División de opiniones sobre el posible traslado del mercadillo a Campolongo

La mayoría de los vendedores cree que sería "más cómodo" trasladar la feria al centro, pero otros reconocen que en el Recinto es más fácil aparcar
Un momento de la jornada de este sábado de la feria, en la que el covid y las rebajas redujeron drásticamente el ambiente y las ventas. RAFA FARIÑA
photo_camera Un momento de la jornada de este sábado de la feria, en la que el covid y las rebajas redujeron drásticamente el ambiente y las ventas. RAFA FARIÑA

El mercadillo desapareció de la plaza de Barcelos en el año 1988, tras una polémica resolución del entonces alcalde de la ciudad, José Rivas Fontán, que trasladó los puestos a la zona de A Xunqueira, donde se encuentra en la actualidad.

Desde entonces, fueron varias las ocasiones en las que la feria regresó al centro de la ciudad, pero siempre de forma temporal. La última vez que esto ocurrió fue en octubre del año pasado, cuando se celebró el Campeonato de España de Triatlón. Un evento que volvió a poner sobre la mesa la intención de trasladar definitivamente la venta ambulante al centro y, en concreto, a Campolongo.

Ante la demanda de los vendedores, la propia concelleira de Promoción Económica, Yoya Blanco, confirmó que su intención era que la feria se mudase a esta zona pero, desde entonces, no ha habido novedades al respecto.

Un momento de la jornada de este sábado de la feria, en la que el covid y las rebajas redujeron drásticamente el ambiente y las ventas. RAFA FARIÑA

Por su parte, los feriantes están divididos. La mayoría de ellos asegura que Campolongo es la mejor ubicación posible, ya que "es más cómodo, estamos más céntricos y atraería a más gente", asegura Delfín Andrés.

Lo mismo piensa Margarita González, presidenta de la Asociación Galega de Ambulantes Autónomos de Galicia y vendedora de la feria de Pontevedra desde hace más de 30 años. "Es mejor allí porque estamos más céntricos, yo no sé por qué pero la gente del centro de la ciudad no cruza el puente y aquí nos sentimos un poco apartados de la civilización. En Campolongo la gente no tendría que mover el coche y hay más posibilidades". En este sentido, la feriante reconoce que "el traslado está prometido así que voy a pensar que se va a cumplir, yo tengo fe y confío muchísimo en eso".

Esta opinión no solo está presente en los puestos de ropa de la feria, en los de comida también hay algún vendedor que la defiende. Un ejemplo es Ramiro Torrón, que hace hincapié en que "la gente que nos compra a nosotros es gente mayor, a los que les cuesta ir cargados con las bolsas hasta el centro. Entonces yo creo que en Campolongo cogeríamos más cantidad de público".

EN CONTRA DEL TRASLADO. Aunque esta es la opción principal de la mayoría de los vendedores del mercadillo, hay otros que no están tan de acuerdo con la decisión de trasladar la venta ambulante. Es el caso de José Antonio Figuera, del puesto de plantas, que recuerda que "o mercadillo está feito para os alrededores, a xente de Pontevedra ten moito onde comprar sen ter que vir á feira e no centro non hai onde aparcar nin tampouco tanto espazo como o que temos aquí".

Un momento de la jornada de este sábado de la feria, en la que el covid y las rebajas redujeron drásticamente el ambiente y las ventas. RAFA FARIÑA

En este sentido, otra de las feriantes asegura que "la comodidad que hay en el Recinto para aparcar, no es la misma que en el centro y, además, si nos movemos para Campolongo, los coches tendrían que estar detrás de cada puesto, porque necesitamos tener el almacén cerca. También por seguridad, porque si hace temporal, por ejemplo, tendríamos que ir a buscar los coches".

MENOS VENTAS. La jornada de este sábado no brilló por las ventas. De hecho, durante toda la mañana el ambiente fue bastante escaso, sobre todo, en los puestos de ropa. Un hecho que se debe principalmente a dos factores. El primero, el covid, ya que el incremento de contagios ha reducido la afluencia de gente que se acerca a comprar. Aunque sin duda, el motivo principal de la disminución de ventas fue las rebajas. Los carteles de descuentos que se pueden ver estos días por las tiendas del centro, frenaron a los pontevedreses a acercarse hasta la venta ambulante.

"La mañana fue rara porque la gente ya está cansada de comprar. Aquí también tenemos rebajas, pero bajamos un par de euros en cada producto porque más no podemos, nosotros estamos siempre de ofertas", afirma Manuela Díaz.

"Hay muy poca gente y la que hay está de paseo. Hace frío, la gente tiene miedo por el covid y con las rebajas, la gente prefiere quedarse en las tiendas antes que venir aquí", confirma otra de las vendedoras.

Un momento de la jornada de este sábado de la feria, en la que el covid y las rebajas redujeron drásticamente el ambiente y las ventas. RAFA FARIÑA

Por su parte, Eladio Rodríguez deja claro que "no hay quien compita con nosotros en las rebajas, porque nosotros somos más que un centro comercial. Aquí la gente encuentra lo que busca, y mucho más económico. Y aunque nosotros siempre tenemos descuentos, en mi puesto tengo un 30% de rebajas". Eso sí, este vendedor reconoce que "con el covid, la alegría falta porque ya no hay fiestas y estas Navidades no se celebraron como tenía que ser".

Pensando en cifras, Margarita González, que definió este sábado como "horrible", aseguró que "hubo un 80% menos de ventas que otros sábados". Una situación que se extiende desde el mes de diciembre, ya que "desde que los centros comerciales abren los domingos, a nosotros nos están matando".

Un poco más optimistas son en la Pulpería Rey, donde el sábado explicaban que "non hai queixa, nin hai o que había antes, nin tampouco poca xente. Non podemos chorar, porque co que está pasando, non podemos pedir máis".