La Policía Local de Pontevedra analiza las cámaras de seguridad existentes en las inmediaciones de la glorieta de Compostela, lugar en el que se emplaza la popular Fuente de los Niños. El objetivo es determinar la autoría de los destrozos causados a la escultura de la niña que se encontraba de pie con un aro metálico bajo el brazo, representando la espera para beber agua dentro del conjunto escultórico, uno de los más representativos de la ciudad del Lérez en su actual modelo.
Los hechos ocurrieron durante la semana grande de A Peregrina, cuando, según pudo saber este periódico, un grupo de personas, por causas difíciles de entender, comenzó a golpear la escultura a la altura de las piernas hasta que consiguió fracturarle una de ellas y, a continuación, romperle la otra. En vista de los daños, los servicios municipales decidieron retirar del lugar los restos de la pieza, a la espera de valorar la posibilidad de una reparación para su restauración completa.
La Policía Local sostiene que el exceso de consumos de alcohol y de otras drogas por parte de un sector de ciudadanos supone un elemento clave para que se produzcan actitudes como esta que, de otro modo, nadie acometería.
La Policía Local investiga lo ocurrido y señala el exceso de alcohol y otras drogas como detonante para la autoría de esta fechoría
El conjunto escultórico es obra del artista local Manuel Collazo Torres, formado en la Escola de Poio, y simboliza la espera de dos niñas, una sentada y la otra en pie (la que resultó dañada), aguardando a que el niño termine de beber. Inaugurado en 2002, se ha convertido con el paso de los años en toda una referencia para pontevedreses y visitantes, punto de encuentro y referencia para unos y otros.
En el pasado ya sufrió desperfectos, aunque en aquel caso no fue intencionado. Un menor se apoyó sobre la pieza del niño que está bebiendo, que resultó dañada. La reparación modificó ligeramente la figura original.
Los daños en esculturas de la ciudad han sido habituales a lo largo de los años. Ejemplos de ello fueron los causados en la estatua de Valle-Inclán, en la plaza de Méndez Núñez, que en más de una ocasión perdió su bastón; los sufridos por Los Músicos de la Plaza de San Xosé o en la balanza de El Fiel Contraste, ubicado detrás del antiguo edificio del Concello de Pontevedra, así como en La Vendedora de Gallinas de la calle Serra.
