Un sentimiento optimista se refleja en el rostro de Eduardo Lozano, propietario de la plaza de toros de Pontevedra desde 1976. Más de cuarenta años que le llevan a conocer el gusto del público taurino pontevedrés y a apostar por unos trabajados carteles para que la Feria de A Peregrina recupere a un público que se ha alejado de ella, en gran medida por la crisis económica, más que por el fervoroso antitaurinismo de los últimos tiempos.
¿Qué significa la plaza de toros de Pontevedra para la familia Lozano?
Pues después de toda la vida dedicada al toro, con matadores, apoderados y empresarios en la familia, Pontevedra ha sido la primera inversión que hemos hecho en el mundo del toro. Para nosotros, como decimos familiarmente, es la niña bonita.
El empresario Eduardo Lozano posa en los tendidos de la plaza de A Moureira. javier cervera-mercadillo
¿Qué tiene de especial esta plaza frente a otras para ustedes que recorren cada año las plazas de toda España?
Cuando la compramos hace 42 años se daba una corrida de toros y un espectáculo cómico taurino. Nuestra gran satisfacción ha sido llegar a completar una gran feria con cuatro o tres tardes como en cualquier capital de provincia de España. También que la afición poco a poco ha ido creciendo, gracias también a aquel empujón de las corridas televisadas que hicieron que toda España comprobase la alegría que se vivía en esta ciudad, la presencia de las peñas y al mismo tiempo el respeto al torero. Aquí se ha sabido, afortunadamente, compatibilizar el jolgorio entre toro y toro, con el respeto al torero durante la lidia. Es una afición modélica.
"En los momentos actuales veo más peligro dentro del propio sector que fuera del mundo del toro"
¿Cómo le explicaría a los más jóvenes el cambio sufrido por esta plaza durante las últimas décadas?
Se lo digo siempre a las peñas, a la juventud es a la que hay que cuidar de cara al futuro. El pasado año, y este lo hemos mantenido, apostamos por la creación de un abono para los jóvenes (entre 12 y 18 años) de 30 euros para asistir a los tres festejos. Me gustaría que los padres que forman parte de las peñas le regalasen a sus hijos estos abonos, esa sería una buena forma de enganchar a los más jóvenes, si no trabajamos todos ese sector es difícil que se enganchen a la afición al toreo.
Hábleme de algún recuerdo especial alrededor de la historia de esta plaza, más allá de lo que pueda ser una gran faena.
Hay muchísimos. Recuerdo que aquí vino Palomo Linares, en lo que se llamaba ‘La oportunidad’, la plaza aún era de los Dominguín, y lo trajimos nos tantos años.
"Toda la fuerza de esas empresas importantes se ha traspasado a los toreros, mientras ellos lo que tendrían que hacer es irse ganando la temporada poco a poco"
Para una empresa familiar como la suya tan ligada al mundo del toro. ¿Cómo vive esta situación tan conflictiva que se ha generado en torno a él?
A todas las personas que no son aficionadas al mundo del toro los respetamos enormemente. Nosotros sabemos, desde los tiempos de Joselito y Belmonte, que la afición a los toros es una minoría. Pero nos conformamos con ser esa minoría, lo que no nos gusta es que nos digan los demás (que tendrán cosas que a nosotros tampoco nos gustan y no nos entrometemos en sus vidas) lo que tenemos que hacer. Desgraciadamente todo esto ha ido derivando hacia una componente política que genera más riesgo y más peligro. Nosotros lo único que hacemos es defendernos y darle publicidad a nuestro trabajo.
¿Qué medidas se podrían adoptar desde ese mundo del toro para intentar una revitalización del sector?
El consejo más sencillo que le diría a los profesionales modernos de hoy es que copien lo que hacíamos hace cincuenta años. Fíjate si es fácil. En los momentos actuales veo más peligro dentro del propio sector que fuera del mundo del toro, y ese peligro es que falta esa profesionalidad que había antes. Las tres o cuatro empresas importantes se dedican a apoderar a las figuras del momento, y eso es un contrasentido.
Toda la fuerza de esas empresas importantes se ha traspasado a los toreros, mientras ellos lo que tendrían que hacer es irse ganando la temporada poco a poco, más aún en estos tiempos de escasa renovación de las otros y resultó fantástico. También Espartaco nació y se despidió en esta plaza. Reapariciones como la del célebre rabo de Antoñete. Es una gran colección de recuerdos a lo largo de figuras. Habría que potenciar las novilladas, apostar por carteles abiertos y darle oportunidades a los jóvenes, que pueden tener altibajos, pero en ellos está el futuro.
La fiesta hay que renovarla y ahí es muy importante el empresario que tiene que ser el dueño a nivel espectáculo. Él defiende a su cliente que es el público, defiende al ganadero, al torero... y a lo mejor ese empresario tan profesional es el que escasea ahora.
