El presidente de la Ruta do Viño Rías Baixas, Juan Gil de Araújo, negó este martes las acusaciones vertidas hace unos días por la presidenta de la Deputación, Carmela Silva, quien aludió a la mala gestión del proyecto y la necesidad de reformular la iniciativa ante sus tímidos resultados.
El empresario aseguró que "ni hay gravísimas irregularidades ni irregularidades" en la administración de la mencionada ruta. "Lo que ocurre es que no somos un organismo público y nos han querido convertir en el pim, pam, pum de una lucha política que no va con nosotros. Si funciona o no (en alusión a la ruta) es un criterio subjetivo de esta señora. En mi opinión, sus declaraciones son injustas y falsas, puesto que no hay ninguna prueba que demuestre eso". Sus palabras trascendieron durante la presentación de un exhaustivo informe sobre el funcionamiento de la Ruta durante el último año. En esta trascendió que el itinerario superó en 2016 la barrera de los 100.000 visitantes, un 15% más que el año anterior, y que aún así la entidad (sin ánimo de lucro) ha tenido que acudir a su reserva de fondos para paliar la reducción de las ayudas públicas (que normalmente equivalen a la mitad de los ingresos). En 2016 la Ruta contó con un presupuesto "exiguo" de 112.414 euros y similar al de otros años, con el que ha conseguido "dar un vuelco al enoturismo en el área de influencia de la Denominación". Araújo confía en que las aportaciones de los socios y los ayuntamientos salven la merma de las subvenciones.
DINAMIZACIÓN. La Ruta fue fundada en 1996 a través del Consejo Regulador de la Denominación de Orixe Rías Baixas y de un grupo de bodegas que, conscientes del potencial de la zona, decidieron implantar propuestas enoturísticas como las que desarrollaban otras regiones europeas. Su objetivo: dinamizar el territorio y dar a conocer la marca Rías Baixas.
En la actualidad aglutina 103 socios, entre los que se encuentran 49 bodegas, 26 establecimientos de hostelería y 17 ayuntamientos. Además, ya integra las cinco subzonas que forman parte de la D.O y es el único itinerario gallego incluido en la Guía de Rutas Enológicas Accesibles. La última auditoría realizada por la Asociación Española de Ciudades del Vino situó la Ruta como la mejor valorada en gestión y planificación y como la cuarta con mejores puntuaciones generales, situándose por encima de Ribera del Duero o Rioja Alavesa.
