"Llevaba el pelo liso con raya al medio. También bigote y gafas. Era imposible identificarle". Uno de los agentes del Greco Galicia, el cuerpo policial que mejor conoce a Rafael Bugallo Piñeiro, O Mulo, por sus constantes vigilancias, seguimientos y arrestos relacionados con diferentes alijos, relató el viernes en la Audiencia Provincial de Pontevedra las dificultades que tuvieron a la hora de identificar al capo cambadés, que se las ingeniaba para mostrar un aspecto distinto en cada uno de sus movimientos.
Un policía señaló que al principio de la investigación "fue imposible identificarle" por los atuendos que empleaba
Aquellos episodios, ocurridos durante el año 2014, mientras se gestaba el intento de introducción de más de una tonelada de cocaína que debía acercarse a Galicia a bordo del Coral I, no fueron los primeros en los que Bugallo optaría por el disfraz como medio para eludir la acción policial.
Años antes, después de haber sido identificado como uno de los responsables de un pase de cientos de kilos de polvo blanco que fueron decomisados en el peaje de Vilaboa, adoptó una estrategia similar. Para ello, primero apostó por embestir a los agentes y huir a una velocidad que hizo imposible su seguimiento para, a continuación, permanecer oculto durante varias semanas en O Salnés, empleando varios disfraces para pasar inadvertido. En aquel caso, igual que en el que se juzga estos días en la ciudad del Lérez, acabaría por ser descubierto por la unidad de élite de la Comisaría Provincial.
La continuación del juicio está prevista para el próximo jueves con la intervención de los peritos del Servicio de Vigilancia Aduanera. El fiscal Antidroga, Pablo Varela, pide elevadas penas de cárcel para O Mulo, que declaró no saber nada de la droga y que solo ayudó a los colombianos pensando que el Coral I era un barco a la deriva.