Desvalija su cafetería antes de que el Juzgado le desahucie por moroso

El dueño de 'La calle del siglo' adeuda todo el alquiler del local y cuatro meses a sus empleados
La comisión judicial accediendo al interior del local en presencia de algunos trabajadores
photo_camera La comisión judicial accediendo al interior del local en presencia de algunos trabajadores

Un cerrajero retiró el martes por la mañana las cerraduras de la cafetería ‘La calle del siglo’, ubicada en García Camba, para poder llevar a cabo la orden de desahucio dictada por el Juzgado de Instancia número 2. Acto seguido, una comisión accedió al interior del local junto al propietario del mismo para levantar acta de su contenido y de la situación en que se encontraba.

La actuación viene derivada de la denuncia por impago que presentó hace unas semanas el dueño del bajo, puesto que el gerente del negocio solo le pagó el primer mes y la fianza. A día de hoy le debe 14 meses de alquiler: los ocho que duraron las obras de acondicionamiento y los seis que permaneció abierto al público. El local bajó la verja definitivamente el pasado sábado.

Pero no es el único perjudicado por la anómala situación que ha vivido esta céntrica cafetería en los últimos tiempos. Sus cinco trabajadores llevan cuatro meses sin cobrar, aunque continuaron acudiendo diariamente a su puesto de trabajo para evitar ser denunciados por incumplimiento de contrato. No obstante, ante el nuevo cariz que ha tomado la situación, y teniendo en cuenta que Inspección de Trabajo ya está al tanto de lo ocurrido, sopesan dejar de seguir personándose.

Sus críticas hacia su antiguo jefe no han podido ser contrastadas porque éste no acudió el martes a la ejecución del desahucio. Sin embargo, varios testigos lo vieron, junto a otras personas, llevándose todos los enseres de valor que había en el interior del local. «Vino el sábado de madrugada, para no encontrarse con nosotros, y se llevó mesas, sillas, neveras, maquinaria, decoración... Solo dejó lo que ya había dentro cuando cogió el alquiler», indican los empleados, quienes han presentado una denuncia contra él por un presunto delito de robo.

Añaden que los problemas en la gestión económica comenzaron desde el principio: «El primer mes cobramos bien, pero a partir del segundo ya empezaron los retrasos y las excusas. Nos decía que estaba pendiente de un crédito para poder invertir mucho dinero en el negocio, pero no vimos ni un euro. La deuda actual oscila entre los 3.000 y los 5.000 euros por trabajador».

La morosidad también salpicó a los proveedores. «Una conocida marca de cafés le dio muchos miles de euros de adelanto y ahora se ha quedado sin el dinero y sin la mercancía. Los vendedores acudían todos los días a cobrar pero se iban de vacío. También se debe la luz y el gas de los últimos meses», apuntan.

La familia del propietario del negocio reside en la calle de la Oliva, aunque él tiene fijada su residencia en Madrid. «Al parecer, tiene varios negocios por allá y también ha tenido problemas similares», lamentan sus empleados, quienes se han visto obligados a actuar de gestores y reinvertir el dinero diario de la caja en la adquisición de la mercancía básica para que la cafetería pudiese seguir abriendo al público.

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