El día que Pablo Vioque cambió coca por azúcar

Una historia inédita de los 90 ▶El letrado de los grandes narcotraficantes gallegos, conocido por pasarse al otro lado y atreverse a engañar a sus socios colombianos apropiándose de un alijo, trabó alianzas a mediados de los 90 para abrir una vía de contrabando a gran escala, pero cambiando el polvo blanco por el derivado de la caña de Brasil

Pablo Vioque, durante un juicio. ADP
photo_camera Pablo Vioque, durante un juicio. ADP

Es el narcoletrado por excelencia. Otros alcanzaron fama (Tania Varela) y algunos presumieron de más contactos de los que manejaron. Pablo Vioque fue un adelantado a su tiempo. Dejó Extremadura para afincarse en Vilagarcía a principios de los 80, se hizo fuerte en la Cámara de Comercio y rápidamente se pasó al lado oscuro, el que encarnaban los Miñanco, Oubiña y Charlín por aquellos tiempos. Su historia relacionada con el tráfico internacional de cocaína es bien conocida. Lo mismo que su capacidad para olfatear el negocio y llevar adelante toda clase de proyectos saltándose las leyes en busca de dinero fácil. Eso fue lo que hizo, según ha podido acreditar este periódico, a mediados de los años 90. Vioque, que había trasladado su residencia a Pontevedra, lanzó sus tentáculos a personas de su confianza en busca de colaboración para abrir una nueva línea de trabajo (ilícito, por supuesto) que le sirviese para seguir haciendo cash cuando ya sabía que le esperaba una larga estancia en prisión por sus relaciones con el polvo blanco. Vioque puso sus ojos en el azúcar y en Brasil, principal productor del mismo, con el objetivo de sacar tajada mediante un modelo de contrabando que se practicó en el Franquismo desde Portugal y a través de la raia (en pequeñas cantidades) y que pretendía establecer a gran escala, mediante la introducción de cargamentos de miles de kilos ocultos en contenedores.

"Le dijimos que no, pero tuvimos constancia de que al poco tiempo fueron incautadas toneladas de azúcar que llegaban a España tal y como él nos había propuesto". Entra en escena una de las personas a las que Vioque pretendió hacer partícipe del nuevo negocio en aquel momento.

El abogado extremeño, siempre bien informado, supo de primera mano que casi la totalidad de los países del mundo presentaban políticas de proteccionismo y subsidio en relación con el azúcar, con varios objetivos, tal y como refleja, entre otros informes, uno elaborado a tal efecto por la Universidad Católica de Chile. Primero, promover el aumento de del ingreso de los productores domésticos; segundo, aumentar la eficiencia técnica, y tercero, estabilizar el mercado en términos de oferta hacia los consumidores y de precios tanto para los productores como los consumidores. Los precios y los mercados están protegidos, y de forma más especial en uno de los mayores consumidores del planeta: la Unión Europea.

Una incautación de azúcar efectuadas este verano. ADP
Una incautación de azúcar efectuadas este verano. ADP
 

La idea de Vioque, en un tiempo en que los costes de producción se situaban a unas diez pesetas la libra (algo menos de medio kilo), era introducir contenedores eludiendo los controles arancelarios (tarea sencilla ante las facilidades existentes en la época para sobornar a agentes portuarios y aduaneros). Una vez en Europa obtendría un importante plusvalor, evitando las cargas presentes en el seno de la Comunidad Económica para preservar la estabilidad en el sector.

En aquella época, el abogado ya había sido delatado por dos miembros de Os Piturros por haberse quedado con unos 200 kilos de cocaína de una gran operación, lo que dio con sus huesos en prisión al tiempo que puso su cabeza en el punto de mira de sus antiguos socios colombianos, que acabaron tiroteando a un compañero suyo en la Cámara de Comercio. "Pensaron que le estaban matando a él. Ambos tenían un cierto parecido físico", opinan quienes les conocían a ambos.

La intención de Pablo Vioque era seguir obteniendo beneficios por otras vías. A su actividad nunca acreditada relacionada con el blanqueo de capitales unió el intento por hacer fortuna con la caña brasileña (el principal país productor) cuando vislumbraba momentos difíciles. En los años siguientes acumuló dos condenas por tráfico de estupefacientes (una anulada por el Supremo) y una tercera por ordenar el asesinato del actual fiscal del Alto Tribunal y conocido por su labor de lucha contra los grandes capos de la droga de Galicia.

Con el paso de los años, se aprecia que la estrategia de Vioque, que falleció en 2008 víctima de un cáncer, no era para nada equivocada. Los precios del azúcar permanecen fijados en la actualidad mediante "políticas que distorsionan el comercio mundial y deprimen el precio global", según los citados informes. Un escenario en el que el abogado extremeño se movería como pez en el agua.

Un dato que sirve para reforzar esta teoría proviene de países como Paraguay y Colombia, donde se han incautado cientos de miles de kilos de azúcar de contrabando procedentes en su mayor parte de Brasil en los últimos años, con varios cargamentos aprehendidos este mismo verano. Allí donde había negocio ilícito aparecía Pablo Vioque, que tenía un don: lo veía antes que ningún otro.