Salir a la compra lo mínimo e imprescindible. Es el consejo que ayer recalcaron muchos agentes del Cuerpo Nacional de Policía a los pontevedreses de mayor edad que interrumpieron su confinamiento para ir al supermercado o a la Plaza. Recados, los justos, y con la planificación suficiente para tener la despensa llena durante varios días. Es la recomendación en la que insisten las fuerzas y cuerpos de seguridad para tratar de frenar los contagios de coronavirus.
Una semana después de que entrase en vigor la alerta sanitaria, la economía local empieza a resentirse. Algunos negocios que permanecían abiertos han echado la verja de forma temporal por temor al Covid-19, como el kiosco Paredes, en Benito Corbal, y otros se plantean reducir el horario por la bajada del consumo.
Una persona paseando por la terraza. Foto de: RAFA FARIÑA
En el otro extremo de esta crisis están las grandes superficies del sector de la alimentación. Las distribuidoras trabajan a pleno rendimiento y algunas cadenas, como Mercadona, han lanzado ofertas de empleo ante la necesidad de más personal. Las compañías insisten, además, en que el suministro está garantizado.
A pesar de esta situación, las colas a las puertas de algunos supermercados siguen repitiéndose. En la jornada de ayer volvieron a ser notables en los negocios del grupo Froiz. También hubo más movimiento en el Mercado de Abastos, que mantienen las medidas de higiene y seguridad recomendadas por las autoridades.
Salir de casa con el carrito sin haber hecho la compra, pasear al perro lejos del domicilio habitual o hacer deporte al aire libre son algunas de las prohibiciones que penaliza el estado de alerta sanitaria. La Policía Local acumula en tres días 45 denuncias por incumplir alguna de estas directrices fijadas por el Gobierno central.
El número de partes, doce más que el viernes, podrían transformase en una propuesta de sanción económica para los infractores. El decreto estatal prevé multas de entre 100 y 300.000 euros para los ciudadanos que se salten estas prohibiciones.
La falta de material también ha llevado a empresas y particulares a donar todo tipo de artículos de prevención para servicios sanitarios y de emergencias de Pontevedra
SOLIDARIOS. A pesar del confinamiento, muchos pontevedreses mantienen activa la mente con iniciativas para entretener al vecindario. Entre ellas, una sesión pinchadiscos en O Castañal.
Los homenajes al personal sanitario, con aplausos desde los balcones, sonaron si cabe con más fuerza después de que se confirmase el alta hospitalaria del primer paciente "curado" de coronavirus: un transportista de Meis de 45 años.
La falta de material también ha llevado a empresas y particulares a donar todo tipo de artículos de prevención para servicios sanitarios y de emergencias de Pontevedra. La comunidad china, formada por 166 personas en la ciudad, mantendrá las aportaciones.
La primavera ha llegado a la capital provincial. El nuevo horario no llegará hasta el domingo que viene. A las dos serán las tres.