El ‘lavado de cara’ de la Basílica de Santa María concluirá con la limpieza de su fachada norte

La fachada principal de la Real Basílica de Santa María la Mayor luce en todo su esplendor desde la operación de limpieza que acometió la parroquia el pasado mes de marzo. El aspecto impecable que presenta el lado Oeste del inmueble religioso contrasta con la estampa de su fachada Norte (la más próxima al Campiño de Santa María), oscurecida por la proliferación de musgos y líquenes que se extienden sobre la piedra con la que fue construido el templo.

La parroquia que dirigen Javier Porro y Calixto Cobo quiere completar la operación de mejora del aspecto exterior de la Real Basílica, el monumento de Pontevedra más visitado por los turistas, y por eso ha solicitado al Concello una subvención que le ayude a acometer la limpieza de la fachada norte, ennegrecida por los efectos de la humedad que afectó a este emblemático edificio religioso en la última década.

"Vamos a intentar limpiar la fachada norte cuanto antes. Si el Concello nos concede una ayuda económica podremos afrontar los trabajos en su totalidad porque también contamos con los donativos que nos han dado los feligreses", comenta Javier Porro. El coste aproximado de esta operación es de 9.800 euros.

En esta ocasión, los trabajos con los que la feligresía de Santa María quiere dejar los muros de la zona Norte con un aspecto inmejorable resultarán tan llamativos como los realizados en la fachada principal, en la que intervinieron alpinistas especializados en la realización de trabajos verticales en altura. Los trabajos contaron con un presupuesto de 8.000 euros.

Este sistema, que por primera vez se utilizó en la Diócesis, evitó los elevados costes que hubiera supuesto la instalación de andamios en la fachada principal del edificio religioso, calificado por la Dirección Xeral de Patrimonio como Bien de Interés Cultural (BIC), y que pudiera ocasionar daños en el mismo.

PRECEDENTE. La fachada norte, junto a la principal, fue objeto de un plan de limpieza y restauración en 2006, subvencionado por la Deputación, la antigua Caixanova y la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia. Los trabajos, realizados por la empresa Varela Villamor, fueron dirigidos por el arquitecto César Portela.

Además, en 2009 la Administración municipal promovió una campaña de limpieza para la eliminación de las pintadas que afectaban a varios edificios históricos de protección patrimonial (y también de algunos inmuebles privados del casco antiguo), entre ellos la Real Basílica, en la que la actuación para el borrado de los grafitis fue especialmente intensa. Fueron eliminados de sus muros seis cruces invertidas con la inscripción ‘Satán’ y se borró de la fachada norte del templo la inscripción ‘Polución akústica’.

El plan de obras de la parroquia de Santa María también incluye la restauración del tejado de la Casa Rectoral (en la que están situados el Archivo y el Despacho Parroquial), en el que se registran goteras, y la sustitución de las dos campanas de la capilla de San Roque, que están rotas.