Demanda en las peluquerías: "El teléfono no para de sonar"

Agendas llenas pero menos rotación de clientes e ingresos más bajos
Los salones de Carlos Conde registraron continuo movimiento. DAVID FREIRE
photo_camera Los salones de Carlos Conde registraron continuo movimiento. DAVID FREIRE

"Estamos empezando fuerte. El teléfono no para de sonar, pero hay sitio para todos". Cruz Cabanelas reabrió este lunes la peluquería infantil Kiddys, en las galerías de la Oliva, para atender a sus pequeños clientes, "que sin duda fueron los héroes de esta terrible historia". Y lo hizo con "toallas y capas desechables; esterilizamos todo el material entre cliente y cliente, limpiamos los sillones con virucida, tenemos geles hidroalcohólicos a la entrada y guantes y mascarilla para quien no disponga de ellas...". Todo este despliegue tiene un coste que no repercutirá en los usuarios. "Más que nunca tenemos que apoyarnos entre todos para mantener vivo el pequeño comercio y, mientras pueda, así será".

RAFA Ola! Precisaba unha foto a partir das 4.30. Peluqueria infantil Kiddys. Nas galerias da oliva ALERTA SANITARIA POR CORONAVIRUS

La cita previa y un único niño en el local son claves, aunque deben ir un progenitor. "Las mamás estaban deseando que abriera", tanto Kiddys como sus propias peluquerías.

La mayoría de los salones de belleza de la ciudad reabrieron este lunes o lo harán a lo largo de la semana, una vez que tengan todo a punto en materia de seguridad.

Donde la actividad está siendo frenética es en la franquicia pontevedresa Carlos Conde, que cuenta con más de 70 salones de barbería en toda España. "Abrimos la agenda de citas el miércoles y sumamos casi mil en cuatro horas", explicó este lunes el empresario homónimo.

Desde primera hora sus tres locales de la ciudad -en breve abrirá el cuarto- no dejaron de recibir clientes con "rigurosa cita previa" y sin esperas en el interior para mantener las distancias de seguridad. "Hicimos dos paquetes de medidas, uno para la seguridad de los trabajadores, equipados con EPI, y otro para los clientes", que deberán llevar guantes y mascarilla ("y si no se los facilitamos") y se les desinfecta la suela del calzado.

"Hemos invertido en máquinas de desinfección para los sillones y mobiliario y duplicamos todos los juegos de herramientas para poder desinfectarlas al acabar de atender a cada cliente". También se retiró la prensa habitual de estos establecimientos.

La demanda, destaca, es absoluta, también para arreglar los experimentos de los más impacientes. "Hay mucho descalabro, pero tiene arreglo. Otros parecen náufragos rescatados de una isla desierta", bromea. La agenda está "a tope" pero el dedicar más tiempo por cliente y el gasto en seguridad supondrán menos ingresos. "Las pérdidas están aseguradas en los primeros meses", por lo que subraya la necesidad de que el Gobierno reduzca el Iva al sector, fijado en un 21".

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