El declive del ladrillo frustró la construcción de 1.119 viviendas en tres barrios de la ciudad

Los efectos de la crisis siguen pasando factura al crecimiento urbanístico de Pontevedra. Prueba de ello son los tres grandes polígonos residenciales que se han quedado en el cajón como consecuencia del declive del ladrillo, la falta de fondos y el desinterés de sus promotores en sacarlos adelante. La foto fija de este pinchazo inmobiliario deja 1.119 viviendas sin construir en tres de las principales zonas de expansión de la ciudad. Se trata de los complejos de Campolongo, Tafisa y Valdecorvos. A pesar de que algunos mantienen viva su tramitación, ninguno ha dado pasos firmes de cara a su desarrollo.

El proyecto de mayor envergadura de este tridente urbanístico es el de Valdecorvos. Allí se preveía construir 260 viviendas protegidas para completar la urbanización iniciada en su día. El plan contemplaba promociones en varias parcelas para levantar 216 viviendas y 44 chalés adosados impulsados por distintas cooperativas, empresas y por el Instituto Galego de Vivenda e Solo, un organismo que depende de la Xunta. Los últimos edificios que se levantaron en la zona corresponden a los 132 pisos sociales de Valdecorvos, que se ocuparon entre diciembre de 2015 y mayo de 2016 tras continuos retrasos burocráticos.

La segunda promoción más importante tiene como escenario los antiguos terrenos de Tafisa. Allí, la inmobiliaria PonteLérez, que pertenece al grupo Lar, tenía previsto edificar 257 pisos del primero de los siete inmuebles que se proyectaban para este solar. La última vez que se movió un papel sobre este proyecto concreto, que ocupaba una parcela de 25.727 metros cuadrados orientada hacia la calle Xosé Malvar, fue en 2014.

La crisis del sector privado no solo frenó la promoción de PonteLérez sino al resto del complejo residencial, que sumaría 700 viviendas en una de las zonas de mayor valor paisajístico de la ciudad: los salones del río Lérez.

Otra de las iniciativas que no salió adelante en esta parcela fue la del primer hotel de cinco estrellas de Pontevedra. A pesar de que trató de poner a la venta el solar de 3.173 metros cuadrados por dos millones de euros, la falta de interés obligó al Gobierno local a optar por una solución alternativa: transformar este espacio en un parking de autocaravanas. Las obras de esta instalación están a punto de finalizar.

La parcela que hasta 2003 ocupó legalmente la fábrica de tableros también iba a albergar otros equipamientos. Entre ellos, el Edificio das Artes, un proyecto que la Universidade de Vigo tiene parado por falta de fondos.

DEMANDA. El tercer plan que se ha quedado en el cajón afecta a Campolongo. Aunque el Concello acaba de aprobar, de forma provisional, la junta de compensación de la urbanización situada al lado de la calle Alfonso X y muy próxima al colegio e la Once, lo cierto es que sus impulsores, Promociones Pelete y varios socios, no tienen previsto construir las 239 viviendas distribuidas en cinco edificios, tres de aprovechamiento privado y otros dos con fines públicos. El motivo: la incertidumbre de la inversión.

A pesar de que los últimos datos estadísticos revelan un ligero repunte del mercado inmobiliario, lo cierto es que el sector mantiene la cautela. Colectivos como Aproin, que representa a los promotores, sostienen que el presente de su actividad depende sobre todo de ajustar la oferta de pisos a la demanda real. Y los datos parecen darles la razón. De hecho, la construcción de edificios no acaba de despuntar, todo lo contrario a lo que ocurre a las casas de nueva planta. En 2015, Pontevedra fue la ciudad gallega que lideró este mercado con 154 viviendas. Le siguió Vigo, con 99, Lugo (48), Santiago (45), Ferrol (33), A Coruña (1) y Ferrol (1).