Las cartas ya están sobre la mesa. Miguel Rosendo, principal acusado, mantuvo su inocencia y trató de desvincularse de todos los delitos que se le atribuyen, en especial los de abusos sexuales y asociación ilícita. El líder de la extinta orden halló el apoyo de algunas de sus compañeras de banquillo, que le defendieron, pero no de todas: la sesión del viernes sirvió para conocer la versión contraria de boca de Dolores Espiñeira, una antigua miembro de la asociación, que, en un relato desgarrador, puso sobre la mesa prácticas inenarrables como presuntos abusos, coacciones y hasta exorcismos.
Con estos ingredientes sobre la mesa y a falta del testimonio de algunos de los acusados, esta semana se esperan las declaraciones de personas que, por lo visto hasta el momento, pueden resultar esclarecedoras, dado que, a diferencia de los acusados (que tienen el derecho constitucional de mentir para ejercer su defensa), están obligados a decir la verdad ante el tribunal.
El primero en someterse a las preguntas de las partes será el detective de la agencia que elaboró el informe inicial que finalmente derivaría en las investigaciones de la Policía Judicial de la Guardia Civil, lo que desencadenó el actual proceso. Se trata de un experto de una empresa puntera en el sector que, a través de una batería de entrevistas, recopiló datos que, según su criterio, tenían que ser puestos en manos de las autoridades. Ello fue así dado que sobrepasaban sus competencias como detective, al apreciar indicios de delito.
Los métodos empleados por él para llegar a las conclusiones y el posterior informe que puso sobre la mesa la existencia de las presuntas prácticas que están siendo juzgadas en Pontevedra fueron puestos en tela de juicio desde el primer momento por los letrados de la defensa, encabezados por Marcos García Montes.
El segundo de los testigos más esperados será Isaac de Vega, capellán del centro penitenciario de A Lama. "De ese individuo hay mucho que hablar, pero ya habrá tiempo", señaló la semana pasada García Montes. El letrado le acusa de estar detrás de un complot para acabar con la Orden de San Miguel. Durante los últimos meses le han vinculado, tanto a él como al Opus Dei, al frente de una estrategia para terminar con la asociación de Miguel Rosendo.
La continuación del juicio tendrá lugar este martes a las 10.00 horas.
