Los nuevos controles municipales al Mercado dividen a los placeros

Algunos denuncian que hay personas trabajando sin asegurar. Otros temen que el Concello provoque desconfianza entre los consumidores
El Mercado de Abastos de Pontevedra
photo_camera El Mercado de Abastos de Pontevedra

El Concello anunciaba el martes que reforzará los controles en el Mercado. Este miércoles las reacciones no se hicieron esperar: rechazo por un lado, comprensión por otro y desconfianza entre los placeros.

Los consumidores aplaudían la medida ya que consideran necesario saber "de dónde vienen los productos y cuál es el precio", explicaba una de las clientas habituales a la salida de la Praza de Abastos. Y es que esta medida busca que se sepa la trazabilidad de los productos (de dónde vienen y por dónde pasaron hasta llegar al Mercado) y que el etiquetado sea el correcto. "A mí, por ejemplo, como consumidora me gusta saber dónde fue capturado el pescado que compro", cuenta Roberta Cabanelas. La desconfianza es mayor entre los placeros. Algunos temen que esta medida genere desconfianza hacia los productos de la Praza por parte de los consumidores. "Non hai mellor Mercado que o de Pontevedra. Aquí o peixe é bo e ademais temos todo en condicións", explica María del Carmen Santos, presidenta de la Asociación de Profesionais da Praza de Abastos. Santos considera que no son necesarios más controles ya que los placeros son responsables y cumplen con la normativa.

Otros comerciantes del Mercado aseguran que están tranquilos ante los controles, pero hay quien tiene recelo a hablar del tema, que parece haberse convertido en una cuestión polémica entre los placeros. Muchos de ellos prefieren no opinar y otros dejan ver su descontento de forma implícita.

Pero también hay quienes creen que las inspecciones son necesarias más allá del etiquetado y la trazabilidad de los productos. "Aquí hay gente trabajando que no está asegurada y también hay personas que cobran pensión de jubilación y vienen a trabajar de forma ilegal", cuenta una persona que trabaja en la Praza pero que prefiere no dar su nombre para no ganarse enemistades en el lugar de trabajo. Además, señala que no se cumplen otras cuestiones sanitarias como la prohibición de fumar en el interior de las instalaciones.

CONTROLES. La mayoría de los vendedores se muestran tranquilos ante eventuales controles. "Yo estoy de acuerdo con que hay que cumplir el reglamento. De hecho, el Mercado pasa controles periódicos de la Xunta, a veces vienen veterinarios... Es decir, que lo que se vende aquí pasa controles todo el año", cuenta María Balea, que regenta un puesto de flores en la Praza.

Ana, que trabaja vendiendo pescado, también insiste en que este tipo de inspecciones no son exclusivas de la Navidad. "Cumplimos con la normativa todo el año", explica mientras despacha pescado.

Aún así, hay quienes piensan que el Concello se pone "quisquilloso" de vez en cuando. Carmen Costa, por ejemplo, regenta una carnicería y asegura que cumple las normas pero que a veces el Concello es demasiado escrupuloso con cuestiones secundarias como la vestimenta. Otros placeros coinciden con ella pero prefieren no dar su nombre.

El debate de la normativa se ha convertido en un tema tabú entre los placeros. La mayoría de ellos prefiere no dar su opinión abiertamente para no provocar mal ambiente en la Praza.

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