Camino de la robotización

La farmacia del CHOP dispensa 27 millones de fármacos al año

El coste alcanza los 40 millones anuales, de los que seis están dirigidos a los pacientes con hepatitis C ► 45 personas trabajan de mañana y tarde en la elaboración de medicamentos a la carta y en el suministro de fármacos comerciales
Personal del servicio de Farmacia en distintas etapas de la preparación de medicamentos
photo_camera Personal del servicio de Farmacia en distintas etapas de la preparación de medicamentos

Pocos pacientes pueden llegar a imaginar las dimensiones del servicio de Farmacia del Área de Xestión Integrada de Pontevedra y O Salnés. No tanto por su tamaño, que también es relevante, sino por el alcance del trabajo que allí realizan 45 profesionales a diario, de ocho de la mañana a diez de la noche.

Para conocer un poco más su papel, basta conocer dos datos. El primero tiene que ver con el nivel de usuarios, ya que Farmacia asume la medicación diaria de algo más de 1.500 personas: unos 700 pacientes hospitalizados y 840 enfermos crónicos adscritos a alguna de las residencias del área sanitaria. Teniendo en cuenta que la mayoría tiene una media de cinco tomas diarias de fármacos, implica que el servicio dispensa al año un mínimo de 27,3 millones de dosis de cerca de 60.000 tratamientos distintos. La segunda cifra es referida al importe que destina cada año a medicamentos: cerca de 40 millones anuales, en los que van incluidos rebajas y ajustes de precio que asume el propio servicio. Del montante, seis millones del último ejercicio fueron íntegramente al tratamiento de 240 pacientes con hepatitis C (unos 25.000 euros por persona).

El área se encarga de la medicación diaria de más de 1.500 enfermos repartidos en hospitales y residencias

A LA CARTA. La aparente simplicidad con la que el personal de enfermería reparte la medicación a los enfermos hospitalizados no solo esconde detrás estas cifras, sino todo un operativo que va desde la elaboración de fármacos personalizados a una planificación milimétrica para que cada usuario reciba la dosis precisa, en el momento justo y en las cantidades exactas.

Ubicado en la planta baja del Hospital Montecelo, una de las piedras angulares del servicio es la unidad de Farmacotecnia y elaboración de medicamentos, donde se prepara un abanico de fármacos a la carta. El jefe del área, Carlos Crespo, distingue dos tipos de tratamientos. Por un lado, los "no estériles", que son aquellos que se administran por boca, por vía atópica o por vía rectal, y que deben ser manipulados porque son "medicamentos que no están comercializados" en el mercado o porque son pacientes que necesitan "dosis diferentes" a las que venden los laboratorios.

Por otro lado, se encuentran los tratamientos estériles, "que fundamentalmente se administran por vía intravenosa". En este grupo destacan los medicamentos citotóxicos con los que se elaboran los tratamientos del cáncer, esto es, la temida quimioterapia.

Los compuestos que se utilizan en esta área están considerados de los más biopeligrosos, sobre todo, porque a la hora de mezclar los elementos "se pueden formar vapores que pueden provocar problemas graves de toxicidad, como la esterilidad o cáncer". Por este motivo, el lugar está sometido a unas medidas extremas de seguridad y a otros parámetros de carácter sanitario. Entre otras cosas, el personal farmacéutico que trabaja en este departamento tiene que estar completamente protegido y el habitáculo debe estar en "presión negativa para que los aerosoles se vayan al exterior".

Hasta la fecha no se han producido incidentes relevantes en el proceso de elaboración "porque se trabaja con mucha precaución". No obstante, en el momento de la administración del tratamiento sí que hay más posibilidades de que el flujo salga de la vía o de que se derrame, por eso el personal siempre debe tener a mano los "antídotos" y seguir al pie de la letra los protocolos de limpieza.

Otra de las zonas de preparación que cuenta con unos requerimientos especiales es el área donde se elaboran las nutriciones parenterales (que aportan los nutrientes básicos por vía intravenosa) y las mezclas que se inyectan en vena para tratar el dolor, patologías infecciosas y otras dolencias. En este caso, aparte de las medidas de asepsia, también se manipula el ambiente para que la presión del habitáculo sea positiva y "no entre ninguna partícula".

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