Descubren que un profesor de matemáticas de Pontevedra es un presunto depredador sexual

Tres jóvenes ya le han denunciado, lo que ha desembocado en su detención y en una orden de alejamiento

Inmediaciones del Hospital Provincial. GSV
photo_camera El investigado, un pontevedrés de 42 años, tiene una academia privada en las inmediaciones del Hospital Provincial. GSV

"Algunas chicas están enamoradas de él"; "Tiene un trato excelente con todas las familias". Son algunas frases que muestran la fachada exterior que ofrecía un profesor de Matemáticas de Pontevedra que acaba de ser detenido por al menos tres supuestos delitos contra la libertad e indemnidad sexual de menores de edad.

En un ambiente distendido en el que "se ponía a la altura de las adolescentes", según los primeros testimonios vertidos ante la Policía, el investigado se ganaba la confianza de sus presuntas víctimas con la intención de satisfacer sus deseos sexuales. Eso es, al menos, lo que se extrae de unas pesquisas aún en fase inicial y que provienen de las denuncias de tres chicas que sufrieron en sus carnes las prácticas de un individuo que "tenía por costumbre dar besos en el cuello a las chicas cuando hacían bien un ejercicio", algo que, por otra parte, parece que se consideraba normal en el ambiente que generaba en sus clases.

La primera de las chicas en dar el paso y contar lo que le ocurría lo hizo, posiblemente, merced al tiempo para pensar que le otorgó el reciente confinamiento. Con las dificultades que entraña el hecho de verbalizar un acoso de estas características, decidió enseñarle a su madre la gran cantidad de "regalos" que el profesor (muy bueno en su trabajo, según dicen) le hacía, así como los mensajes, en ocasiones más de 100 diarios y muchos explícitamente pornográficos, que le enviaba. Todo ello, según su relato, desde que la pequeña tenía 14 años.

"Él establecía una cuenta atrás hasta que cumplían 16", detalla otro testimonio, enviándoles fotografías que le recordaban a las menores el momento en el que una relación sexual con un adulto de forma consentida deja de ser un delito. "Llegó a besarla en varias ocasiones", dice una testigo sobre uno de los casos.

Algo peor le sucedió a otra de las víctimas, que ahora tiene 22 y que se atrevió a dar el paso tras conocer el caso de la anterior, que consiguió frenar a tiempo al presunto depredador. En su caso sí hubo tocamientos, y tal vez algo más. Prácticas tan humillantes para las menores que deciden guardarlas en su corazón y no contarlas, salvo que suceda lo que ha ocurrido en este caso: que una de ellas dé un paso al frente para extraer de su interior su propio tormento y ayudar, al mismo tiempo, a otras posibles víctimas a hacer lo mismo.

El profesor, que da clases en las inmediaciones del Hospital Provincial desde hace 15 años, "les compraba tabaco, incluso alcohol" a las menores, según las denunciantes, para seguir ganándose su confianza.

Tras su detención y posterior procesamiento, el juez dictó una orden de alejamiento de una de las menores y le dejó en libertad provisional a la espera de próximas investigaciones.