Dos reptiles evitan el pleno canino en la bendición anual de mascotas

Alrededor de 30 perros participaron en el acto que tuvo lugar este martes en Campolongo con motivo de la festividad de San Antonio Abad

La historia se repite. Los perros volvieron a monopolizar la bendición anual de mascotas que efectuó este martes el párroco de San José de Campolongo, Casimiro Fernández, con motivo de la festividad de San Antonio Abad, patrón de los animales.

Gus, un perro de aguas español de 13 años, ya había participado en anteriores rituales, mientras que para Ingry, una perra grifón adoptada en la Perrera Municipal, fue su primera bendición. Las yorkshires Yenca y Cleta y Chico, un perro de aguas, comparten piso con Dylan, el conejo que el año pasado participó en la bendición. "Este año lo dejé en casa porque se estresa al estar en medio de tantos perros", explica su dueña, María del Carmen de Saa, que en años anteriores también había llevado una cobaya al acto religioso.

Para los dos únicos animales que no eran canes, sino reptiles, fue su primer San Antonio Abad: Bichoco, una pogona (lagarto iguanario) dotada de una piel con púas como sistema defensivo, y Trébol, una tortuga terrestre rusa.

Bichoco acudió a la cita acompañada de la perra Tuna, de raza palleiro, con la que comparte hogar y dueña. "Se les quiere mucho. La pogona no interactúa tanto como lo puede hacer un perro, pero se le coge cariño", explica Inés Sieiro.

También fue el primer San Antonio Abad para Kala, una perrita mestiza palleiro-podenco, adoptada en el CAAN de Meis cuando tenía tres meses. Clementina Iglesias, su propietaria, se la llevó a casa como mascota para una hija de 25 años con discapacidad intelectual. "Kala nos cambió la vida. Interactúa con mi hija y nos obliga a salir de casa para pasearla. Estamos felices porque nos alegra el día y nos devuelve con creces todo el cariño que le damos", explica Clementina, que tiene previsto bautizar con el nombre de Kala un nuevo negocio relacionado con las mascotas.

"Quiero abrir en Monte Porreiro un autoservicio de lavado de mascotas en el plazo máximo de un mes. Solo estoy pendiente de la pertinente autorización de apertura del Concello", subraya.

El negocio, que funcionará todos los días del año, se basa en una máquina diseñada para el lavado de los animales que funciona con monedas. Dispone de agua caliente, champú, acondicionador y secador. También dispondrá de un servicio de veterinario y de corte de pelo, y todo ello se complementará con una clase mensual a cargo de un adiestrador de perros.

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