Dos condenados por la muerte del Magic Circus en Arcade

Dos años de prisión e indemnizaciones de unos 130.000 euros para los allegados del trabajador fallecido

La muerte de un joven senegalés durante las labores de montaje del Magic Circus en la explanada de O Peirao, en Arcade, en la madrugada del 18 de abril de 2012, tiene al fin a dos responsables que reconocieron los hechos ante la Justicia. Paulo Jorge Teixeira Magalhaes, propietario de la carpa y de la estructura del espectáculo que había sido contratado, y José Antonio Fernández González, representante, publicista y organizador del evento que se iba a desarrollar en el término municipal de Soutomaior, han sido condenados a sendas penas de dos años de prisión por un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de homicidio por imprudencia grave. Deberán pagar, además, multas de nueve meses a razón de 20 euros al día (con responsabilidad personal subsidiaria de 135 días en caso de impago), e indemnizaciones que alcanzan los 130.000 euros para los allegados y para sufragar los gastos de la repatriación del fallecido.

Los procesados se conformaron con las penas que les propuso la Fiscalía Provincial tras reconocer los hechos que se les imputaban, lo que evitó la celebración del juicio y muy probablemente una condena superior para ambos.

Los dos acusados reconocieron que sabían que las personas que trabajaban en el montaje de la estructura carecían de autorización para residir y trabajar en España y "que desarrollaban tareas en condiciones especialmente gravosas y perjudiciales, tanto en lo que se refiere a la duración de las jornadas de trabajo como a la retribución".

Sobre los hechos en sí, el dictamen relata que "cuando Ibrahima Diop (el fallecido) se encontraba, junto con otros dos compañeros, montando la estructura central de la carpa del circo, dirigidos y organizados por el acusado Paulo Jorge, una vez instalada la estructura de hierro y enganchada la carpa a la misma, procedieron a su izado y trepó sin usar ningún tipo de amarre por el poste para coser las costuras de la lona exterior del pilar", explica la sentencia.

A continuación bajó "para ayudar a su compañero, subiendo en esta ocasión por la torre vertical izquierda hasta una altura de unos 15 metros y situándose debajo de una viga desplazable que sostenía la carpa. En ese momento cedió por su parte izquierda aplastando por el pecho a Ibrahima entre la viga y la estructura del pilar". El trabajador falleció producto de las lesiones.

"Ninguno de los acusados había garantizado previamente por ningún medio ni se había preocupado por vigilar la seguridad estructural de la carpa ni su estabilidad", añade el dictamen.

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