Qué me puede decir de los tres carteles de la Feria, en los que en este año se aprecia una clara apuesta por las figuras. ¿Desde cuándo se comienza a trabajar en su confección?
Pues en el caso de la Feria de Pontevedra hay que hacerlo en cuanto acaba la feria. Pontevedra tiene el inconveniente de que al celebrarse los festejos en los primeros domingos de semana de agosto la competencia con otras localidades es muy grande, también con Francia, que siempre ofrece corridas en domingo. Hay que comenzar a reunir a las figuras y dejar algún hueco para los triunfadores de Madrid o Sevilla.
Ahora que habla de Francia ¿no le da cierta envidia el resurgir de la fiesta en ese país y cómo se entiende como parte de la cultura propia, algo que aquí se desprecia completamente?
A Francia lo que le tenemos que envidiar es el ambiente que rodea a la propia plaza. En el interior no hay comparación con el festejo en España, pero fuera de allí, desde dos días antes se realizan coloquios, tertulias, celebraciones, todo muy alrededor del toro. En la plaza eso ha generado una afición muy buena que ha mostrado una gran mejora desde que yo conozco aquello, te hablo de hace cincuenta años. También el empujón de figuras como Castella o Bautista y empresarios como Simón Casas o el padre de Juan Bautista, han sido capaces de crear un ambiente muy favorable a la fiesta y con gran futuro. Se ha trabajado bien, y aquí es lo único que tenemos que hacer, trabajar.
Volvamos a esos carteles de Pontevedra. ¿Cómo valoraría cada uno de ellos?
Pues en el primero tenemos a El Juli, que es la máxima figura actual del toreo. Un toreo poderoso, al que le valen el noventa por ciento de los toros que salen de los chiqueros. Manzanares que es un torero artista y Roca Rey que es la revolución, y como tal revolucionario alguien que arrolla y que nunca sabemos la faena que va a hacer en función del toro que le toque. Es una corrida muy completa y con variados aspectos.
¿Y el próximo fin de semana?
Pues tenemos el sábado la presencia del rejoneador Diego Ventura, que viene de cortar por primera vez un rabo en la historia de la plaza de Las Ventas y se completa con Ferrera y El Fandi, que, precisamente en Pontevedra rompieran su relación y su competencia en el tercio de banderillas, y que tienen un público en la ciudad muy fiel. Esta es una corrida que va a tener mucho tirón. La tercera es una corrida más artística, Morante que cuando tiene su tarde buena es inigualable; Cayetano que este año está muy repleto de valor y Talavante, otro gran triunfador de San Isidro que tras ese éxito se ha centrado más y está ofreciendo un grandísimo toreo.
El público siempre se fija mucho en la presencia de los coletas pero la otra parte de este negocio son las ganaderías. ¿Cómo son las que estarán presentes este año en Pontevedra?
La primera, Alcurrucén es la nuestra, y la conocemos bien (entre risas), y es una ganadería que todos los años triunfa en Madrid o en Bilbao, y nos la piden las figuras. Hubo años que trajimos a Victorino Martín, y es algo que nos planteamos muy seriamente de cara al próximo año. Hay que sopesar, en plazas como Pontevedra, si esa ganadería con tres toreros de los que se enfrentan a sus toros, tiene el empuje necesario y si además convencemos a una figura, pues perfecto. Vamos a jugar con eso para el año que viene. Las otras tardes tenemos a Daniel Ruiz, que debuta en Pontevedra, trae un tipo Domecq pero ya hecho en su casa, con su personalidad y sus hechura; y la tarde del sábado con Santa María, que también son de ascendencia Domecq.
"Sigo echándole la culpa a la crisis más que a los antitaurinos, ante las crisis económicas los espectáculos de ocio es lo primero que se anula"
¿Cómo califica la empresa el ritmo de venta de entradas?
Nosotros hemos echado el resto, y ante las dudas, hemos traído a las figuras. El ritmo de entradas es bastante mejor al de los últimos años, pero sabiendo que no podremos llegar a ciertos éxitos del pasado. Sigo echándole la culpa a la crisis más que a los antitaurinos, ante las crisis económicas los espectáculos de ocio es lo primero que se anula. Tengo confianza y así lo vemos en la taquilla donde los fieles de Pontevedra vendrán y a ellos se le sumarán los turistas que descansan en las localidades del entorno. También las dos siguientes van muy bien de ventas, la del sábado, con un público diferente, seguro que registra una excelente entrada.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de esta temporada a usted que conoce bien lo que sucede en otras plazas?
Lo que más me llama la atención, y de manera satisfactoria, es que el ambiente en las plazas es mejor que el pasado año. Luego toreros y ganaderías, pues como cada temporada, una vez mejor unos, otra vez otros, pero sí que se nota un mejor ambiente en cada una de las ferias. Yo sigo siendo muy optimista con el futuro de los toros
