El diseño de la variante de Alba enfrenta a Xunta y Concello de Pontevedra

Ambas administraciones se reúnen para tratar de desbloquear la tramitación del proyecto, que acumula dos meses de retraso. La principal discrepancia es la senda peatonal prevista en un tramo de la carretera de Vilagarcía y el túnel para salvar la autopista
Variante de Alba con previsión de cuatro carriles
photo_camera Variante de Alba con previsión de cuatro carriles

El diseño de la variante de Alba, que unirá las carreteras de Vilagarcía y Santiago, enfrenta a Xunta y Concello. La principal discrepancia entre ambas administraciones tiene que ver con un añadido del proyecto: la senda peatonal que la Consellería de Infraestruturas quiere construir en la PO-531, entre las rotondas del acceso a Fragamoreira, en Poio, y la PO-225, que es por donde actualmente transitan los peregrinos en su ruta por Alba.

Pontevedra considera que el coste de esta obra es excesivo porque no está de acuerdo con la solución prevista para dar continuidad al paseo por debajo de la autopista: un túnel de unos tres metros de ancho y 40 metros de longitud. La postura del Gobierno local ya ha sido trasladada al departamento autonómico que dirige Ethel Vázquez, que será el que decida cómo será el trazado final.

Tanto la Xunta como el Concello quieren llegar a un entendimiento sobre esta actuación. Y, por ello, este jueves tuvo lugar una reunión técnica entre las dos instituciones para desbloquear la tramitación de la variante de Alba, que acumula dos meses de retraso. De hecho, la Consellería tenía previsto exponer el proyecto al público el pasado mes de marzo para superar cuanto antes la fase de las alegaciones y poder sacar la obra a contratación. De momento se desconoce cuándo se podrá llevar a cabo este trámite previo a la licitación.

El concejal de Ordenación do Territorio e Infraestruturas, Cesáreo Mosquera, recuerda que el espíritu de su Ejecutivo es sacar adelante los trabajos con el mayor consenso posible. De hecho, el Gobierno municipal no pondría objeción a que la variante pueda tener cuatro carriles, dos por cada sentido, en el futuro. Pontevedra defiende que solo se hagan dos y así se hará, al menos, en la primera fase de la obra.

Lo que no quiere la Consellería es cerrar la posibilidad de que la nueva carretera, que tendrá 700 metros de longitud y que comunicará la rotonda de San Caetano (en la PO-531) con Pidre (N-550), se pueda ampliar en el futuro.

El diseño del trazado ha sufrido varios retoques desde que se anunció la obra, una demanda histórica de los vecinos y el Concello. Uno de ellos se llevó a cabo para no afectar a los terrenos de la empresa de piensos que hay en la zona. La propuesta es la construcción de vías de servicio para facilitar el paso de camiones a las instalaciones de la compañía.

La actuación, cuyo coste podría superar los cinco millones de euros previstos inicialmente, contempla además dos viaductos sobre el río Rons y otro sobre el cauce del Gándara, así como un paso soterrado para salvar las vías del tren. Los trabajos solo conllevarán la expropiación de fincas particulares, es decir, que no se llevarán por delante ninguna casa.

ENCUENTRO. Otro de los asuntos sobre los que se ha debatido tiene que ver con el entronque de la propia variante con la carretera de Santiago. Pontevedra considera que debería desplazarse la ubicación de la futura rotonda que unirá el nuevo vial con la N-550.

La Consellería de Infraestruturas se ha comprometido a estudiar las observaciones del Gobierno local para tratar de agilizar los plazos del proyecto. El diseño definitivo de la obra se expondrá en una nueva reunión entre los representantes de ambas administraciones.

Pontevedra cuestiona aspectos técnicos del trazado por su coste y propone otro entronque entre la variante y la N-550 La Consellería recoge las observaciones del Gobierno local y se compromete a estudiarlas para agilizar los plazos de la obra

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