Los cementerios cobrarán vida los días de Todos los Santos y Fieles Difuntos (domingo 1 y lunes 2 de noviembre, respectivamente), con la visita de familiares y amigos que visitarán los camposantos para honrar la memoria de sus muertos. A diferencia de años anteriores, la pandemia ocasionada por el coronavirus obliga al Concello y a las parroquias a adoptar medidas de prevención para evitar la aglomeración de personas que pueda resultar un foco de contagio.
En el caso del municipio de Pontevedra, los operarios del Servizo Municipal de Cemiterios vienen trabajando desde hace más de un mes en las necrópolis de San Mauro, Campañó, Lourizán, Bora y Ponte Sampaio para que éstas luzcan su mejor aspecto. En esta ocasión encaran los días de Difuntos y de Todos los Santos como un reto, sobre todo pensando en la protección de la salud de los visitantes de más edad.
Los funcionarios contaron con la colaboración de miembros de la asociación Juan XXIII en la realización de los trabajos de puesta a punto del camposanto de San Mauro, en concreto en el acondicionamiento de las zonas ajardinadas. Para evitar contagios, los grifos de agua que estos días están utilizando las personas para la decoración floral de los nichos y panteones estarán cerrados los días 31 de octubre y 1 y 2 de noviembre.
En este sentido, las tareas de embellecimiento de las tumbas con centros florales se ha adelantado con respecto a años anteriores.
A las labores de hermoseamiento se suma en esta ocasión la aplicación de medidas de prevención en los cinco cementerios que dependen del Concello. Todos ellos contarán con cartaces a la entrada con indicaciones básicas como el uso obligatorio de la mascarilla y el mantenimiento de la distancia de seguridad interpersonal. También incluirán una llamada a la responsabilidad de los visitantes para que tengan en cuenta que "o mes de novembro é o mes de Santos e non é necesario que nos aglomeremos todos ese día nos cemiterios e espallemos todo o posible as visitas, sobre todo no caso da xente maior, que se achegue con anterioridade ou mellor a posteriori", recuerda la concejala de Cemiterios, Carmen Fouces.
Las visitas, según el protocolo de prevención de la covid dictado por la Consellería de Sanidade, establece un máximo por grupo de cuatro personas que convivan en un mismo domicilio.
En este caso, los miembros de la etnia gitana, que suelen acudir al cementerio de San Mauro en grupos numerosos, "estanse portando excelentemente, mantendo a distancia interpersoal porque lle teñen medo ao virus", explica Francisco Abuín, uno de los sepultureros municipales. "O medo que tiñan era que pechara o cemiterio e non poder vir o Día de Defuntos a visitar aos seus mortos", apostilla.
El camposanto de San Mauro -el de mayor extensión y en el que se registra una mayor afluencia de visitantes- contará a mayores con señalización vertical y horizontal que indicará el sentido de circulación que habrá que seguir en todo momento para garantizar una circulación fluida de personas, evitar aglomeraciones y conservar la distancia de seguridad. Solo está permitido el acceso a pie, si bien podrán entrar en vehículo las personas con movilidad reducida previa solicitud por vía telefónica.
Las puertas laterales de la fachada serán de entrada y las del centro de salida (solo se abren con motivo de los días de Difuntos y Todos los Santos). También se podrá acceder al recinto mortuorio por las puertas situadas en el cementerio civil y junto a la capilla de San Mamede. En la entrada de esta ermita Francisco Abuín ha colocado un cartel con una frase del editor y escritor Sabino Torres (Pontevedra 1924-Madrid 23 de mayo del 2016): "Miña nai, cuando me eu morra se morrera en Pontevedra haberá flores na cova".
Además de estar prohibido el acceso con mascotas o comida y bebida, se limita a 30 minutos el tiempo de la visita. En este sentido, el cementerio de San Mauro tiene durante todo el año el horario más amplio de todos los camposantos de Galicia. "Temos un horario ininterrumpido. Nestes días abrimos desde as oito da mañá ata as oito da tarde para evitar aglomeracións", precisa Francisco Abuín.