Mari Carmen, hermana de Sonia Iglesias: "É duro, pero era algo que ía suceder"

Mari Carmen Iglesias defiende acortar los plazos para declarar la muerte oficial de una persona desaparecida
Mari Carmen Iglesias en una entrevista en el Diario en 2010. GONZALO GARCÍA
photo_camera Mari Carmen Iglesias en una entrevista en el Diario en 2010. GONZALO GARCÍA

"É duro, pero era algo que ía suceder". Así valoró este domingo Mari Carmen Iglesias Eirín, la apertura del expediente que el Juzgado de Instrucción número cinco de Pontevedra acaba de abrir para declarar el fallecimiento de su hermana, Sonia Iglesias Eirín, desaparecida el 18 de agosto de 2010, hace más de una década.

El procedimiento se inicia a instancias de su sobrino, Alejandro Araújo Iglesias, que tenía ocho años cuando su madre fue vista por última vez y que en la actualidad ya ha cumplido 19. "Solicitouno o seu fillo. Imaxino que para poñer todo en orde. Agora é orfo de pai e de nai", explica Mari Carmen, que asegura que su sobrino siempre se ha mantenido al margen del foco mediático para "vivir tranquilo". 

La tramitación de la declaración de fallecimiento es posible porque han pasado diez años desde la desaparición de Sonia Iglesias, cuyo caso generó una gran conmoción en Pontevedra y en el resto del país. En este sentido, Mari Carmen defiende la modificación del Código Civil para acortar los plazos para poder certificar la muerte legal de una persona desaparecida. "Habería que cambialo", respondió al ser preguntada por el contenido de esta Ley.

El expediente que ahora tramita la Justicia, que se hizo público esta semana, pondrá fecha al fallecimiento de Sonia Iglesias, lo que permitirá desbloquear asuntos de carácter legal y administrativo. Entre ellos figura el acceso a las herencias. En su artículo 196, el Código Civil establece que los posibles beneficiarios de los bienes podrán llegar a ellos de forma gratuita hasta que hayan pasado cinco años de la declaración oficial de la muerte.

El caso de Sonia Iglesias, que tenía 37 años cuando fue vista por última vez, sigue sin resolverse. A pesar de que tanto Fiscalía como Policía han expresado su intención de no abandonar la causa, la posibilidad de su reapertura es remota. El juzgado la ha archivado en dos ocasiones.

La muerte de su expareja, que fue considerado el principal sospechoso de la ausencia de la dependienta pontevedresa, complica que se retomen las investigaciones. Julio Araújo, que se libró de una imputación judicial por detención ilegal y de una acusación policial por presunto homicidio por falta de pruebas, falleció el pasado mes de septiembre.

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