DIARIO DE UN CONFINADO

Ensalada

Una persona compra verduras y hortalizas en una frutería. DAVID FREIRE (ADP)
photo_camera Una persona compra verduras y hortalizas en una frutería. DAVID FREIRE (ADP)

9:00
Dormí como un bebé. Como un bebé bueno, entiéndase, no como esos que se pasan la noche chillando para impedir el sueño de mamá y papá. Veo en el programa de Xai Fortes la entrevista que le hace a Teodoro García Egea, el que escupe aceitunas. Se pasa toda la entrevista despotricando contra el Gobierno para acabar diciendo que el PP lo apoyará en las medidas de confinamiento y en la posterior recuperación económica. Es el "yo te apoyo, pero...", al que se ha abonado el PP.


10:45
Salgo al estanco. Llevo guantes y mascarilla. Me sientan bien. Aprecio que la gente me mira con respeto, como preguntándose quién será ese obeso tan apuesto que se oculta tras la enigmática mascarilla. Me cruzo con el poeta Manuel Pérez Lourido, que me dice que lleva tan bien el confinamiento que ya puede durar lo que haga falta, pues aprovecha su tiempo en cosas útiles: leer, ver series y escribir. Ésa es la actitud. Concuerdo plenamente con él.


11:30
Hay gente que no me cree cuando escribo algunas cosas, pero nunca miento sin motivo. Me encuentro bien porque ayer me comí por primera vez en mi vida una ensalada, lo juro. Desde niño y hasta la pasada noche las he odiado. Como mucho cogía una hoja de lechuga o cuando los demás se la terminaban hacía sopas con el aliño que sobraba. Pues es todo un descubrimiento, oiga. Se trataba de una ensalada muy de andar por casa: lechuga, tomate, cebolla y zanahoria rallada. Pues me encantó. Llega un momento en la vida de una persona en la que los gustos cambian y a uno empiezan a gustarle cosas que antes le repugnaban.


14:45
Preparo comida para Rodri Scott y para mí: bistecs de ternera y ensalada. Qué sabrosa es la ensalada. Mi señora, por su parte, se cocina cosas veganas. En lo que a mí respecta, haciendo exclusión de las ensaladas, he renunciado a la dieta vegana para siempre. No me gusta ni me sienta bien. Cada quien vale para lo que vale y mis intentos de aproximarme al veganismo se han contado por fracasos.


15:30
Siesta. Duermo otra vez como un buen bebé, y al despertar veo en la tele a una señora que hace de portavoza de Vox y luce mascarilla verde con bandera de España, que esta gente siempre encuentra un sitito para una bandera, que dice que que hay que montar un Gobierno de concentración y propone una terna delirante: Rosa Díez, José María Aznar y Felipe González. Menudo tridente. Rosa Díez fue socialista, quiso gobernar al PSOE y se esnafró; luego montó UPyD, que ya sabemos cómo acabó, desapareciendo y ahora trata de llamar la atención vistiéndose como un clown. Y de los otros dos, qué quiere que les diga. Aznar escapó a Marbella en cuanto se declaró el estado de alerta, o sea, un pinfloi cobardica y acomodaticio; y qué decir de Felipe, que está más desfasado que una camiseta de Rei Zentolo. Para eso casi es mejor que nos gobierne Pancho, mi perro epiléptico, que lo haría igual de mal y gratis.

Estos de Vox son constitucionalistas como yo soy astronauta. Creen que la Constitución dice lo que a ellos les da la gana, pues la señora de la mascarilla verde con bandera de España no alude a ningún artículo de la Constitución que permita semejante estupidez, pero eso es lo de menos. Los de Vox están para lo que están, que es hacer ruido y el ridículo, da igual en qué orden.


18:35
Veo un vídeo que me pasan con una entrevista que le hace Pedro Piqueras a Pablo Casado. Pregunta Piqueras si después de esta catástrofe será conveniente reforzar la sanidad pública. Tras quedarse un rato en blanco, porque no esperaba esa pregunta o no conoce la respuesta, Casado no responde que sí ni que no: se limita a declarar que la sanidad pública se financia con el capital privado de quienes pagamos impuestos. Y ahí lo deja. Está claro que hay gente que no está aprendiendo nada de nada. Es pavoroso que un fulano que quiere gobernar España no sea capaz de mirar a su alrededor y enterarse de lo que tenemos encima. Sus recetas son las mismas hoy que hace cuatro meses. Se resumen en recortar, recortar, recortar, machacar al trabajador, potenciar a los sectores privados sobre los públicos, sonreír y esperar a que hable Abascal para decir lo mismo pero en plan amable.


21:15
Tras cenar una ensalada, veo otro vídeo esta vez de Gonzalo Caballero. Dice que es leal al Gobierno de la Xunta y asegura que no le va a reprochar que le hayan robado unos respiradores. Con Gonzalo Caballero no pasa como con su tío Abel. Cuando habla Abel siempre sabemos si habla en serio o no. Así que me quedo un buen rato pensando si Gonzalo es un retranqueiro con mucha gracia o qué. En cualquiera de los dos casos, ccreo que en Galiza se practica una oposición leal en la que destaca Ana Pontón, que está haciendo un grandísimo trabajo, aunque eso no lo veremos en los medios públicos en los que sólo salen Feijóo, Rueda y Tellado, en este orden.

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