El marisqueo ilegal sube un 60% en Pontevedra y apenas se denuncia

Los decomisos de almeja, en sus distintos tamaños y variedades, se han multiplicado por cuatro en 2016 respecto al año anterior. El Seprona de la Guardia Civil de Pontevedra ya ha incautado más de 1.000 vieiras, cerca de 250 kilos de pulpo y unos 300 de berberecho y de percebe extraído de forma ilegal, cantidades todas ellas superiores a las aprehendidas en 2015. Además, el Seprona de Pontevedra colabora en la vigilancia del tráfico de especies protegidas. En la Comandancia no solo es posible encontrar todo tipo de artes para la pesca furtiva, sino que custodia una colección de especies exóticas decomisadas. 

Tal y como advierten las autoridades, el marisqueo ilegal repunta a las puertas de la campaña de Navidad. En total, las incautaciones han aumentado en un 60 por ciento respecto al año anterior (1.978 kilos en lo que va de 2016 y 1.278 en todo 2015). Y también crece el miedo. Miedo a los furtivos. "Es cierto que existe miedo a denunciar", revela Álvaro Lago, jefe de sección de Seprona en Pontevedra. Queremos hacer un llamamiento a todo el que quiera hacerlo, pues aquí se va a salvaguardar su anonimato y se tratará toda la información con toda la discreción". "No es necesario poner una denuncia escrita contra alguien en particular. Tenemos el 062 y los canales de denuncia telemática, y siempre salvaguardaremos la identidad. Somos conscientes de que existe ese miedo. No podemos exigir su identidad si queremos la máxima información de los hechos", explica José Luis de la Fuente, sargento del Seprona en la Comandancia pontevedresa.

Las dudas de los testigos a la hora de denunciar vienen dadas por las características del pescador furtivo gallego, en especial del que se dedica en exclusiva a ello.

El sargento De la Fuente explica que "podemos diferenciar dos tipos de furtivos que no han sido afectados por la crisis. Hay un furtivismo externo, de fuera del sector profesional y ligado a problemas de adaptación social, drogodependencia o tener ese recurso como única fuente de ingresos. En la mayoría de los casos son insolventes, como se comprueba cuando se les detiene. Son reincidentes. Por otra parte está el furtivismo de dentro, tanto de los propios profesionales como de personas jubiladas relacionadas con el sector, que pueden hacer esa pesca de recreo. Esto ha aumentado por querer ganar un poco más, pero siempre ha estado ahí. Son los propios profesionales que no declaran exceso de cupos o que cogen tallas que no deben".

El percebe, la centolla y la nécora siguen siendo, por su valor en el mercado negro, las especies más demandadas por los consumidores y las más extraídas por los furtivos.

Un estudio de los especialistas del Seprona apunta que un pescador furtivo que se dedica al percebe obtiene unas ganancias que superan los 300 euros al día.

"El furtivo, en una zona concreta, a sus compradores, le fija un precio anual, que puede rondar los 30 euros el kilo al año. Si de media saca entre 10 y 12 kilos cada vez, y tiene la opción de ir todos los días, pues no creo que mucha gente gane 300 euros al día. Con que vayan diez veces al mes al percebe se sacan 3.000", revela De la Fuente. Sobre la centolla, el teniente Lago desvela el método que emplean los pescadores para hacerse con más capturas de forma ilegal. "Hay una cierta cantidad de pesca furtiva antes de que se abra la veda. La acumulan ‘en muerto’, mediante una red que se pone bajo el mar. La capturan, la dejan ahí y cuando se abre la veda la sacan. Eso hace que la centolla deje de comer y después está vacía".

CAZA. El Seprona de Pontevedra colabora en la red CITEX (para la vigilancia del tráfico de especies protegidas). "En dos años, el rinoceronte puede extinguirse. La demanda de su cuerno en países como China conduce a eso", señala el teniente Lago. La Comandancia cuenta con una colección de especies decomisadas entre las que destacan varios cocodrilos, una piel de anaconda de 8 metros y una pareja de colmillos de elefente valorada en 30.000 euros en el mercado ilícito. "El objetivo de CITEX es evitar el comercio con estas especies".

Respecto a la caza furtiva, De la Fuente explica que "no se ve nada, y escuchando puedes localizar a los furtivos. Disponemos de visores nocturnos, que son bastante operativos, y de cámara térmica, que precisa de un mayor campo de visión. Si aparte de escuchar, una vez que tienes adaptada la vista a la noche, observas, puedes apreciar que hay ruidos que no corresponden a la naturaleza".

Seprona Pontevedra cuenta con unos 50 efectivos divididos en patrullas y equipos de investigación repartidos por la provincia.