Los buenos datos generales de los que presume Pontevedra en materia de Seguridad Ciudadana tienen un lunar que debe ser tenido muy en cuenta, pues genera importantes molestias a los vecinos que lo sufren de cerca. Los delitos contra la Salud Pública crecieron en la Boa Vila en un 250 por ciento con respecto al último año previo a la pandemia, lo que representa la mayor subida de toda Galicia y una de las mayores de toda España a nivel porcentual.
Con una media superior a los tres operativos cada mes, el aumento se corresponde temporalmente con el momento en el que el patriarca del poblado chabolista de O Vao de Arriba daba orden de cesar la actividad de venta de drogas en el histórico enclave. Desde ese momento, los puntos de venta desaparecieron del núcleo de infraviviendas del concello de Poio y se ubicaron en pisos y locales repartidos por las cuatro esquinas del casco urbano, desmantelados de forma constante por agentes de las policías Local y Nacional, pero que por ahora se siguen reproduciendo con gran facilidad.
En comparación con el resto de grandes ciudades gallegas, Pontevedra está a la cabeza (en el apartado negativo) en este caso, si bien, con la excepción de Vigo, en la que hubo un ligero descenso, en todas las grandes urbes del llamado Eje Atlántico, el tráfico de estupefacientes va en aumento. Especial incidencia tiene, además de en la ciudad del Lérez, en Santiago de Compostela, donde también han aumentado los puntos de venta de forma muy acusada, pero también en A Coruña y en Ferrol. La cercanía al mar y el fácil acceso a la comarca de O Salnés de todos estos núcleos de población parecen estar detrás de incrementos que no se perciben, por ejemplo, en Lugo ni en Ourense, con descensos de un 35 y un 18 por ciento, respectivamente.
Gran tráfico
Si bien los grandes procesos de narcotráfico que tienen su origen y su destino en la provincia de Pontevedra no aparecen reflejados en esta estadística (proceden de juzgados de distintos puntos, muchas veces de la Audiencia Nacional, pero otras tantas de Cambados, Vilagarcía o Vigo, además de los de Pontevedra, e incluso de distintas provincias españolas), lo cierto es que el escenario de entradas constantes de cocaína por vía marítima supone un elemento diferencial que afecta a la presencia de drogas en la ciudad y en el resto del citado Eje Atlántico. La facilidad de las personas que se dedican a la venta de estupefacientes para acceder a la cocaína es mucho mayor que en otros puntos, lo que acarrea una gran actividad en el negocio ilícito en sus distintos escalones.
Para combatir un escenario que preocupa es preciso ya no solo la represión policial, que también, sino pensar en los motivos que hacen que exista tal demanda de droga entre la población.