Una avería en la caldera de gasoil sacó este miércoles de clase a los más de 400 alumnos del CEIP Barcelos. Sobre las 13.00 horas, el jefe de estudios tomó la decisión de llevar a los estudiantes hasta la plaza para evitar que el humo generado por una mala combustión de la caldera pudiese resultar dañino para los chavales. Además, 23 de los alumnos que utilizan el servicio de comedor tuvieron que almozar en el CEIP Álvarez Limeses, mientras que los demás usuarios fueron recogidos por sus padres antes de la hora de comer.
Con la colaboración de la Policía Local, que llevó a cabo las oportunas restricciones de tráfico para que los alumnos pudiesen salir sin dificultades, los niños se instalaron en la zona más próxima al centro, donde estuvieron controlados en todo momento por sus profesores.
"La medida se tomó por precaución", confirmó el director del centro, Ángel Rodríguez, que explicó que la caldera se había averiado en la jornada del martes y que ayer eran tres los técnicos que se afanaban en ponerla de nuevo en marcha. "El olor y la carbonilla nos llevaron a tomar la decisión. Ahora estamos aireando el centro y esperamos que mañana -por hoy- podamos tener clase con normalidad", indicó el director.
La deficiente combustión de la caldera provocó que se generase un humo irritante y de olor desagradable
EXTRACCIÓN. Rodríguez asegura que hubo un problema en la extracción de humos debido a que el sitio en el que se encuentra ubicada la caldera de gasoil no dispone de la ventilación adecuada. "Lo que se necesita es renovar la instalación, es lo que tienen que hacer las autoridades", dice. La máquina tiene problemas con la extracción de humos, por eso los técnicos realizaron este miércoles por la tarde tareas de limpieza en la máquina, "porque está todo tupido y no tiene respirador y entonces la caldera no quema bien", comenta.
Los operarios trabajaban para realizar una "respiración de emergencia que entre a la zona interior y permitir así que la caldera tenga un tiro correcto", resumía el responsable del centro.
DESAGRADABLE. La deficiente combustión de la caldera provocó que se generase un humo "bastante irritante e de cheiro desagradable", comentaba una de las docentes del CEIP Barcelos, por lo que se consideró conveniente que los alumnos abandonasen el centro. Fue cuestión de precaución y los chavales finalizaron la mañana jugando en la Praza de Barcelos bajo la atenta mirada de sus profesores.
La estampa fue muy llamativa, porque pese a los juegos en la zona delimitada como parque o los corrillos, destacaba la cantidad de mochilas y cazadoras que se amontaban en los rincones de la parte de la plaza más cercana al centro educativo.
Los responsables del colegio esperan que hoy se pueda desarrollar con normalidad la actividad lectiva, para lo que durante la tarde de ayer el centro permaneció con puertas y ventanas abiertas para una correcta ventilación.
