30 radares móviles y 17 fijos aseguran las carreteras provinciales

El Pegasus sobrevuela Pontevedra en la ‘Operación Salida’

Un equipo de Diario de Pontevedra presenció el trabajo del helicóptero de la Dirección General de Tráfico desde el aire. La variante de Marín, la AP-9, la Autovía do Salnés y la Autovía das Rías Baixas estarán vigiladas con lupa durante los próximos días
Una moto que circula a gran velocidad por la variante de Marín, captada por el Pegasus. JAVIER CERVERA
photo_camera Una moto que circula a gran velocidad por la variante de Marín, captada por el Pegasus

El sistema Pegasus, la unión de un potente software y unas cámaras de última generación, se ha convertido en los ojos de la Dirección General de Tráfico desde el aire. Ocho Airbus 355-N repartidos en otras tantas bases del territorio nacional sobrevuelan cada día las carreteras españolas con la única misión de disuadir a los conductores que pretendan saltarse las normas y, con ello, acaben poniendo en peligro sus vidas y las del resto de usuarios de las vías.

En Galicia, el Pegasus tiene su base en A Coruña, pero dispone de capacidad para tomar tierra en cualquier punto de la geografía. En la provincia de Pontevedra emplea desde el aeropuerto de Peinador hasta cualquier parcela mínimamente plana en la que no ponga en riesgo la integridad de los habitantes para sus maniobras. Juan Carlos, piloto, y María, operadora de cámara y vídeo, llevan en el Pegasus desde su entrada en servicio, hace ahora dos años. "El sistema nos permite visualizar a la perfección cualquier actitud al volante. Puedes ver incluso si alguien está escribiendo un wasap en la autopista sin que él se percate de nuestra presencia", explica Juan Carlos.

El helicóptero permanece en el aire una media de tres horas diarias, sábados por la tarde incluidos. Los itinerarios y el tiempo de vigilancia en cada enclave dependen de las órdenes de cada día, que vienen dadas por las situaciones de tráfico o las campañas especiales. Ello hace que durante estos días Pegasus pueda ser visto de forma habitual en Pontevedra, donde se unen dos factores de riesgo para la seguridad vial: la elevada afluencia a las playas y el gran incremento del turismo, lo que aumenta en gran medida el movimiento de vehículos.

LA VELOCIDAD. La misión más conocida de Pegasus tiene que ver con el control de la velocidad. Las cámaras del aparato, provistas de un milimétrico rádar, captan a los vehículos desde una distancia que permite que el helicóptero pase desapercibido, normalmente desde la parte trasera.

El sistema se inicia a través del ojo humano. Juan Carlos y María permanecen atentos a los movimientos que perciben a simple vista. De su pericia depende establecer los objetivos. "Cuando un coche va a 190 por hora, como hemos detectado en una ocasión, es muy sencillo verlo desde el aire. Se nota mucho la diferencia", explica Juan Carlos. La tripulación de Pegasus cuenta con un sistema de comunicación según el cual piloto y operadora de cámara coordinan sus movimientos, uno para manejar el aparato y la otra para capturar la imagen del vehículo que puede estar cometiendo una infracción.

AUTOPISTAS Y AUTOVÍAS. Las vías de alta capacidad (autopistas y autovías) permiten a Pegasus trabajar con más facilidad, pues para el control de la velocidad el automóvil debe permanecer en tiro de cámara durante nueve segundos consecutivos, de modo que el sistema halle la media. "Esto se creó para las carreteras de Madrid. En Galicia, con la orografía del terreno, lo tenemos más complicado", explica Juan Carlos.

El helicóptero sobrevuela la AP-9 durante unos 30 minutos. El resto del tiempo vigila las carreteras secundarias en busca de proporcionar seguridad a los puntos de mayor riesgo. Sin embargo, Pegasus tiene más dificultades para el seguimiento de los automóviles en carreteras como la Variante de Marín. Las curvas y los tramos arbolados obligan a Juan Carlos y a María a seguir a los vehículos que circulan a más velocidad de la permitida durante varios kilómetros hasta obtener resultados fiables.

"Las imágenes de los infractores las remitimos directamente a la central de León (desde donde se gestionan las multas de Tráfico de toda España). Pero solo mandamos el material cuando lo tenemos muy claro. Si existe la más mínima duda lo desechamos", explican los protagonistas.

Sobre las infracciones más habituales captadas por el Pegasus, Juan Carlos explica que "lo más común son los excesos de velocidad, pero también se ven muchos adelantamientos y otras maniobras irregulares y también uso del teléfono móvil".

"En una ocasión detectamos la presencia de un hombre que circulaba por la A-6 leyendo un libro", recuerdan.

OTRAS INFRACCIONES. Para denunciar a quienes infringen otras normas que no sean excesos de velocidad, Pegasus lo tiene más sencillo.

"Sigue a ese vehículo. El conductor parece nervioso. Creo que va a adelantar en cualquier sitio". María dio en el clavo. Juan Carlos puso a tiro al turismo señalado por su operadora y, a los tres segundos, efectuó un adelantamiento pisando una línea continua en Pardavila, uno de los puntos más peligrosos de la Variante de Marín. "Ya tenemos la imagen y la matrícula. Continuamos", dijo María.

Infracciones como la citada se convierten en multas solo con la imagen del vehículo y la captación de la matrícula. Lo mismo ocurre con los conductores que hacen uso del móvil (ahora también escriben wasap). En esos casos, el imprudente conductor recibe la sanción en su domicilio y normalmente ni se percata de que su acción fue captada por Pegasus.

"Se ven muchas infracciones. Otra cosa es lo que podamos detectar con la cámara", explica María.

Con una media de 30 infracciones detectadas cada día, el helicóptero de la DGT se ha convertido en el guardia aéreo.

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