entre el responsable del recinto, que le llega a decir expresión semejante a "llama a la Policía o a quien te salga de la polla".

Por todo ello, la mujer, que fue objeto de una "fuerte palmada con la mano abierta en las nalgas", "vista la falta de auxilio, intentó llamar a la Policía, siendo advertida para que no lo hiciese, hasta que finalmente, dada la falta de ayuda, se retira del local".

Los hechos, ocurridos en febrero de 2019, se saldaron con la absolución por la vía Penal y también por la vía Militar. Sobre esta última, viene a revocar una sanción de pérdida de dos días de haberes con suspensión de funciones que le había sido impuesta al citado guardia. El tribunal indica que estaba en el lugar, pero considera que no está acreditado que presenciase lo ocurrido.

Es más. El Tribunal Militar Central, con sede en Madrid, pone en tela de juicio la actuación de un tercer agente del Instituto Armado que, según indica, sí conoció lo que ocurrió "y se desentendió del mismo". No solo él, sino el resto de personas que esa madrugada, entre las dos y las cinco, se hallaban en la zona del local en la que la mujer sufrió los abusos.

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