DIARIO DE UN CONFINADO

Es el mercado, amigo

Descarga de un avión del Ejército del Aire de un lote de de respiradores donados por Alemania. MINISTERIO DE DEFENSA
photo_camera Descarga de un avión del Ejército del Aire de un lote de de respiradores donados por Alemania. MINISTERIO DE DEFENSA

ME DESPIERTO con la noticia de que los turcos han robado a España un cargamento de respiradores. Es el mercado, amigo. Compradores de los Estados Unidos se plantaron en otro día en un aeropuerto chino y le birlaron a Francia un avión cargado hasta arriba de material sanitario. Luego están esos aviones de Ayuso, que de momento solo ha llegado uno y con diez días de retraso. Y al Gobierno gallego también le ha desaparecido un cargamento de respiradores que ya estaban pagados. Pues eso, el mercado, amigo. Sirvan estos ejemplos para evidenciar que aquí no se trata de quién es más listo o gestiona mejor. En circunstancias extremas se impone el sálvese quien pueda y aquí lo que hay es una guerra mundial comercial por conseguir guantes, mascarillas y respiradores. Quién nos lo iba a decir. Tanta globalización, tanto neoliberalismo, tanto discurso hablando de que el mercado se regula solo. Pues sí que se regula solo, y eso es lo malo. De no estar tan globalizados, este virus no hubiera salido de China, pero venga a hacer negocios internacionales y venga todo el mundo a comprar porquerías fabricadas en China por niños esclavos y venga empresarios de todo el globo a viajar a China a hacer negocios. A ver si de una vez se nos mete en la cabeza que lo que hay que defender es el comercio local, el producto de cada país, a nuestros artesanos; volver al carpintero, al zapatero, al calderereo y al sastre, a nuestras vacas, a nuestros cerdos y a nuestras gallinas, nuestros pimientos y nuestros tomates y dejarnos de tanta leria internacionalista que solamente sirve para que cuatro ricos se hagan más ricos mientras bajan los sueldos a los y las trabajadoras porque total todo es más barato si viene de China. Que la culpa no es de China, es de un sistema basado en la compra compulsiva de estupideces que fabrican allí, en la India, en Brasil o en Bangladesh. Fíjese usted qué poco necesitamos para vivir estos días. Cierto que estamos encerrados y no podemos salir a comprar baratijas asiáticas, pero es igualmente cierto que llevamos décadas viviendo en mundo estúpido en el que nos rodeamos de coches, ropa, tecnologías inservibles y muchas otras cosas que no nos hacen ninguna falta.


13:30
Me entero de la muerte de Luis Eduardo Aute. Siempre fui más de sus letras que de su música, aunque firmó algunas melodías notables. Me quedo hoy con una estrofa que parece escrita para estos días: "Antes iban de profetas / y ahora el éxito es su meta; / mercaderes, traficantes, / más que náusea dan tristeza, / no rozaron ni un instante / la belleza". Qué belleza y qué gran verdad. Que la tierra le sea leve.


18:00
Creo que Feijóo está haciendo una buena gestión, como muchos de los que tienen responsabilidades de gobierno en las diferentes instituciones. Por eso no me cabe en la cabeza la utilización partidista que se hace de los medios públicos. El otro día, cuando el último debate parlamentario, la TVG transmitía un programa de cocina. ¡Un programa de cocina! En un comunicado emitido por todos los grupos de la oposición, se quejaban amargamente y con razón de que, en medio de una crisis sin precedentes, los medios públicos no informaran de las distintas medidas que proponen para luchar contra el bicho.


20:00
En el edificio de al lado vive una pareja joven con un niño que, calculo yo, tendrá un par de años o poco más. Aplaude y todos los día saluda al vecindario subido al colo de papá o de mamá. No sabe por qué aplaude ni a quién, pero algún día lo sabrá y dentro de un montón de años podrá contar a sus nietos y luego a sus bisnietos que durante la pandemia de 2020 sus padres lo sacaban cada día a la ventana a aplaudir. No es consciente hoy de que forma parte de algo histórico. De todos mis vecinos que salen a aplaudir es el más importante, creo, porque espero que él y todos los niños y niñas de su generación formarán parte de un mundo muy diferente y tendrán que poner mucho de su parte para construirlo. Ellos podrán hacer lo que no hemos hecho nosotros, que es conformar una sociedad justa e igualitaria; tendrán que luchar para dar la vuelta al mundo tan desastroso que les hemos dejado. Crecerán sabiendo que si todos somos iguales ante un virus también debiéramos serlo ante todo lo demás. Ojalá.

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